La sombra de la recesión sigue planeando sobre Alemania. A pesar de los buenos datos publicados recientemente como el superávit comercial de 22.500 millones de euros de agosto, superior a los 16.900 millones alcanzados en julio, según datos de Destatis, el gobierno alemán ha revisado a la baja su estimación de crecimiento de previsión del Producto Interno Bruto (PIB) de Alemania para 2024 desde un crecimiento del 0,3% a una contracción del 0,2%.
¿Qué factores están propiciando esta situación? Recogemos la opinión de varios expertos, entre ellos, Massimo Cermelli, profesor de Economía de Deusto Business School, y Jorge Hernando Cuñado, profesor del Departamento de Empresa International de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Nebrija.
Los datos macro
Según la Oficina Federal de Estadística (Destatis), la economía alemana se contrajo un 0,1 % en el segundo trimestre de 2024, revirtiendo el crecimiento del 0,2 % registrado en los tres primeros meses del año. Estas cifras contrastan con el crecimiento del 0,8 % registrado por el PIB español en el segundo trimestre o con el 0,3 % de Francia y el 0,2 % de Italia.
Por otra parte, la producción industrial manufacturera, según datos de Destatis, cayó en Alemania en agosto un 2,7% interanual. Por el contrario, el indicador aumentó un 2,9 % con respecto al mes anterior, eliminados los efectos estacionales y de calendario.
En una comparativa menos volátil a tres meses, la producción entre junio y agosto de este año resultó estar 1,3 puntos por debajo de la de los tres meses inmediatamente anteriores.
Destatis también ha revisado a la baja los datos de julio, cuando la producción industrial manufacturera bajó un 2,9 % con respecto al mes anterior, corregidos los efectos estacionales y de calendario, en lugar de un 2,4 % como se había adelantado.
La oficina de estadística destacó que en estos momentos se están produciendo fuertes vaivenes en la producción de la industria automovilística, que están influyendo en los datos mensuales de la producción industrial manufacturera. Así, en agosto la producción de vehículos y componentes creció un 19,3% con respecto al mes anterior tras haber caído en julio un 8,2 %.
En el sector industrial -eliminando la industria energética y de construcción-, el indicador subió en agosto un 3,4% con respecto al mes anterior, mientras que la producción de bienes de capital subió un 6,9% y la de bienes intermedios, un 0,1%, mientras que la de bienes de consumo permaneció sin cambios.
A pesar de todo, la Comisión Europea sigue confiando en Alemania y espera que su economía crezca un 0,1% en 2024, recuperándose de la contracción del 0,3 % en 2023, ya que se prevé que la demanda interna repunte lentamente. Por otro lado, se espera que la inversión se mantenga muy por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, limitada por los altos costes de financiación y que las exportaciones sigan creciendo lentamente.
Martin Wansleben, director de la Cámara Alemana de la Industria y el Comercio (DIHK), puso en duda que los resultados fuesen a mejorar en el segundo semestre del año y reafirmó la previsión de la DIHK de crecimiento cero para 2024.
Igualmente, el índice de clima empresarial que publica el IFO (Information and Forschung, por sus siglas en inglés) cayó de 87,0 puntos en julio a 86,6 puntos en agosto. De hecho, y según revela la encuesta que elabora esta institución, las empresas consideran que “su situación actual es peor”.
En concreto, manifestó Clemens Fuest, presidente del Instituto IFO, que “la economía alemana está cada vez más en crisis”.
Desde esta misma institución avisan también de que el sentimiento en el sector exportador alemán se ha deteriorado. Las expectativas de exportación del IFO cayeron a -4,8 puntos en agosto, frente a los -2,2 puntos de julio. “Los exportadores no se están beneficiando del crecimiento económico de otros países europeos”, afirmó Klaus Wohlrabe, director de encuestas del IFO. “Por el momento, el sector exportador no está impulsando el crecimiento de la economía alemana”.
Tampoco hay confianza inversora
La incertidumbre generada por la ambigüedad de la política monetaria europea, los datos empresariales de la economía estadounidense y la preocupación por el conflicto en Oriente Medio han propiciado que la confianza inversora en Alemania registrara en agosto su mayor descenso en más de dos años.
