Credit Suisse dice adiós a los mercados tras más de 165 años de historia, en una jornada en la que sus acciones aún cotizan. Este desenlace resultaba inimaginable hace tan sólo unos meses, antes de que la caída de bancos regionales en Estados Unidos generara una ola de pánico que afectó al segundo banco con mayor capitalización de Suiza.
A lo largo de los años, la entidad se enfrentó a diversos escándalos, presenció la caída de empresas en las que tenía inversiones significativas y fue objeto de investigaciones por corrupción en varios países. Sin embargo, ha sido un «shock» externo lo que finalmente la ha llevado al borde de la quiebra, la cual sólo pudo evitar gracias a la intervención indirecta del Gobierno suizo..
Ante la situación catastrófica, el Ejecutivo presionó a UBS para adquirir a su rival por la modesta suma de 3.000 millones de euros. Esta acción no solo buscaba ayudar a Credit Suisse, sino también evitar el impacto imprevisible que podría tener el colapso del banco.
¿Qué ocurrió?
Credit Suisse fue fundado en 1856 con el objetivo de financiar el desarrollo de la red ferroviaria de Suiza. Aunque resistió la crisis financiera global de 2008, incluso siendo considerado como potencial comprador de UBS en ese momento, la entidad optó por multiplicar las inversiones de riesgo, estrategia que resultó desastrosa.
Mientras que la firma veía reducirse gradualmente su capitalización y perdía confianza debido a los escándalos, UBS se recuperaba y se consolidaba nuevamente como una entidad de referencia internacional. Esta última empresa es el resultado de fusiones de 370 entidades bancarias a lo largo de más de siglo y medio.
La adquisición de Credit Suisse por parte de UBS fue anunciada en marzo, y en ese momento, la capitalización de la empresa compradora en bolsa era de aproximadamente 77.000 millones de euros, en comparación con los 11.800 millones de entidad quebrada.
¿Y ahora qué?
Se estima que se recortarán al menos 10.000 puestos de trabajo de los que tenía Credit Suisse al momento de la transacción, y que se cerrarán 75 sucursales en Suiza, además de las ubicadas en otros países. UBS tiene 200 sucursales en Suiza, donde tiene la gran parte de su negocio.
En términos de desempeño financiero, la empresa compradora registró un beneficio de alrededor de 7.100 millones de euros en 2022, tras recibir a una gran parte de la clientela que abandonó Credit Suisse asustada por sus malos resultados.
En resumen, la salida de la firma suiza de los mercados marca el fin de una historia centenaria y destaca el papel de UBS como el principal banco de Suiza, que ha logrado mantener su solidez financiera y atraer a los clientes de su rival en apuros.