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EE.UU. y la UE sellan un acuerdo comercial que evita la guerra arancelaria

Washington y Bruselas acuerdan un marco arancelario estable, refuerzan la cooperación energética y militar, y envían una señal de unidad transatlántica ante un mundo cada vez más polarizado.

EE.UU. y la UE sellan un acuerdo comercial que evita la guerra arancelaria
Publicado a 28/07/2025 9:13 | Actualizado a 02/08/2025 0:37

Estados Unidos y la Unión Europea (UE) alcanzaron este domingo un esperado acuerdo comercial que pone fin a meses de tensiones crecientes y evita una potencial guerra arancelaria que habría comenzado el 1 de agosto. El presidente estadounidense Donald Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hicieron el anuncio conjunto tras una reunión bilateral celebrada en el complejo de golf del mandatario republicano en Turnberry, Escocia.

En el núcleo del crucial acuerdo acuerdo se encuentra la imposición de un arancel máximo y fijo del 15 % sobre la mayoría de las exportaciones europeas hacia Estados Unidos, en lugar del temido 30 % que Washington amenazaba con aplicar unilateralmente.

A cambio, la UE se compromete a adquirir energía estadounidense por un valor de 750.000 millones de dólares e invertir otros 600.000 millones en infraestructura, tecnología y adquisiciones militares dentro del país norteamericano.

Este nuevo marco tarifario se aplicará a sectores clave de la economía europea como la automoción, los semiconductores y la industria farmacéutica. Aunque hubo algunas contradicciones públicas —Trump afirmó inicialmente que los productos farmacéuticos estarían exentos—, Von der Leyen precisó que el sector sí estará incluido bajo el umbral del 15 %, aunque se seguirá negociando para ampliar la lista de productos exentos.

«Aranceles cero» en productos estratégicos

Además del arancel general, ambas partes acordaron eliminar por completo los aranceles bilaterales en sectores considerados estratégicos, como componentes aeroespaciales, determinados productos químicos, bienes agrícolas seleccionados, recursos naturales y materias primas. Esta medida busca estimular la competitividad mutua y evitar barreras innecesarias en industrias tecnológicamente avanzadas o críticas para la seguridad económica y energética.

Von der Leyen subrayó que el pacto es un paso importante para brindar «certidumbre y estabilidad» a las empresas europeas, que han vivido con preocupación la amenaza de una guerra comercial con su principal socio económico. «Este acuerdo fue difícil, pero necesario. Evitamos una escalada innecesaria y fortalecemos nuestras economías», afirmó.

La presidenta también hizo hincapié en la entidad del acuerdo, el cual involucra a «las dos mayores economías del mundo», con un volumen comercial de 1,7 billones de dólares anuales, un mercado conjunto de 800 millones de consumidores y un 44 % del producto interior bruto (PIB) global.

Intercambio energético y defensa común

Uno de los elementos más novedosos del acuerdo es el enorme volumen de compras energéticas que Europa se compromete a realizar en EE.UU. Este movimiento responde no solo a intereses comerciales, sino también geopolíticos: Bruselas busca reducir su dependencia de los hidrocarburos rusos, un objetivo compartido tras la invasión de Ucrania.

El componente militar también es central. La UE incrementará la adquisición de equipamiento militar estadounidense, lo cual no solo impulsa la industria de defensa en EE.UU., sino que también refuerza la interoperabilidad entre los aliados de la OTAN.

Reacciones políticas: apoyo, cautela y elogios

La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, celebró el acuerdo como «un paso importante en el fortalecimiento de la relación transatlántica» y prometió que la Eurocámara analizará detenidamente los términos para garantizar que beneficie tanto a las empresas como a los consumidores europeos.

Por su parte, el canciller alemán Friedrich Merz calificó el acuerdo de «positivo» para evitar una crisis que habría perjudicado especialmente a la industria automotriz alemana, afectada directamente por los aranceles del 27,5 % que ahora se reducirán a un 15 %. «Hemos defendido nuestros intereses fundamentales», aseguró, aunque advirtió que esperaba «más avances» en la eliminación de barreras.

