De las Heras, Bodegas Nodus: «Queremos que Ocho Encinas sea nuestro estandarte»
La de Bodegas Nodus es una historia familiar. Todo comienza en 1985, cuando Adolfo de las Heras (padre) funda Bodegas y Viñedos de Utiel, haciéndose con El Renegado, una de las fincas con mayor valor enológico de la Comunidad Valenciana.
Por aquel entonces el negocio familiar era el aceite de oliva, pero el empresario supo dar el salto y, a finales de los 90, montaba una bodega dentro de la finca que, por aquel entonces, únicamente elaboraba vino a granel.
En la actualidad es Adolfo de las Heras hijo, quien, casi cuatro décadas después, nos habla de un proyecto que ha logrado consolidarse como un referente.
El Renegado, una finca emblemática
– No debió ser fácil dar el salto del aceite al vino. ¿Cómo ha sido el camino hasta la actualidad?
Mi padre tenía interés en meterse en la agricultura y eso le llevó a elaborar uva, pero en un principio únicamente a granel. Con el comienzo de siglo dimos un cambio: el del granel era un mercado muy complicado, con muchas bajadas de precio, y decidimos empezar a hacer embotellado.
Así fue como creamos la marca Bodegas Nodus. Por aquel entonces ya contábamos con un hotel rural, pero todavía no habíamos entrado por completo en el mundo de la enocultura.
Desde entonces hemos ido creciendo, aumentando la importancia para nosotros del enoturismo y nuestro porcentaje de exportación internacional. El turismo ha sido fundamental para darnos a conocer y hoy en día estamos en un 50% de mercado nacional y otro 50 % internacional.
Sin embargo, nuestra verdadera diferencia se encuentra en el viñedo. La finca El Renegado es emblemática, cuenta con 500 hectáreas con viñedo y monte situado junto a las Hoces del Cabriel (Valencia). Además, nos ubicamos a mucha altitud, cerca de 800 metros sobre el nivel del mar, todo ello conforma nuestra seña de identidad.
Todos los trabajos del campo los ejecutamos nosotros con empleados propios y estamos muy centrados en la producción ecológica. Nuestro lema es que si uno tiene buena materia prima, es fácil hacer buenos vinos.
Eso nos ha llevado a apostar muy fuerte por la sostenibilidad y lo aplicamos dese el principio con tratamientos menos agresivos para el entorno.
Ocho Encinas, un concepto diferente
– Háblame de vuestro vino Ocho Encinas, que hace honor a las ocho encinas centenarias y monumentales que tenemos en la Finca El Renegado.
Hace cinco años quisimos desarrollar un vino con un concepto diferente. Un tinto muy trabajado y con mucha personalidad, lo que nos llevó a buscar qué variedades se podrían acoplar mejor. Poco a poco hemos logrado desarrollar el proyecto, hasta obtener un vino que refleja nuestros logros este año de embotellado, buscando lograr la máxima representación de la finca y mucha calidad.
Todo importa. Desde cómo seleccionamos los viñedos, hasta cómo refrigeramos la uva antes de entrar a la bodega… todo ello nos permite hacer un caldo de una expresión muy diferente. Este será el estandarte de la bodega.
– ¿Y cómo lo ha recibido el mercado?
Hemos comercializado una primera partida y nuestra impresión es que está gustando al mercado, aunque estamos todavía desarrollando el vino.
Hasta llegar a su punto óptimo pueden faltarnos un par de añadas, esto es un proceso.
Nodus, un proyecto familiar
– Estamos hablando, por tanto, de un proyecto familiar de varias generaciones. ¿Aporta eso un carácter, un valor especial al producto que desarrolláis en la bodega?
En este tipo de sector tienes que conocer muy bien la materia prima y tenerle mucho cariño. Es un proceso largo en el que tienes alegrías y sufrimientos por el camino. Hasta que lo ves en la calle, tienes que dedicarle mucho tiempo.
