Javier Targhetta (Atlantic Copper): "El cobre va a ser un bien escaso para todo el mundo"
Solo nos faltó un café para hablar de manera pausada sobre una empresa que lleva a cabo un negocio tan complejo como es una fundición, sobre sus planes de descarbonización y, sobre todo, sobre cómo preservar el medioambiente y una materia prima tan preciada y escasa como es el cobre.
Javier Targhetta es ingeniero de Minas por la Universidad Politécnica de Madrid, actualmente es consejero delegado de Atlantic Copper, vicepresidente sénior de Marketing y Ventas de Freeport-McMoRan y presidente de la Confederación Española de las Industrias de las Materias Primas Minerales (Primigea), entre otros cargos.
La evolución de Atlantic Copper
– ¿Cuál es la historia de Atlantic Copper?
Los orígenes de la empresa se remontan a 1873, fecha en la que un grupo de banqueros británicos, liderados por Rothschild, compran al Estado español las reservas mineras de Río Tinto y fundan Riotinto Company Limited. A partir de ahí, desarrollaron un emporio minero industrial que empleaba a 10.000 personas en las primeras décadas del s. XX en las minas de cobre y pirita y en una fundición de cobre.
A partir de 1954, la compañía dejó de ser inglesa, ya que el régimen de Franco fue ‘forzando’ a los ingleses a que esta fuera propiedad española. Con lo que, los ingleses desgajaron los activos de España de otros que ya habían desarrollado en otras partes del mundo como Australia y Sudáfrica y se lo vendieron a siete bancos españoles que fundaron Minas de Río Tinto.
Esta fue la semilla de lo que hoy en día es nuestra compañía bajo el nombre de Río Tinto Patiño. Esta trasladó la fundición de Río Tinto a Huelva, ya que había puerto de mar, además esa fundición iba a surtirse no sólo del mineral de las minas de Río Tinto, sino también de minerales del resto del mundo.
La empresa fue evolucionando, creciendo…, y la fundición, que nació para 40.000 t en 1985, tenía 150.000 t de capacidad. En 1993, Freeport-McMoRan, compañía de vanguardia minera norteamericana, hoy día con sede en Phoenix (Arizona), compró la empresa que, en aquella época se llamaba Río Tinto Minera.
Freeport-McMoRan necesitaba una fundición para que los bancos le aprobaran una financiación cercana a los 1.000 millones de dólares de aquella época, para ampliar la mina Grasberg, en la isla de Nueva Guinea (Indonesia). Los bancos le exigían que contara con una fundición donde colocar el mineral de cobre que iba a producir de manera adicional por la ampliación. Por su parte, yo me había incorporado en 1990 como consejero delegado. Con lo que participé en la operación de compraventa por parte de Freeport.
– ¿Cuáles fueron sus planes en aquel momento?
Nada más llegar aterrizaron con un gran proyecto que consistía en duplicar la capacidad productiva de la fundición que es, más o menos la que tenemos hoy y que asciende a las 300.000 t de cobre anuales. En este punto nos incorporamos a la Champions League de las fundiciones de cobre del mundo.
En 1995 vendimos las minas de Río Tinto ya que estas tenían las reservas muy menguadas.
Sin embargo, los directores y trabajadores de la mina querían que esta siguiera activa ya que confiaban en que se podían ampliar las reservas. Decidimos venderles esos activos aportando capital para que pudieran reabrir la mina, que estaba parada, poner al día la maquinaria y llevar a cabo reparaciones medioambientales. Contribuimos también con una partida económica para que, en el caso de que todo fuera mal, compensara por despido improcedente a todos los trabajadores.
Hoy en día está funcionando bajo el nombre de Atalaya Mining con accionariado extranjero y cotiza en la bolsa de Londres. Mientras, nosotros fuimos creciendo y fortaleciéndonos y ya en el s. XXI, somos una de las dos o tres fundiciones más eficientes en energía del mundo.
– De ahí el proyecto CirCular…
Eso es, lo iniciamos hace dos años y arrancará en 2025. En él hemos invertido 310 millones de euros.
A través de este proyecto, trataremos equipos electrónicos de deshecho y que han terminado su vida útil. Con esta iniciativa conseguimos dos fines: recoger esos residuos para que no estén abandonados sin control; y por otra parte, aprovechar la riqueza que se puede obtener de metales como el cobre, oro, plata, platino, paladio, níquel y estaño necesarios para las transiciones energéticas, de descarbonización, etc., que el mundo necesita.
En esta misma línea ya hemos establecido contactos con 100 posibles suministradores para las 60.000 t de ese material que trataremos. Este proyecto coloca a España también en la gran liga del reciclaje de la economía circular para obtener metales. Sólo hay otros siete países en el mundo que han puesto en marcha esta misma iniciativa como son Bélgica, Alemania, Suecia y Canadá. En Japón hay dos empresas y en Corea otra. Además, hay dos plantas en construcción, la nuestra y otra en EE.UU.
