Social Nest Foundation conecta capital y talento para crear impacto social

Su pasión por el emprendimiento y la innovación, unido a la economía de impacto llevó a Margarita Albors a fundar y presidir en 2010 Social Nest Foundatión. Nuestra también emprendedora dedica su energía y pasión a construir una red global de líderes en inversión de impacto e inversión sostenible, inspirando, educando y conectando a inversores privados institucionales, asesores financieros y filántropos con startups que crean impacto social y ambiental por medio de los programas de emprendimiento de la Fundación.

– Social Nest Foundation nació en Valencia, pero hoy tiene una proyección internacional. ¿Cómo ha evolucionado la entidad desde sus inicios hasta ahora?

Este año cumplimos 15 años como una entidad pionera en España en el ámbito de la economía de impacto.

Desde el principio tuvimos ya una vocación internacional. Cuando comenzamos a acompañar a emprendedores lo hemos hecho desde una perspectiva nacional y otra internacional con partners en Zúrich, Lisboa, Ámsterdam… En aquellos países donde hemos pensado que tenía un objetivo nuestra misión que pasa por promover la economía de impacto y ser una plataforma catalizadora tanto para lo actores económicos como emprendedores, startups, inversores o empresas para que puedan tener los recursos, las conexiones y el acompañamiento que necesitan y dar respuesta a los retos sociales y medioambientales al los que nos enfrentamos como humanidad.

– ¿Cómo definís desde la Fundación el emprendimiento de impacto?

En el caso del emprendimiento consistiría en la búsqueda de soluciones a retos sociales y medioambientales existentes, que sería la razón de ser de ese proyecto.

Se trata de un problema que no está bien atendido y que involucra cuestiones medioambientales como la acción social para colectivos vulnerables. La puesta en marcha de dicho proyecto persigue abordar dicha problemática.

Evidentemente, tiene que funcionar como otros emprendimientos, ofreciendo un producto o un servicio que ayude a mejorar o solucionar ese problema social. Debe hacerlo de manera sostenible a través de un modelo de negocio y necesitará financiación que puede provenir de la comercialización de sus propios productos o servicios o de forma externa.

Conexión con el capital

– Has hablado del capital, ¿Cómo conectáis los inversores con los proyectos transformadores o de impacto social?

El capital, es verdad, que en fases tempranas no es lo más importante pero, llegado un momento los proyectos necesitan financiación.

En este punto, nosotros trabajamos con diferentes perfiles de financiadores como pueden ser family office, corporaciones, etc., con el objetivo de que conozcan que pueden invertir para generar un impacto positivo con el capital que gestionen.

Con lo cual, llevamos a cabo una labor de divulgación y difusión dirigida a estos inversores para, después, conectarlos con proyectos que pueden invertir que a veces pueden ser fondos de impacto o directamente emprendimientos.

Todo ello lo llevamos a cabo de diferentes maneras. Una de ellas puede ser el programa que va dirigido a startups donde las conectamos con diferentes financiadores. También ponemos en marcha programas de innovación abierta con corporaciones que tienen retos que resolver y buscan esa relación con la startup para dar respuesta a esas necesidades.

Otras iniciativas que desarrollamos son foros o eventos como The Gap Between, que tendrá lugar el próximo 21 de octubre, un espacio donde provocamos la conexión y donde más de 50 startups exponen su modelo y pueden captar diferentes financiadores e inversores.

– ¿Qué tipo de inversiones media estáis generando? Se trata de proyectos Semilla…

Efectivamente, los emprendedores se encuentran todavía en fases tempranas. Muchas veces son los propios fondos de inversión, financiación o Family office o Business Angels.

Es verdad que nuestro objetivo es movilizar el capital para crear impacto social. Con lo cual, ya no solo se dirige la inversión a proyectos de impacto sino también a fondos de impacto y, estos a su vez, invierten en dichas startups, con lo cual ya pueden ser tiques más grandes.

Mirada larga por parte del inversor

Nos centramos en la fase semilla o temprana porque creemos que en este momento hay espacio para mucha innovación. Nosotros queremos provocar la innovación y pensamos que en las fases tempranas, aunque muchas veces son complejas y significa asumir riesgo, es en este punto donde hace falta mucho capital.

Por otra parte, este capital tiene que ser más paciente o más catalizador, pero es el que realmente consigue que se produzcan cambios.

– Cuando hablas de «capital paciente», ¿quieres decir que el inversor tiene que esperar un tiempo para obtener un beneficio?

Claro, el inversor tiene que tener una mirada más larga. Sería como el Venture Capital que busca retornos a ocho años. Además están los inversores que aunque sepan que se trata de proyectos que requieren tiempo para obtener un retorno están dispuestos a apoyarlo para obtener los resultados de impacto que busca.

A nosotros nos gusta que los inversores puedan ver todo ese abanico y puedan decidir dónde se sitúan y con qué porcentaje a lo largo de la cadena. Esto no quiere decir que todo tenga que ser inversión de impacto en fase temprana con riesgo y con paciencia.

