El informe elaborado por Cámara Valencia, en el que lleva a cabo una evaluación provisional sobre los daños sufrido por la actividad comercial minorista en los municipios de la provincia de Valencia afectados por la DANA, estima que el coste de reparación y reactivación de la actividad de los 8.106 comercios que hay en la zona asciende a 1.789 M€.
De estos 8.106 comercios que hay en las áreas afectadas, el 64,5% (5.228) podrían haber sufrido daños directos. De estos, el 67,6% presentan daños graves, el 16,1% daños moderados y el 6,3% daños leves.
El coste estimado para la reparación de estos locales, según datos estimados por Cámara Valencia, asciende a 666 M€. De esta cifra, 145,3M€ se destinarían a daños estructurales; 394,89M€ a limpieza y reparación de interiores y exteriores; 125,59M€ en reposición de inventario; y un 86,7% del gasto se destinaría a locales gravemente dañados.
Las mismas fuentes afirman también que la interrupción de la actividad comercial podría implicar pérdidas en ventas de entre 350 y 440 M€ y una pérdida económica para las empresas de al menos 50M€.
Analizamos la situación de la mano de Rafa Torres, presidente de Confecomerç CV, que agrupa al comercio de la Comunidad Valenciana y que ha estado en contacto con todas las asociaciones de las zonas afectadas para darles soporte en todo aquello que han necesitado.
Las ayudas ¿son suficientes?
Torres califica las ayudas como «absolutamente fundamentales y es prioritario que lleguen muy rápido”. Por ello propone que los ayuntamientos anulen todo tipo de impuestos, desde el IAE, el IBI… cualquier tipo de tasa que suponga un gasto, ya que ahora no hay ninguna actividad”. En cuanto a la Administración autonómica “todavía estamos esperando. Se están estudiando ayudas económicas para el sector empresarial, pero ahora mismo no hay nada. Todas las ayudas publicadas van dirigidas a paliar los daños en vivienda”.
A pesar de todo, Torres reconoce que están en contacto con la Conselleria de Industria, Turismo y Comercio, que son conocedores de los informes elaborados por Cámara Valencia. Con lo cual, matiza, “son plenamente conscientes de las necesidades y antes de sacar un paquete de ayudas, están analizando hasta dónde ha llegado el daño para poder ver de dónde obtener los recursos y qué cuantía”.
Torres ha hecho mención a la plataforma Alcem-se, puesta en marcha por Juan Roig y que está dotada con 25 M€ y que ha calificado como “una excelente noticia”. De hecho, ya se han puesto en contacto con ellos para convertirse “en la voz del pequeño comercio y de todas las asociaciones con las que tenemos contacto a diario”.
¿Qué necesita el pequeño comercio afectado?
Torres incide en que un gran porcentaje de los negocios están afectados en su totalidad. “Muchos todavía están sacando barro, no tienen luz y agua todavía, no tienen Internet y aquellos que ya están conectados, la cobertura sigue siendo mala en muchas zonas… Es decir, no están en condiciones de pensar en otra cosa más que en reconstruir un mínimo la infraestructura. Es necesario despejar las calles para recuperar la movilidad, no tienen vehículo para moverse, muchos de ellos están acogidos en otras vivienda… En definitiva, la situación es dramática”, subraya Torres.
El presidente de Confecomerç explica que desde la asociación están trabajando para acercarles, de manera gratuita, los servicios de profesionales como fontaneros, cerrajeros, electricistas… para que construyan las infraestructuras básicas de los negocios.
“Lamentablemente, -reconoce Torres- estimamos que cerca de un 20%, si no es más, no van a poder volver a reabrir sus negocios”.
Sobre las ayudas, Torres incide en que “si te dan 15.000, 20000 o 30.000 euros, son cantidades con las que no montas un negocio desde cero”. Con lo que prevé que aquellos que quieran salir adelante “o tiran de riñón financiero, el que lo tenga, o de deuda”.