– ¿Dónde se ubicará esta planta y cuántos empleos crearéis?
La planta estará en Huelva y crearemos 350 empleos y 250 más en el pico de la construcción de la planta. De hecho, ya estamos preparando la plantilla a través de la formación para que cuando arranquemos, esté todo preparado y el ascenso de la producción hasta alcanzar su nivel normal sea lo más corto posible.
Esta nueva planta, que se está construyendo en nuestras instalaciones, seguirá siendo una unidad más de Atlantic Copper sin personalidad jurídica.
– ¿Qué posibilidades nos abre en cuanto a producto?
Nos permite acceder a mercados que requieren de tecnologías muy avanzadas y que necesitan el oro, el platino y el paladio como pueden ser Alemania, Bélgica, Holanda y Dinamarca en Europa. Son países a los que no exportamos porque nuestro cobre va al sur de Europa. Estos metales los produciremos en forma de lodos y que se obtienen en la última fase de producción del cobre. Estamos estudiando también la posibilidad de refinar estos lodos y producir lingotes de estos metales.
A orillas del río Odiel
– Vuestro complejo metalúrgico esta orillas del río Odiel y frente al paraje natural de las Marismas. ¿Cómo conviven una fundición de cobre y un paraje natural?
Nos sentimos muy felices de poder demostrar la compatibilidad de una actividad industrial, que busca la excelencia en el cuidado del medioambiente, con las marismas.
Además, estamos decididos a que esta convivencia continúe y se enriquezca su avifauna.
– ¿Qué productos obtenéis a través del cobre? ¿A qué países los destináis?
El mineral de cobre, que en el argot minero internacional se denomina concentrado de cobre porque integra un tercio de azufre, cobre y hierro y otros elementos como níquel, antimonio, bismuto, oro, plata, platino y paladio.
Cada uno de estos tres elementos –S, CU, FE– van a producir uno de nuestros tres productos principales y un cuarto producto que contiene todos esos metales comentados.
Los tres productos son: el cobre catódico o cobre de grado A y que sirve para hacer tubos, aleaciones de cobre como el latón, placas de tejado, cable para transportar electricidad…
El segundo producto que elaboramos es el ácido sulfúrico y que va destinado a la industria química y, especialmente, a los fabricantes de fertilizantes. Y el tercero es un silicato de hierro que se emplea sobre todo en la industria del cemento. Ese mineral de hierro lo suministramos en forma de silicato y lo vendemos a empresas de cemento de España y de la cuenca del Mediterráneo y también en América del Norte y América del Sur.
El 60% del cobre lo vendemos en España a dos fabricantes de alambrón y de hilo para hacer cable, uno de ellos está en Córdoba (Cunext) y otro en Barcelona (La Farga). El resto lo exportamos también a la cuenca del Mediterráneo, Arabia Saudí y Dubái.
La mina de Indonesia
– ¿De dónde traéis el mineral?
Lo traemos de nuestras propias minas. Principalmente de Perú (Cerro Verde). Todavía traemos de la mina Grasberg en Indonesia.
– ¿Cuál es la situación de la mina de Indonesia?
He hecho hincapié en ‘todavía’ porque en Indonesia, nuestro grupo está conjuntamente con el Gobierno construyendo una fundición mayor que la nuestra que va a tratar todo el mineral de la mina Grasberg. Con lo cual, entre alguna fundición que ya tenemos en Indonesia y la nueva absorberá todo el mineral de Grasberg, por lo que no exportaremos nada de dicha mina. Este es el resultado de una decisión del Gobierno ‘muy nacionalista’ de añadir todo el valor a los recursos del país.
Entre los beneficios, es verdad que se añade un cierto valor pero una porción relativamente pequeña. Es decir, el concentrado de cobre nuestro de allí, que además de cobre tiene oro, cuando está en forma de concentrado ya ha obtenido el 90% del valor final del cobre. Es decir, nosotros le añadimos solo el 10%.
Por tanto, añades valor, pero estás desviando la inversión de empresas extranjeras que quieren desarrollar proyectos tanto en sus propios países como en terceros, no para quedarse absolutamente en Indonesia.
Nuestro complejo metalúrgico minero en Indonesia iba a ser impresionante, el más importante del mundo. Sin embargo, ya contamos que en la segunda mitad de este año ya no recibiremos materia prima de Indonesia. A pesar de todo, nuestro plan de abastecimiento ya está preparado hasta más allá de 2030 para sustituir ese mineral.
– ¿Cuál es el papel del Gobierno en esta mina?
El Gobierno ha entrado en su accionariado pero los operadores somos nosotros. Es decir, la explotación, las ventas, las compras, la propia construcción de la fundición…
Más que una fundición
– Veo que Atlantic Copper es más que una fundición…
Somos de las pocas unidades que el Grupo Freeport tiene el 100% de las acciones, a pesar de que el nombre no es Freeport.
