Los precios de los alimentos podrían dispararse sin «el corredor del trigo»
Cumplidos los 500 días desde que Moscú lanzase sobre Ucrania la supuesta «operación especial» que debía tomar rápidamente Kiev, las consecuencias del conflicto continúan castigando las economías europeas. El fuerte aumento de precios de las materias primas experimentado desde el comienzo de la invasión, ha repercutido en un fuerte aumento de precio de recursos como el gas o la arcilla. Con el estancamiento del conflicto, la normalización de precios parece un objetivo todavía lejano.
Según los datos extraídos del informe «La alimentación mes a mes, abril 2023», elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en nuestro país el consumo total de fruta y verdura per cápita desde mayo de 2022 hasta abril de 2023 se ha reducido en 2,5 kilos menos por persona al mes. Durante 2022, todas las categorías de frutas y verduras experimentaron un descenso en su consumo de más de un 12 %, incluso en los productos más demandados como el tomate.
Estos días se debate la prórroga -o no- de la Iniciativa del Grano del Mar Negro, la cual garantiza que el grano de Ucrania, el quinto país exportador de este básico alimentario mundial, siga fluyendo. Con el comienzo de la guerra y el subsiguiente bloqueo naval sobre tres de los principales puertos ucranianos, el precio del trigo alcanzó máximos históricos, llegando a situarse en más de 1.200 dólares la tonelada.
El trigo importa, pero no sólo
Las proyecciones realizadas por el Servicio Agrícola Exterior -FAS por sus siglas en inglés- del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos auguran que la producción de trigo ucraniana caiga a su nivel más bajo en 12 años. En concreto, el organismo estima que la producción de cereal se reducirá a la mitad, unos 17,5 millones de toneladas, durante este año y el siguiente. También las exportaciones caerán a 10,5 millones de toneladas, frente a los estimados 16 millones del año pasado.
Sin embargo, según el portal especializado World-Grain.com, las proyecciones podrían ser mucho más bajas si Rusia decide no participar en la Iniciativa del Grano del Mar Negro. Funcionarios ucranianos entrevistados por la agencia Reuters, afirman estar «casi seguros» de que Rusia no renovará el acuerdo cuando expire el próximo 17 de julio, ya que está desarrollando una alternativa para sus exportaciones de amoníaco.
Y es que el Kremlin ha amenazado con no extender el acuerdo a menos que se cumplan una serie de demandas, entre las que se incluye la eliminación de obstáculos a las exportaciones rusas de granos y fertilizantes. El acuerdo de exportación del Mar Negro también permite la exportación segura de amoníaco ruso, que se utiliza en fertilizantes de nitrato, pero no se ha enviado ninguno en el marco de esta iniciativa.
Rusia no ve motivos para extender el acuerdo
A finales de la semana pasada, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió en un comunicado «priorizar la seguridad alimentaria global» ante las perspectivas de que no se renueve el acuerdo por la oposición de Rusia. La iniciativa, recordó Guterres, ha contribuido a bajar considerablemente los pecios de los alimentos a nivel mundial y ha evitado hambrunas en aquellos países en los que el grano supone una base fundamental en la dieta de la población.
Sin embargo, Moscú parece no hallar fundamentos para prolongarlo de nuevo, porque el acuerdo del grano ucraniano, afirman, se ha convertido en «un pacto comercial y no humanitario». Además, ha denunciado que las sanciones internacionales en su contra impiden que se cumpla la parte del pacto que debía garantizar sus exportaciones de alimentos y fertilizantes.
Y es que desde los tres principales puertos bloqueados del Mar Negro -Odesa, Chornomorsk y Yuzhny/Pivdennyi- no parte únicamente el trigo, sino que también lo hace el amoníaco. El desafío es por tanto doble, ya que este fertilizante es vital para la producción de las siguientes cosechas y, por tanto, el precio futuro del grano.
Turquía busca extender el acuerdo
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha sido uno de los actores principales en las negociaciones entre Moscú y Kiev desde el comienzo del conflicto. El llamado «corredor de cereales», un pacto cerrado hace un año entre con la mediación de Ankara y la ONU, para que puedan salir los barcos cargados de grano desde los puertos del Mar Negro al mercado internacional, expira el próximo 17 de julio.
En rueda de prensa en Estambul, Erdogan dijo que ha «discutido» este asunto con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y que lo hablará con Putin «por teléfono o el próximo mes, cuando venga (a Turquía)». El presidente turco no especificó la fecha de esa visita, que sería la primera que hace el jefe del Kremlin desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022.
«La continuación del corredor del grano no debe estar vinculada al estado de ánimo del presidente ruso. Rusia está bloqueando el Mar Negro. Rusia no debe disparar a los barcos», declaró el presidente ucraniano.
Moscú esquiva las sanciones al gas
Rusia ha sido, de forma excepcional en lo que va de año, el primer país de origen del gas natural que llegó a España en junio, con 7.673 gigavatios hora (GWh), el 26,8 % del total recibido, si bien la cantidad importada se redujo, tanto en términos interanuales (un 12,3 %) como respecto a mayo (un 20,6 %).
Según el boletín estadístico publicado este viernes por Enagás, en el acumulado anual, Argelia ha sido el principal proveedor de España con 42.204 GWh de gas natural y 7.839 GWh de gas natural licuado (GNL), lo que representa el 24,4 % del total, pese a la reducción experimentada en junio con motivo del mantenimiento anual programado.
En concreto, en el último mes España importó desde allí 5.039 GWh de gas natural, un 31,4 % menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior, como consecuencia de estas labores, las cuales han concluido con éxito.