En cuanto a las líneas ICO impulsadas por el Ministerio, Torres recalca que “sigue siendo una deuda que hay que devolver y que va lastrando al negocio”.
Pone el foco también en que la mayoría de los negocios de dichos pueblos tienen como cliente a los vecinos del municipio. No ocurre lo mismo en Valencia que se nutre de toda el área metropolitana, de la propia ciudad y de turistas. “Estos negocios, cuando intenten salir adelante, se van a encontrar con unos clientes locales muy perjudicados, que han perdido su vivienda, su coche… y que tienen que destinar el dinero a reconstruir su vida”. En el lado positivo, Torres reconoce que se producirá un exceso de demanda a la hora de adquirir mobiliario, electrodomésticos, equipamiento para el hogar… “y que, en algunos casos, va a superar a la oferta”.
Con lo cual, insiste en que “se va a necesitar muchísimo dinero y, o lo tienes y lo tienes que invertir otra vez y por tanto jugártela o lo tienes que pedir”.
Sobre la ayuda estatal, de los 10.600 M€, 5.000 de ellos son avales de ICO, con lo que no es apoyo directo; y 3.500 son aportados por el Consorcio de Compensación de Seguros “dinero que han puesto los asegurados en sus primas y que se destina para este tipo de situaciones”. Además, continúa Torres, hay dos partidas de 300 millones de aplazamientos de impuestos y “no de exenciones”. De esta forma, “nos quedamos con cerca de 1.500 M€, cifra que está por debajo de los 1.789 millones de euros que ha estimado Cámara Valencia que necesita el comercio local para reactivar su actividad».
Con lo cual, Torres echa en falta más recursos económicos y financieros por parte del Estado “que puede pedir ayudas a Europa, canalizar ayudas europeas, fondos no utilizados… lo que sea, pero debe llegar muchísimo más lejos”.
Insiste en que esta situación ha afectado a más de un tercio de la provincia de Valencia y “si las medidas son como las que se tomaron durante la pandemia de la covid-19 no van a servir. Se trata de un planteamiento erróneo. Hacen falta medidas de reconstrucción como si se tratara de una guerra debido a la devastación sufrida”.
¿Y los trabajadores?
Para los potenciales 300.000 trabajadores, reitera el presidente de Confecomerç, están pidiendo que el Estado garantice el 100% del salario, “porque lo que se ha implantado es el mismo modelo que en la época de la covid-19. Es decir, exención del 100% de las cuotas a la Seguridad Social por parte de la empresa, pero al trabajador solo le dan el 75% del salario”.
“Ese 25% que falta -insiste- de poder adquisitivo superior permitiría dinamizar la economía ya que los vecinos van a tener que comprar de todo”.
Propone Torres que para «los trabajadores que no estén acogidos a un ERTE y las empresas sigan pagando las nóminas, se puede aplicar una exención del 60%, en la retención del IRPF de la nómina del trabajador, tal y como se hizo cuando la erupción del volcán de la Palma”. “Esta ayuda sería inmediata y llegaría en las nóminas de noviembre. No habría que esperar a la ayuda”, puntualiza.
De esta forma, los que no están trabajando cuentan con el 100% del salario y a los que están trabajando se les retiene menos en su nómina. “Así se está ayudando tanto a los que siguen cobrando nómina como los que están en ERTE”.
¿Y los mercados municipales?
En cuanto a los mercados municipales, tal y como desgrana Cámara Valencia en su informe, diez de ellos presentan daños, estimándose sus costes de reparación y sus entornos urbanos en 30,5 M€. Los daños en los mercadillos en municipios gravemente afectados se sitúan entre 10 y 12 M€ y en los centros comerciales en aproximadamente 70 M€.
En las zonas afectadas también se encuentran 21.126 locales de servicios (hostelería, peluquerías, academias, clínicas, talleres, etc.). De estos, el 42% podrían haber sufrido daños graves. Se estima que su reparación podría suponer una inversión de 1.012 M€.