El sector de la distribución alimentaria es uno de los eslabones más importantes de la cadena agroalimentaria y su pronta recuperación será fundamental para lograr volver a la normalidad lo antes posible. Mientras las carnicerías, ultramarinos, bares y restaurantes de las zonas afectadas luchan para volver -aquellos que puedan- a abrir sus puertas, la distribución se enfrenta a los problemas logísticos de unas infraestructuras desastrosas y otros tantos problemas derivados de la dana.
Grupo Dialva es una de esas distribuidoras que trata de recuperar su operativa tras el desastre. En su caso, explica Antonio Gea, director general de Grupo Dialva, han tenido suerte, las naves se les han inundado pero los desperfectos no fueron graves. Tras limpiar durante varios días, pudieron volver a funcionar y en la actualidad están casi completamente operativos.
«Operamos desde la zona afectada, pero somos de los privilegiados que han podido volver a ponerse manos a la obra rápidamente. Sabemos que otras empresas del sector han perdido vehículos o que sus naves se han visto muy afectadas y todavía no están operativas. Es una situación terrible para el sector y para nosotros, ya que no nos gusta aprovecharnos de las desgracias de los demás, pero en la actualidad tenemos un repunte de ventas algunas empresas de la competencia no están pudiendo servir», explica Gea a este medio.
Una pesadilla logística
En el caso de Exclusivas Diper, la empresa tuvo menos suerte. La distribuidora ubicada en el polígono de Xirivella ha perdido cuatro vehículos comerciales y un camión de reparto. Aún así, explica Javier Ramírez, responsable comercial en Valencia de la firma, sus instalaciones no se han visto afectadas y ahora tratan de adaptarse a la situación para operar con normalidad.
«A las pérdidas materiales hay que sumar aquellas que afectaban directamente al personal. Muchos de nuestros empleados provienen de la zona cero, por lo que durante varios días no han estado operativos y han perdido sus vehículos. Lo peor, sin duda, es la logística: la A7 está cortada y a nosotros nos llega el género directamente desde nuestra central en Murcia, por lo que durante los primeros días los tráiler no pudieron venir. A día de hoy, por suerte, ya lo hemos puesto en funcionamiento», asegura Ramírez.
Y continúa: «Las carreteras cortadas nos están dificultando mucho el trabajo, debemos salir muy temprano para poder acceder a aquellas zonas que funcionan con normalidad. Ayer, por poner un ejemplo, tardé dos horas en poder recorrer dos kilómetros de carretera. Eso nos ha obligado a modificar nuestros horarios para poder evitar los atascos. Estamos a expensas de que reabran las carreteras afectadas para poder trabajar con cierta normalidad».
Las pérdidas del sector, todavía un misterio
El segmento de población afectado por la dana, explica el director general de Grupo Dialva, es muy grande y muchos de los clientes tardarán en volver a abrir, lo cual, estiman ambas empresas, afectará muy negativamente a su volumen de ventas. Las pérdidas, sin embargo, dependerán de muchas variables y todavía es temprano para poder calcularlas. Nadie sabe qué ocurrirá.
«Muchos de nuestros clientes han desaparecido, por lo que estamos un poco a verlas venir. Esperamos a ver cómo se desarrolla el tema, porque muchos clientes lo han perdido todo y a otros no podemos acceder por el momento. Aún así tratamos de darles servicios, aunque nuestros comerciales pierdan un día de trabajo únicamente tratando de llegar. No hemos podido valorar todavía la pérdida, aunque son muchos clientes los que tenemos en la zona afectada», explica Javier Ramírez.
¿Qué reclaman las empresas? Que les dejen trabajar
Pasado el shock inicial y reinstaurada -al menos en buena parte- la operativa, llegará el tiempo de reclamar soluciones. En el caso de Antonio Gea, el directivo lo tiene claro: a la Administración le reclamamos todo, porque «no están haciendo lo que tienen que hacer». O, al menos, explica, las empresas y los ciudadanos «no estamos percibiendo que lo hagan, lo cual puede ser incluso peor».
«La sensación que tenemos muchas empresas es que se nos ha dejado de la mano de dios. Nuestro miedo ahora es que el tiempo pase, esto se olvide, y todo quede únicamente en nuestras manos. Necesitaremos ayuda, nosotros solos no podremos volver a ponernos en pie», asegura Gea.
Ambas firmas comparten la urgencia de volver a la normalidad, pero ello dependerá de que se recuperen también los negocios afectados. «Lo que queremos es que nuestros clientes puedan levantar cabeza y seguir funcionando con el apoyo necesario por parte de la Administración. Nuestras pérdidas materiales las trataremos con el Consorcio, pero lo principal es que nuestros clientes puedan volver a funcionar», asegura el responsable comercial de Exclusivas Diper.
Y concluye: «La recuperación, por lo que yo he visto en la zona afectada, va a costar y será larga. Habrá que esperar a que los clientes estén saneados económicamente para volver a poner en marcha los negocios, lo cual veo difícil. El 100 % no volverá, a muchos no les compensará levantar la ventana de nuevo».