En 2018 la Agencia Tributaria incluyó las criptomonedas en su modelo 720, una declaración informativa sobre bienes y derechos situados en el extranjero, lo que permitió conocer a partir de ese momento cómo se estaban comportando las inversiones de los contribuyentes.
Durante la campaña de la renta del 2020, año en que el valor de los criptoactivos se desplomó hasta su mínimo histórico, aproximadamente una cuarta parte de los inversores reportaron pérdidas, lo que subraya la volatilidad inherente del mercado de criptomonedas. A pesar de esto, el interés continuó creciendo, con muchos inversores atraídos por las oportunidades de altos rendimientos.
Sin embargo, las cifras publicadas esta semana por la estadística de Hacienda de declarantes de IRPF durante 2022 reportan que un total de 103.067 contribuyentes españoles declararon pérdidas por operar con monedas virtuales, una cifra que casi duplica a quienes reportaron ganancias (59.649).
La declaración de las ganancias obtenidas por la operación con criptomonedas es obligatoria en la declaración de la renta, pero no es necesario registrar las pérdidas, aunque el contribuyente puede hacerlo si tiene otras ganancias que puede compensar.
Disparidad entre ganancias y pérdidas
La estadística de 2022 muestran un desplome de las ganancias patrimoniales netas (es decir, después de restar las pérdidas a las ganancias) en monedas virtuales: se situaron en 36,2 millones de euros, un 95 % menos que en 2021 (683,9 millones).
Sin embargo, este dato esconde una gran disparidad entre los casos, ya que mientras 59.649 contribuyentes declararon 254 millones en ganancias (una media de 4.254 euros cada uno), otros 103.067 reportaron 218 millones de pérdidas (una media de 2.111 euros).
También hay importantes diferencias en función del valor de transmisión, ya que solo se registraron ganancias netas entre operaciones de al menos 50.000 euros, por un total de 115,2 millones de euros.
En todos los grupos de operaciones por debajo de los 50.000 euros se declararon pérdidas netas, es decir, que se declararon más pérdidas que ganancias. En términos netos se perdieron 57,7 millones en operaciones de menos de 3.000 euros; 15,1 millones en operaciones de entre 3.000 y 15.000 euros; y 6,2 millones en operaciones de entre 15.000 y 5.000 euros.
De 2020 hasta ahora: la evolución de las ganancias
2018 y 2019, los primeros pasos de la regulación
En 2018, la Agencia Tributaria española comenzó a incluir las criptomonedas en el modelo 720, una declaración informativa sobre bienes y derechos situados en el extranjero. Este cambio marcó el inicio de una mayor regulación y transparencia en las inversiones en criptoactivos. Durante este primer año de regulación, el número de contribuyentes que declararon ganancias y pérdidas en criptomonedas fue relativamente bajo, reflejando la novedad del mercado y la falta de claridad regulatoria.
El año siguiente experimentó un crecimiento moderado en el número de contribuyentes que declararon operaciones con criptomonedas. A medida que más inversores se familiarizaban con las obligaciones fiscales y la popularidad de las criptomonedas aumentaba, se produjo un incremento en las declaraciones de ganancias. Sin embargo, las pérdidas también fueron reportadas, destacando la volatilidad del mercado.
2020 y 2021: Aumento de la adopción y auge
En 2020, aproximadamente 100,000 contribuyentes declararon ganancias derivadas de la compraventa de criptomonedas, con un total declarado en ganancias que superó los 400 millones de euros. Unos 20,000 contribuyentes informaron de pérdidas. Este aumento en la adopción y las declaraciones reflejó un interés creciente en las criptomonedas, impulsado en parte por la incertidumbre económica global causada por la pandemia de Covid-19.
El año 2021 fue un año de auge para las criptomonedas, con alrededor de 150,000 contribuyentes declarando ganancias y las ganancias netas ascendiendo a más de 1,000 millones de euros. La entrada de inversores institucionales y la aceptación generalizada de las criptomonedas como una clase de activo legítima impulsaron este crecimiento. No obstante, unos 25,000 contribuyentes reportaron pérdidas, evidenciando la volatilidad del mercado.
2022: Corrección y desigualdad
El año 2022 mostró una corrección significativa en el mercado de criptomonedas. Las cifras previamente mencionadas, de 103,067 contribuyentes españoles con pérdidas, una cifra que casi duplicó a quienes reportaron ganancias (59,649). Las ganancias patrimoniales netas se desplomaron a 36,2 millones de euros, un 95% menos que en 2021 (683,9 millones).
Esta corrección evidenció una notable disparidad: mientras los que declararon ganancias obtuvieron una media de 4,254 euros cada uno, aquellos que reportaron pérdidas tuvieron una media de 2,111 euros. Además, solo se registraron ganancias netas en operaciones de al menos 50,000 euros, totalizando 115,2 millones de euros.
En operaciones por debajo de 50,000 euros, se declararon más pérdidas que ganancias netas, con pérdidas netas de 57,7 millones en operaciones de menos de 3,000 euros; 15,1 millones en operaciones de entre 3,000 y 15,000 euros; y 6,2 millones en operaciones de entre 15,000 y 50,000 euros.
El rendimiento del capital mobiliario se dispara un 26 %
La declaración de 2022 también muestra un importante aumento de las rentas declaradas del capital mobiliario -donde se incluyen la rentabilidad derivada de dividendos, cuentas bancarias o bonos-, que alcanzó los 17.722 euros, un 26 % más, en un entorno de subida de los tipos de interés y mayor remuneración del ahorro.
Así, los rendimientos por intereses de cuentas y depósitos alcanzaron los 1.161 millones (un 1,4 % más) y por dividendos los 14.819 millones (un 46 % más). La rentabilidad de las Letras del Tesoro se situó en negativo.
Por lo que respecta a las rentas del trabajo, los contribuyentes declararon un total de 542.140 millones de euros, lo que da una media de 25.849 euros.
El 21,27 % de los contribuyentes que declararon ingresos del trabajo obtuvieron en 2022 entre 30.000 y 60.000 euros, el grupo más numeroso, seguido de quienes ingresaron entre 12.000 y 21.000 euros (el 21,02 % de los contribuyentes) y entre 21.000 y 30.000 euros (17,36 %). Solo 15.186 trabajadores declararon ganancias de más de 601.000 euros en 2022.