El objetivo de Aidimme no es otro que promover la competitividad e innovación en las empresas. Esto se puede concretar en dos áreas troncales: los servicios y la dedicada a la investigación y al desarrollo técnico y tecnológico. Todo ello, se estructura en distintas líneas de I+D, como son la economía circular, la fabricación aditiva, el desarrollo de producto, la digitalización industrial, el desarrollo de nuevos materiales o los sistemas de embalaje, entre otras.
Economía 3 entrevista a Vicente Rocatí, director del Instituto Tecnológico Aidimme.
Qué es Aidimme
– ¿Qué actividad desarrolla Aidimme?
Promueve la competitividad e innovación en las empresas en dos áreas: los servicios y la dedicada a la investigación y al desarrollo técnico y tecnológico, que estructuramos en distintas líneas de I+D, como la economía circular, la fabricación aditiva, el desarrollo de producto o la digitalización industrial; y el desarrollo de nuevos materiales o sistemas de embalaje, entre otras.
Por su parte, los servicios atienden a los análisis y ensayos para garantizar la seguridad y calidad de las materias primas y los productos en cumplimiento de la legislación y los estándares industriales, con sus certificaciones en cada caso. Hay que añadir el asesoramiento y colaboración con la distribución y los servicios avanzados, de ingenierías –procesos, sensórica, robótica, simulación, forestal…–, diagnosis de madera estructural, economía circular, aguas o mercados y estrategia, entre otros.
– ¿A qué retos se enfrentan los sectores a los que da servicio?
El Instituto está vinculado a sus sectores originarios –metalmecánico, madera, mueble, embalaje, construcción e industrias afines– de amplia cobertura industrial, que a su vez están implicados en otros que aglutinan empresas vinculadas al hábitat, la automoción, el transporte y la movilidad, la energía, el agua y el medioambiente, los bienes de equipo y consumo.
Una diversidad sectorial con sus objetivos permanentes de mejora y adaptación al entorno competitivo, a los que se incorporan, por un lado, los retos derivados de los avances en nuevas tecnologías, donde hay que armonizar los procesos con la formación continua y las funciones y nuevas capacidades laborales; y por otro, el reto climático y medioambiental.
Economía circular
– En este sentido, ha citado la línea estratégica de economía circular.
Nuestra línea de I+D de economía circular está generando un marco de trabajo que las empresas perciben como imprescindible. Por ello, facilitamos a las empresas un abanico de recursos para su progresiva incorporación a la economía circular como modelo productivo y de gestión global, necesario si queremos preservar el planeta. Estamos todos implicados.
– ¿En qué proyectos trabajáis para mejorar la sostenibilidad productiva?
Volcamos muchos recursos en servicios y acciones de I+D, y disponemos de la marca Circulatool, un sistema que incorpora a la empresa en un proceso de circularidad con cinco niveles hasta su certificación final.
Abordamos distintos ámbitos, como la recuperación y la valorización eficiente de materiales y compuestos para reintroducirlos en la cadena productiva, en Simbiosis Industrial donde impulsamos el Observatorio del mismo nombre promovido por Ivace que gestiona recursos entre empresas de los polígonos industriales o en construcción sostenible para reducir el impacto energético, o en el crucial tema del agua.
– ¿Qué planes tenéis para este año 2024?
Seguir mejorando nuestras capacidades para ofrecer un servicio ágil y dinámico y en constante adaptación al entorno industrial y empresarial, basado en el plan estratégico que estamos implantando, y con el apoyo imprescindible de la Administración, especialmente de la Generalitat, a través de Ivace y otros estamentos implicados en la I+D.