Desde Washington, el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, calificó el día como «histórico» y destacó que por primera vez la UE aceptará plenamente los estándares automotrices e industriales estadounidenses, lo cual abrirá nuevas puertas para las exportaciones de EE.UU.

Impacto directo: alivio para la agroindustria europea

Uno de los sectores más afectados por las tensiones previas ha sido el agroalimentario, especialmente en países como España. EE.UU. es el principal mercado no europeo para los alimentos y bebidas españolas, con exportaciones por más de 3.500 millones de euros anuales. Productos como el aceite de oliva, el vino y las conservas pesqueras habían empezado a sufrir el impacto de aranceles incrementados en abril, lo que generó preocupación sobre el futuro de las relaciones comerciales.

El acuerdo brinda claridad para planificar ventas y exportaciones en estos sectores sensibles. El mantenimiento del acceso al mercado estadounidense bajo condiciones más predecibles resulta crucial para la rentabilidad de miles de empresas agrícolas, vinícolas y alimentarias en el sur de Europa.

3.500 millones en alimentos y bebidas

Los datos de comercio exterior sitúan las ventas a Estados Unidos en 18.179 millones en 2024, de los que 3.500 millones corresponden a alimentos y bebidas, un sector clave ya que este país es el principal destino de estos productos fuera de Europa.

De hecho, el aceite de oliva es el producto más vendido -el pasado año se enviaron 113.416 toneladas, valoradas en 1.013 millones de euros-, seguido de los aceites de petróleo o de minerales, aparatos y material eléctrico, medicamentos y vino.

En ese año, España importó productos de EEUU por valor de 28.193 millones -lo que arroja un déficit comercial de 10.014 millones-, algo menos que en 2023 debido a la reducción en las compras de gas.

Impacto en los servicios

En un informe publicado el pasado mes de mayo, el Banco de España advertía de que la guerra arancelaria afectaría también a los servicios, ya que tendría un impacto sobre la actividad global y la apreciación del euro, lo que repercutiría en el turismo.

En ese momento, la entidad nacional apuntaba como sectores potencialmente más afectados al farmacéutico, el químico o los metales básicos, aunque también otros con una exposición elevada, como los minerales no metálicos, la maquinaria y el equipo o el material y equipo eléctrico.

Un acuerdo forjado entre tensiones y golf

Más allá de lo económico, el entorno en el que se gestó el acuerdo ha generado titulares por lo inusual: se produjo en medio de un viaje personal de Trump a Escocia, en su propio resort de golf, y fue anunciado entre apretones de manos y elogios mutuos.

Trump calificó a Von der Leyen como «una mujer muy respetada» y afirmó que «ambos queríamos llegar a un acuerdo». Von der Leyen, por su parte, reconoció que Trump es «un negociador duro», pero «también alguien que forja acuerdos».

Este lunes, Trump también tiene previsto reunirse con el primer ministro británico, Keir Starmer, para tratar el tratado comercial bilateral con Reino Unido y los conflictos en Ucrania y Gaza.

El camino por delante: ratificación y detalles

El acuerdo aún debe ser validado por los 27 Estados miembros de la Unión Europea y probablemente requerirá aprobación parlamentaria en varios países. Mientras tanto, los equipos técnicos de ambas partes seguirán trabajando para definir los detalles pendientes, ampliar la lista de productos exentos y garantizar mecanismos de resolución de disputas.

En un mundo donde las tensiones geopolíticas y comerciales no dejan de crecer, este acuerdo representa una rara muestra de consenso pragmático entre dos gigantes económicos. Con más de 1,7 billones de dólares en comercio bilateral anual y una economía conjunta que representa el 44 % del PIB mundial, la estabilidad transatlántica vuelve a consolidarse como un pilar de la economía global.

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Fotografía de Borja RamírezBorja RamírezGraduado en Periodismo por la Universidad de Valencia, está especializado en actualidad internacional y análisis geopolítico por la Universidad Complutense de Madrid. Ha desarrollado su carrera profesional en las ediciones web de cabeceras como Eldiario.es o El País. Desde junio de 2022 es redactor en la edición digital de Economía 3, donde compagina el análisis económico e internacional.
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