Sábado, 27 de Abril de 2024
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González (APPA): “Solo con la electrificación no se van a alcanzar las metas”

González (APPA): “Solo con la electrificación no se van a alcanzar las metas”

España dispone de un sistema eléctrico robusto. En 2023, según datos de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), nuestro país contaba con una potencia instalada total de 122.064 MW. Al analizar por tecnologías, podemos observar que la energía eólica supera a los ciclos combinados para convertirse en la tecnología con más megavatios, 30.371, seguida de los ciclos combinados de gas, con 26.250 MW.

En 2022, las tecnologías renovables generaron el 42,2% de la electricidad en España. Economía 3 entrevista a José María González Moya, director general de APPA Renovables.

Tendencias en sostenibilidad

– El cambio climático, la sostenibilidad, el hidrógeno verde… han sido tendencia en 2023. ¿Cómo han evolucionado las empresas en cuestiones como la sostenibilidad? ¿Cumplirán las fechas impuestas por la UE?

En lo referente a los objetivos renovables, España cuenta con unos recursos naturales envidiables y un liderazgo internacional por nuestra experiencia en integración. Sin embargo, es importante resaltar que los objetivos son muy ambiciosos y, en el actual escenario de contracción de la demanda eléctrica, es difícil que los alcancemos si no hay una mayor voluntad política por conseguirlo.

– Las energías renovables aportaron en 2022 un 42,2% de la generación eléctrica nacional. Según varios estudios, en España será necesario un incremento de potencia anual superior a los 5 GW para alcanzar una tasa de producción eléctrica a partir de renovables en torno al 70% si se pretende alcanzar los objetivos de descarbonización y de cuota de renovables sobre el mix energético fijados para 2030. ¿Lo conseguiremos?

En lo que llevamos de año, esa cifra ha subido hasta el entorno del 50% y el último objetivo es que las renovables supongan el 81 % de la electricidad en nuestro sistema eléctrico. Es una meta doblemente ambiciosa, por un lado, porque implica que tenemos que hacer un esfuerzo instalador en siete años equivalente al de las últimas tres décadas y eso implica un volumen de inversiones muy alto, estamos hablando de decenas de miles de millones de euros.

Y, por otro lado, la complejidad aumenta según nos acercamos al 100%, es más sencillo aportar el 10% de renovables que va del 20% al 30% que incrementar ese mismo porcentaje del 70% al 80%, especialmente complejo si dejamos que la competitividad económica y la sencillez de instalación que tiene la fotovoltaica sean los principales condicionantes.

Debemos evolucionar hacia un mix más limpio, pero también gestionable, y eso implica una conjunción de tecnologías, donde la solar tendrá un papel protagonista, pero no puede ser la única porque nos equivocaremos. Y los errores en las infraestructuras energéticas son errores que soportamos durante décadas.

Las energías renovables en España

– En estos momentos, ¿qué nivel de penetración tienen en España las energías renovables con respecto a Europa? ¿La subida de los costes energéticos empresariales ha obligado a muchas de ellas a acelerar la incorporación de placas solares… para abaratar costes?

Indudablemente. El autoconsumo ha tenido un papel protagonista y ha ayudado a ciudadanos e industrias a afrontar sus costes energéticos. Somos un país privilegiado, especialmente con las horas de sol, y el crecimiento espectacular experimentado por el autoconsumo, que ha multiplicado por 26 su potencia anual instalada en apenas cuatro años, responde a esa competitividad.

El Informe Anual del Autoconsumo Fotovoltaico, que publica APPA Renovables todos los años, cifraba en 2022 en 338 euros de ahorro por cada kilovatio instalado para los hogares y en 280 € por kilovatio para empresas. Es cierto que fue un año con precios del mercado eléctrico altos, pero esas instalaciones blindan la economía familiar y la competitividad empresarial ante variaciones de precios durante al menos veinte años.

Respecto al nivel de penetración, nuestro país es líder en integración de tecnologías como la eólica y la fotovoltaica.