Por su parte, la valoración de la situación económica actual ha descendido en 8,4 puntos con respecto a julio, hasta situarse en los -77,3 puntos de agosto.
Achim Wambach, presidente del centro ZEW, señaló que “las expectativas económicas en Alemania se están desmoronando, al tiempo que las de la eurozona, EE.UU. y China también se deterioran”.
¿Cómo ha llegado Alemania a esta situación?
¿Qué factores han propiciado que un país como Alemania entre en crisis? Para Jorge Hernando Cuñado (Universidad de Nebrija) han existido diversos factores que han lastrado a la economía alemana. “Primeramente, las subidas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) de los últimos años; el incremento del precio de la energía como resultado de la guerra en Ucrania con la interrupción del suministro energético ruso al país; y, finalmente, una economía mundial con problemas ha afectado a las exportaciones que son el motor de su economía. A todo ello, se han sumado problemas en su sector inmobiliario debido a los elevados tipos de interés y a los costes de construcción que han afectado también al crecimiento”, desgrana.
A pesar de todo, recalca el profesor de la Universidad de Nebrija, “estos factores están mejorando, ya que el BCE está bajando los tipos y los precios de la energía se están moderando”. Sin embargo, las exportaciones siguen sin recuperarse. Recuerda Hernando Cuñado que “el modelo económico alemán se había basado en las exportaciones y en una energía barata”.
Una economía con grandes problemas estructurales
Ante este panorama, Jorge Hernando Cuñado enumera varios problemas estructurales en el ámbito económico que debe resolver el gobierno alemán, liderado por el canciller Olaf Scholz, del partido socialdemócrata.
Así, una primera cuestión a la que hace referencia el experto de la Universidad de Nebrija es su modelo económico, muy basado en las exportaciones industriales, con lo que “cuando la economía global no es robusta esta situación afecta mucho al crecimiento de Alemania”.
En este sentido, Massimo Cermelli (Deusto Business School) aclara que “la automoción es un sector clave para sus exportaciones. Hay que tener en cuenta que Alemania produce en China estos coches que van a sufrir aranceles por producir en este país que no se esperaba y que encarecen sus productos”.
Otro factor en contra para Cermelli es “la llegada de los coches chinos que ya están compitiendo con los europeos, históricamente alemanes”.
La segunda pasa por su dependencia energética que afecta a los costes de las empresas y a las exportaciones. Apunta Hernando Cuñado que “el modelo se basaba en la energía barata proveniente de Rusia. En este sentido, el cierre de las centrales nucleares no ha ayudado tampoco”.
El tercer apartado está relacionado con la pérdida de productividad y competitividad mundial. “Sobre todo ante EE.UU. y China por los factores nombrados anteriormente”.
En cuarto lugar, encontramos una población cada vez más mayor a la que se está sumando, tal y como ocurre en España, la jubilación de los baby boomers y la falta de mano de obra cualificada.
Punto en el que coincide plenamente Massimo Cermelli quien matiza que la tendencia demográfica a la baja está afectando a todos los sectores. “Alemania es un país muy industrializado y hace falta gente de FP cualificada para trabajar”.
Y en quinto lugar, Hernando Cuñado hace referencia a la “falta de inversión en infraestructuras públicas”.
Cermelli añade un nuevo reto “que veremos en una década”. Se trata del sistema de pensiones, que igual que lo tenemos en otros países como España o Italia, “en Alemania hay un problema añadido que son los ‘minijobs’. Durante la reforma laboral de comienzos de siglo se posibilitó que la gente en edad de trabajar en una empresa ocho horas, tuviese dos trabajos de cuatro horas en diferentes empresas, una situación que afectará al sistema de pensiones”, prevé Cermelli.
Por otra parte, el profesor de la Universidad de Nebrija reconoce que “el gobierno alemán está adoptando medidas para solucionar sus problemas económicos, como la diversificación en la obtención de la energía, la formación científico-tecnológica, el fomento de la innovación y la puesta en marcha de inversiones para llevar a cabo la transición hacia una economía verde y digital”.