– ¿Hasta dónde llega la tutela de Fundación en esos proyectos de impacto?

Depende mucho de la iniciativa y del programa. Podemos apoyarlos en formación, mentorización,  conexión con potenciales financiadores, visibilidad…

Es decir, nosotros somos buenos en trabajar y conectar actores como startups y corporaciones, inversores y startaups o actores de la economía social con financiadores…

El rol de poder hablar con diferentes actores del ecosistema de la economía y buscar la colaboración entre ellos es lo que nos diferencia.

En búsqueda de respuestas

– ¿Cuál es el perfil de los emprendedores con los que trabajáis? ¿Qué me puedes contar de ellos?

En un principio, eran emprendedores que venían con una idea, que no habían emprendido antes y que conocían muy bien la problemática social y medioambiental a la que querían dar respuesta. Con el paso del tiempo, el sector ha ido evolucionando y ha ido madurando pues trabajamos con startups innovadoras y con base tecnológica que quieren crecer en el impacto porque saben que tienen una solución que puede ayudar. Muchas veces también buscan esa conexión con las corporaciones o con financiadores.

Con lo cual, ha evolucionado el perfil de los emprendedores y con ello, el perfil que nosotros acompañamos.

– ¿Los emprendedores se presentan como candidatos o lleváis a cabo una labor de captación?

Tocamos todos los palos. A veces hacemos convocatoria y se presentan. Además a través del programa de innovación abierta trabajamos sobre retos específicos de las corporaciones e identificamos aquellos proyectos que tienen un impacto social.

La colaboración es vital

– También promovéis la creación de comunidad, tanto entre emprendedores como con expertos o aliados estratégicos. ¿Qué valor tiene ese capital relacional para hacer crecer un proyecto?

Cuando hablamos de dar respuesta a retos sociales y medioambientales tenemos claro que no lo vamos a conseguir solos. Es decir, una entidad, un fondo, una startup sola… Finalmente, la mirada ecosistémica es fundamental y el trabajo colaborativo es vital.

Es decir, a lo largo del camino, como proyecto o iniciativa que quiere generar un cambio positivo esta debe trabajar e interactuar con diferentes actores del ecosistema. De ahí, esa labor ecosistémica, de plataforma y de conexión entre actores.

De hecho, y de manera casi involuntaria hemos asumido la labor de conexión entre actores acompañando al sector y entendiendo también el impacto social lo que conlleva y lo que necesita.

Con lo cual las relaciones, capital social… son claves cuando quieres dar respuesta a retos sociales y ambientales. Algo que trabajamos y fomentamos y creamos el espacio para ello.

– ¿Qué futuro le ves a Social Nest Fundation?

El sector ha cambiado mucho desde cuando empezamos hace veinte años, momento en el que éramos una entidad pionera. En aquellos momentos no había una sensación de sector y de ecosistema, los perfiles eran muy específicos. Nosotros hemos evolucionado con él y hemos contribuido a su crecimiento.

Hacen falta muchas iniciativas todavía como movilizar la inversión de impacto. Hay fondos y capital movilizado pero creemos que aún hay potencial de crecimiento.

También existe el reto de que este modelo de inversión se conozca, se vea como una opción y se entienda que no es filantropía.

Fruto de esa evolución, sofisticación y profesionalización hay más especialización cada vez. Hay fondos más temáticos, ya no son tan generalistas al igual que los programas de aceleración.

También nos parece relevante ganar profundidad sobre temáticas en las que creemos que tenemos un potencial de impacto social y ambiental muy grande y que creemos que todas estas palancas que trabajamos como innovación, tecnología, capital… tienen un rol a jugar.

Ayuda a los damnificados por la DANA

– Por último, ¿qué nos puedes contar de un evento como The Gap Between que se celebrará bajo el lema Future Forward Business. ¿Qué sorpresas nos depara?

Es la tercera edición. Surgió porque pensamos que hacia falta en España un espacio para conectar a los actores que trabajan por generar impacto social tanto en el ámbito nacional como en el ecosistema internacional.

Mantenemos la esencia del evento, donde de manera natural las conexiones ocurren, y La Marina de Valencia, espacio donde lo celebramos, contribuye a mejorar ese clima.

Mantenemos esa búsqueda, esa apertura a que participen todos los actores económicos, incluso la ciudadanía. Porque somos firmes creyentes de que la sostenibilidad y el impacto social es una cuestión de todos, ya que todos tenemos un rol a jugar.

Por otra parte, ese evento que ha sido gratuito, este año hemos decidido que haya un pago por la asistencia porque se va a celebrar una semana antes del aniversario de la DANA y nos parecía que era una manera para que el ecosistema contribuyera a ayudar a los damnificados por la DANA. Con lo cual, todo lo que se recaude con las entradas ira dirigido a la Fundación Felisa, una entidad que trabaja con los afectados.