Las empresas han asumido el reto de la transición energética, pero la historia nos ha enseñado que hemos sufrido con las políticas de ‘arranque y parada’, es necesario que la instalación de proyectos sea constante en el tiempo, aunque el ritmo sea menor. No se pueden formar y movilizar profesionales para cortos períodos de tiempo, el compromiso ha de ser mutuo, entre las empresas y la transición, y ha de ser a largo plazo.

– ¿La energía fotovoltaica ha sido la que más ha aumentado su potencia instalada? ¿Qué otras alternativas están poniendo en marcha las empresas?

Es la que más se está instalando, tanto para venta a red como para autoconsumo. Es una tecnología competitiva en costes, sencilla de instalar y fácil de entender. Pero también tiene la limitación del recurso, algo que puede mejorar con almacenamiento, pero es preferible que optemos por un mix tecnológico que aproveche la complementariedad de las renovables.

Las empresas están también apostando por la eólica y, para cubrir sus costes energéticos, existen otras alternativas al autoconsumo como los PPA (Power Purchase Agreement), que están creciendo mucho en nuestro país.

Hidrógeno verde

– ¿Cómo va el desarrollo del hidrógeno verde? Finalmente, ¿será una realidad?

Será una realidad, porque es una opción también para ese excedente eléctrico, pero lo vemos en el medio plazo. Hay también otros gases renovables como el biogás y el biometano. Todos ellos permiten llegar donde la electricidad no lo hace, como a procesos industriales de altas temperaturas, y nos da la opción de contar con combustibles renovables que sustituyan a los fósiles, que no tenemos y debemos importar.

– La sequía y las lluvias torrenciales han sido una constante a lo largo del año. ¿Qué medidas se están tomando desde el sector para hacer frente a esta situación? ¿Con qué medios vamos a mitigar estos efectos?

La sequía es el único gran cambio que afecta a la generación eléctrica renovable de un año a otro, cuando antes hablábamos de ese 42% de electricidad renovable y este año estamos en un 50%, esa variación es por la nueva potencia que se incorpora pero, sobre todo, porque en 2022 sufrimos la peor sequía que ha experimentado Europa en décadas. Si hablamos del almacenamiento del agua, nuestro país hace muchos años que no incorpora grandes embalses.

Sin embargo, es una pena que la tecnología minihidráulica, que es la tecnología de generación eléctrica renovable más antigua (algunas centrales tienen más de un siglo de funcionamiento) y la más limpia, no tenga el apoyo necesario para, no ya su desarrollo, sino para evitar su paulatina desaparición. Es muy importante que cuidemos de estas instalaciones y las potenciemos.

El futuro de las energías renovables

– A pesar del aumento de la producción de las energías renovables, ¿seguimos necesitando importar energía del exterior?

Totalmente. España necesita importar el 70% de la energía que consume, esa es nuestra dependencia energética. En Europa es un problema, con una dependencia del 59,6% pero en nuestro caso es aún peor. En 2022 pagamos más de 90.000 millones de euros en importaciones energéticas, lo que arrojó un saldo comercial negativo de más de 52.600 millones de euros.

Para que nos hagamos una idea, el déficit total de nuestra economía es de 68.112 millones de euros. Trabajar para sustituir las importaciones fósiles por renovables debería ser una prioridad y no del Ministerio para la Transición Ecológica, para el de Economía…

– ¿Qué tendencias van a marcar 2024 el sector de las energías renovables?

En primer lugar, debemos resolver la incorporación de potencia renovable al sistema, los famosos hitos. También debemos trabajar para impulsar el almacenamiento y la hibridación, diversificando las fuentes renovables, para no agravar en exceso el problema de los vertidos y las horas a precio cero en el mercado. Y si buscamos alcanzar los objetivos marcados en energía, hay que abordar sin demora la transición en el sistema energético, no ceñirnos a la electricidad.

La electricidad es solo el 25% de la energía, la parte del león es el otro 75%: usos térmicos, transporte, industria con procesos de altas temperaturas. Sólo impulsando la electrificación, aunque lo hiciéramos bien, no se van a alcanzar las metas.

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