Marrakech, una ciudad internacional llena de magia y encanto
Hoy hablamos de una población que nació como encrucijada de las rutas de caravanas que, dirigiéndose al África subsahariana, cruzaban el Atlas. Fundada en 1062, desde entonces ha sufrido profundas trasformaciones, ha sido arrasada y reconstruida en varias ocasiones. Se trata de Marrakech.
En la actualidad es una ciudad internacional, donde han fijado su residencia muchos europeos durante el siglo XX, también de artistas e intelectuales. Todo ello ha ido enriqueciendo la imagen de una ciudad extravagante, salida de una película de las mil y una noches, festiva, exótica…
Además, la explosión de europeos en los 90, comprando y rehabilitando casas de la medina para convertirlas en riads, han transformado la ciudad, que es un contraste permanente, donde conviven unos y otros. También se ha desarrollado fuertemente su extrarradio, con urbanizaciones maravillosas, grandes hoteles, campos de golf, residencias… Todo ello, sin perder su identidad local.
Un pequeño desierto a una hora de la ciudad
Todo ese empuje también está impactando en los alrededores de la ciudad, como en Agafay, un pequeño desierto a una hora de la ciudad donde se están construyendo alojamientos basados en jaimas, actividades de todo tipo, en quads, camellos, buggies o restaurantes.
En el ultimo año y medio he viajado siete veces a la zona. En los últimos 30 años he visto la transformación que se ha producido. Justamente tenía que viajar de nuevo con un grupo una semana después del terremoto, tuvimos que cambiar todos los planes. Este artículo es un homenaje al terrible impacto en vidas humanas y pérdidas cuantiosas que han sufrido no sólo los habitantes de la ciudad, sino la inmensidad de poblaciones que hay alrededor del epicentro del terremoto que se situó en la cordillera del Alto Atlas, a 73,4 km al suroeste de Marrakech.
La ciudad no suele dejar a nadie indiferente. A mí, desde luego me fascina. Sigo emocionándome al recorrer su medina, callejones laberínticos llenos de tiendecitas o caminando por la zona de los artesanos donde ves trabajar a los artesanos de la piel, de la orfebrería, de la talla de maderas… Llegar al final de la tarde a la plaza Jemaa el Fna es una explosión de júbilo, una amalgama de eventos, intervenciones, actuaciones, comida, encantadores de serpientes…
Los alojamientos se multiplican por mil
Todos se dan cita en un ritual cuidosamente orquestado. No en vano, la plaza es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Se han puesto de moda los rooftops y los áticos iluminados con gente cenando, tomando un té o una copa mientras suena la música por todos los lados. Los restaurantes se han multiplicado por diez, pero también su calidad.
Los alojamientos se han multiplicado por mil, en todos los sentidos, variedad, calidad y diferenciación. Existen riads en la medina para todos los gustos y precios, en la ampliación de la ciudad. En dirección al hotel La Mamounia hay otros más europeos de 3, 4 y 5 estrellas, fantásticos, sencillos, impresionantes, o auténticos palacios como la propia Mamounia, un palacio convertido en hotel de lujo desde principios del siglo XX, pero hace unos 15 años sufrió una transformación y restauración única en el mundo. De hecho ha sido considerado en varias ocasiones como uno de los mejores hoteles del mundo.
El lujo escala posiciones
El lujo sigue escalando posiciones, podemos alojarnos en el Royal Mansour. Como dicen en su web «un hotel de lujo atemporal, inolvidable e inimitable», y os puedo asegurar que es totalmente cierto. Al entrar en él, la mente se traslada a otro lugar.
Es un palacio único, protegido por las murallas de la ciudad imperial, sus jardines, sus piscinas, toda la decoración exclusiva y cada elemento elaborado a medida, sus 53 riads, sublimes y con servicio de conserjería personalizado. Puedes llegar a pagar 10.000 euros por una noche. Marrakech es una de las ciudades donde puedes encontrar una mayor variedad de alojamientos, simplemente tienes que soñarlo.
Locales nocturnos como El Palais Jad Mahal es magnífico, disfrutar de una maravillosa cena, acompañada por fantásticas actuaciones en directo o recorrer la medina y entrar en los jardines de Loto, en un patio interior, inimaginable cuando estás llegando. Los lugares donde disfrutar de una cena exótica, sugerente, en un ambiente extraordinario, han prosperado por toda la ciudad.
Y alrededor de la ciudad, a 30 minutos, una hora o una hora y media, tienes lugares excepcionales, riads con comida local en las montañas, jaimas en el desierto o bailes folclóricos por la noche junto a una hoguera mientras se pone el sol. Volvamos y dejémonos llevar por la magia y el encanto que tiene esta ciudad, tan cerca y tan diferente.