– ¿El cobre es un bien escaso?
Sí, lo es. Va a ser un bien escaso para el mundo y para Europa. El viejo continente es un importador neto de cobre.
La UE promueve, dentro del marco de la nueva ley de Materias Primas Fundamentales, recientemente aprobada, la búsqueda y explotación de recursos naturales autóctonos; el reciclaje, que nosotros ya llevamos a cabo y que vamos a incrementar con el Proyecto Circular; y llegar a acuerdos comerciales con países ricos en materias primas, concretamente en cobre y, de esta forma, asegurar el suministro a Europa.
Desde Atlantic Copper apoyamos las tres iniciativas, pero debemos empezar por conservar lo que ya tenemos tanto de minas como de grandes fundiciones.
Quería aclarar que no nos basta con los acuerdos comerciales. Así como China y Estados Unidos tienen inversiones en todo el mundo fuera de sus propios países, además de la producción autóctona de cobre y otros minerales, Europa tiene poco dentro y nada fuera.
Por ello, tenemos algunas ideas para compartir con el Gobierno español y a su vez coliderar en Europa un movimiento liderado por las empresas de los países productores y establecer una relación empresa a empresa que consistiría en prestar ayuda técnica, cofinanciar alguna inversión en minas o en fundiciones y ganar presencia y, de esta forma, asegurar el abastecimiento de mineral de cobre metálico ya terminado en Europa.
Ya hay algún movimiento en Europa en este sentido, como es el caso de las empresas automovilísticas que intentan abastecerse de los materiales básicos –litio, cobalto y níquel– para fabricar las baterías de coches.
– ¿Cómo tenéis previsto llevar a cabo la transición en la fundición hacia energías sostenibles y no contaminantes?
Hoy en día, el 51 % de la energía eléctrica que consumimos es autogenerada o proviene de fuentes renovables. Concretamente, lo que se llaman PPA (Power Purchase Agreement) con empresas que nos suministran energía renovable tanto eólica como fotovoltaica.
La energía eléctrica que generamos se debe al poder calorífico que tiene nuestro mineral al fundirlo y ese calor lo aprovechamos para producir vapor que turbinamos y generamos electricidad. Y luego hay otra fase del proceso, que es la fabricación del ácido sulfúrico, que también es muy exotérmico. Ese calor también lo aprovechamos y por tanto hoy día, el 25 % de nuestra energía eléctrica la generamos nosotros mismos.
Sostenibilidad
– ¿Qué planes tenéis para ser sostenibles?
Tenemos en marcha un preacuerdo para otro PPA que aumentaría otro 10% nuestra independencia energética, con lo que pasaríamos al 61%. Además, tenemos otro proyecto en discusión de otro PPA más y una ampliación de la turbina de nuestra central térmica para darle otro empujón que nos lleve de ese 25% a cerca del 37%.
Con estas tres medidas pasaríamos del 51% actual a cerca del 80% que puede ser autogenerado, con precios muy competitivos. El único coste es el capital que tenemos que invertir para obtenerlo o las fuentes renovables, que tenemos contratos a muy largo plazo, de entre 10 o 15 años a precios muy competitivos.
De esta forma, el camino lo tenemos ya pavimentado para que en cuatro años alcancemos este 80% de energía no dependiente del mercado.
– ¿Qué planes tenéis de futuro, además del Proyecto Circular?
Estamos arrancando una planta de tratamiento de aguas que reducirá su consumo en un 25% y que contribuirá a paliar parcialmente el problema de sequía que tenemos en España.
Por otra parte, el silicato de hierro que producimos lo granulamos en granos de arroz y garbanzos más o menos y estamos pensando en llevar a cabo este proceso en seco.
Es decir, en vez de utilizar agua sería con aire. Ese agua no tendríamos que tratarla y además, ese calor que hoy en día no podemos aprovechar no serviría para generar más energía.
Estamos trabajando con proyectos para reducir a prácticamente a cero cualquier emisión tanto de CO2, como de dióxido de azufre. Con lo cual, estamos trabajando en todas las áreas: aprovechamiento del calor, eliminación de emisiones, disminución de nuestros costes de energía…
– ¿Qué invertís en innovación?
Para proyectos nuevos destinamos entre 50 o 60 millones de euros al año, sin contar con la planta Circular que cuenta con su propio presupuesto.
Para llevar a cabo nuestra innovación establecemos alianzas con universidades españolas y europeas –la Universidad de Helsinki y la de Agen, la de Freimer y Freiburg en Alemania, la de Luven en Austria, la de Sevilla, la Politécnica de Madrid, la de Huelva…– y con empresas de investigación, ingenierías…
En definitiva, estamos continuamente intentando innovar en todo lo que podamos: en energía, en mejoras de procesos, en la recuperación de metales del mineral que compramos….
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