Todo ello sólo se consigue poniéndole mucho cariño, probándolo con restauradores, sufriendo… Sin embargo, son proyectos en los que el cliente valora mucho esa familiaridad.
Después de todo, nos encontramos en una zona en donde hay bodegas centenarias. Hablamos de cuatro o cinco generaciones en las que cada uno ha ido poniendo su piedra para llegar a donde están.
En los últimos años, la industria del vino ha estado innovando en diferentes aspectos. ¿Qué rol juega la innovación en Bodegas Nodus?
El del vino es un sector en el que hay mucha tecnología que, bien aplicada, te va a dar como resultado una mayor calidad. Lograr ese resultado óptimo depende principalmente de la uva, pero cada proceso al que la sometas te va a quitar algo. Lo que tratamos de lograr es que esos procesos, desde que nos llega la uva hasta que la embotellamos, sean poco agresivos con el vino.
Para lograrlo nos apoyamos en la tecnología, desde la bomba a la embotelladora, procesos más esmerados para que el vino mantenga la máxima calidad de la uva. Hay que invertir en esta tecnología y tratar de sacarle rendimiento.
Apuesta por la sostenibilidad
-En términos de sostenibilidad, ¿qué acciones ha emprendido Bodegas Nodus para minimizar su impacto medioambiental?
Para sectores como el nuestro, ser capaces de producir y conservar el entorno es fundamental, porque dependemos totalmente de él. Antes lo hacíamos por cariño y ahora por la convicción de que la sostenibilidad es importante.
Con el tiempo vamos mejorando los procesos para ser menos agresivos con el entorno. De los antiguos productos químicos que lo mataban todo, hasta los modernos métodos de confusión sexual, que no afectan al entorno, ha llovido mucho.
También hemos montado una depuradora de filtro verde, donde filtramos el agua que empleamos para volver a utilizarla en nuestros árboles frutales. La experiencia nos está funcionando muy bien y nos permite conservar el medio, al igual que utilizando placas solares.
El cliente, embajador de marca
– ¿Qué importancia tiene el enoturismo para ustedes y cómo ha evolucionado su oferta en esta área?
Es un enfoque que nos está resultando muy satisfactorio y que nos aporta calidad y capacidad de dar a conocer nuestros vinos. Nos llega mucha gente interesada en nuestra bodega, en conocer el trabajo que llevamos a cabo y en nuestra cultura. El cliente que viene a la bodega puede conocer nuestros vinos y saber por qué los elaboramos de la forma en que lo hacemos. Al final así se convierten en embajadores de nuestra marca.
Tratamos de evitar la masificación para poder mostrar los procesos de la mano del personal de la bodega. Es muy importante dar a conocer el nombre de la empresa.
Todo ello de la mano de nuestro alojamiento rural, porque la gente venía y no quería irse a ningún sitio. Es agradable que la gente venga a tu casa y esté a gusto.
Antes hacías una cata y venía muy poca gente porque no se entendía. De los que venían algunos compraban, otros no… En los últimos años la gente está muy implicada y tienen interés en la cultura del vino. Todo eso hace que tengamos que prepararnos para darles el mejor servicio. En nuestro caso hemos obtenido las certificaciones «S Sostenibilidad Turística» de ICTE y la certificación «Sustainable Wineries for Climate Protection».
– ¿Cómo imagina el futuro del sector vinícola en España y cuál cree que será el papel de Bodegas Nodus en él?
El sector del vino pasa por momento complicados, con más oferta que demanda. El consumo ha caído con respecto a años pasados, por lo que ha llegado un momento en que se ha frenado y ello ha provocado cierta tensión.
Esto es al final una cuestión de oferta y demanda. Habrá bodegas que desaparezcan, otras se especializarán y, en general, habrá que ser hábil para seguir estando. La vida de las bodegas, por lo general, es larga.
En el futuro seguiremos trabajando mucho para crecer, en la actualidad estamos en 35 países, pero queremos estar en más.
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