Jueves, 25 de Abril de 2024
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Ni el oro ni el paladio, el indicador real de la marcha económica es el cartón

Ni el oro ni el paladio, el indicador real de la marcha económica es el cartón

«No es algo nuevo», iniste Leopoldo Santorromán, presidente de AFCO, la Asociación Española de Fabricantes de envases y embalajes de Cartón Ondulado, que representa al porcentaje mayoritario de la producción en España, alrededor del 80 % del sector.

Si bien la cotización del cartón se ha convertido en el nuevo termómetro para pronosticar y medir en tiempo real cómo avanza la marcha de la economía, Santorromán, que es además CEO de una de las empresas centenarias del sector, explica a Economía 3 que «el cartón siempre ha sido un indicador muy acoplado a los datos de consumo, por ser el producto número uno en envase y embalaje del mundo, mucho antes incluso del boom del e-commerce».

Termómetro

Con los cambios de consumo acelerados por la pandemia, cobra mucho más sentido que analistas e inversores, que suelen tomar como referencia la cotización de materias primas como el cobre, el oro, el paladio o el níquel, ahora fijen también su atención en este material, «barato, seguro y sostenible».

«También las nuevas normas sobre envases y residuos han puesto en el candelero un producto que antes pasaba más desapercibido, pero que se utilizaba permanentemente para transportar, envasar e informar sobre el contenido de todo aquello que era susceptible de ser consumido». «Siempre ha sido el material preferido para toda mercancía que debía ser transportada y protegida», recalca Santorromán. Por tanto, augura el presidente de AFCO que seguirá siendo un termómetro esencial de la actividad de consumo.

¿Se ha incrementado su precio? Santorromán reconoce que, como casi todos los productos que están directamente influidos por los costes energéticos y los cuellos de botella en las cadenas de suministro, el cartón «ha sufrido» un aumento significativo: «en los dos últimos años podemos hablar de un 25 %, seguro», afirma.

Preguntado sobre si hay escasez de material, Santorromán confirma que la «ha habido», pero que ya se ha solucionado. «Hubo una gran demanda que coincidió con líneas de abastecimiento ‘comprometidas’ que dieron lugar a cuellos de botella que hoy por hoy se han solucionado. La situación se ha estabilizado y se han atendido las demandas».

Se enfría la economía

Sin embargo, los últimos datos muestran una ralentización, algo que ya se observó al cierre de 2022 según el último informe de AFCO, que ahora confirma Santorromán al sumar la demanda de estos dos primeros meses del año: «Es una realidad. Está bajando la demanda. Desde el segundo semestre de 2022 en toda Europa, no sólo en España, se empezó a ralentizar la demanda de nuestro producto, porque en general se estaban recibiendo menos órdenes de pedidos».

Esto supuso pasar de una producción total en nuestro país de 6.122 millones de m2 en 2021 a 5.943 millones en 2022, lo que respresentó una caída del 3 %. Así la media de producción de cartón por habitante en 2022 bajó hasta los 62,4 kg frente a los 65,9 kg de un año antes.

«En la actualidad, estamos notando un enfriamiento claro de la economía», subraya el presidente de AFCO. Hay que tener, en cuenta que el principal consumidor de cartón ondulado en España es la industria alimentaria, con un 35,5 % del total. Por detrás, se sitúan los productos agrícolas, con un 25 %, y el sector de las bebidas no lácteas (9 %). Les siguen bienes de equipo y auxiliares y bienes de consumo; mientras que, pese al boom de la paquetería, la logística y el comercio electrónico apenas representan un 5 % del total, según el informe de AFCO.

España sigue siendo el tercer productor de Europa, por detrás de Alemania e Italia, pero si en 2021 AFCO contabilizaba 71 empresas onduladoras y 89 fábricas en nuestro país; en 2022 rebaja la cifra a 67 empresas y 88 fábricas. A pesar de ello, la facturación total del sector (tanto directa como indirecta), creció en 2022 un 21,4 % –aún cayendo la producción un 3 %– y alcanzó los 7.618 millones frente a los 6.273 de un año antes.

¿Bajará el precio del cartón?

Confirma Leopoldo Santorromán que la industria siempre apuesta por una proceso continuo de eficiencia de los costes «y que hoy por hoy en ese sentido ya hay poco margen de maniobra». «Todo aquello que suponga globalmente un abaratamiento del coste tendrá que ver con un debilitamiento de la calidad del producto», afirma. Ese abaratamiento llegaría por la vía de rebajar el gramaje, eso sí, sin tratar de comprometer el comportamiento del envase.

«Llegaríamos a un producto un poco más económico que también pueda satisfacer la necesidad, con más riesgo, pero asumible. Eso es un trabajo permanente en cualquier empresa», corrobora el presidente.

«Hay que buscar un cierto equilibrio entre asumir un poco más de riesgo en el transporte en favor de la eficiencia, sin olvidar que la razón de ser del cartón ondulado es proteger y agrupar la mercancía para que llegue a su destino en perfectas condiciones», asegura Santorromán.

¿Se adecúa el packaging al tamaño del producto?

Lo cierto es que gran parte de la opinión pública, sobre todo en referencia al comercio electrónico, opina que es necesario optimizar el consumo del cartón en paquetería: «adaptar todavía más el embalaje –en tamañ0 y forma– al producto que contiene». El consumidor final percibe que las dimensiones de la paquetería no se ajustan a la máxima de «no transportar aire». «Muchas veces se recibe en casa una caja demasiado grande para el producto que contiene o una caja que contiene otra, que a su vez alberga el producto», aprecian los consumidores.

Reconoce Santorromán que esto ocurre, «aunque hay un proceso permanente de mejora de eficiencia». No obstante, cree que, en este caso, el asunto compete más a las cadenas logísticas que a los productores: «Nosotros podemos aportar ideas para mejorar esa eficiencia, pero a veces para una cadena logística puede resultar más económico estandarizar ciertas medidas de embalaje que no tener una para cada producto».

Apunta el presidente de AFCO que también se está trabajando en la posibilidad de que el embalaje primario no necesite de un reembalaje para ser expedido al domicilio; «es decir que ya el embalaje primario cuente con las características suficientes para hacer un segundo transporte desde los almacenes logísticos hasta nuestras residencias. Esto reduciría enormemente el exceso de material».

Si bien, opina que será «un proceso largo», porque a su jucio, hoy por hoy prima más la eficiencia en tiempos –«el que el producto nos llegue a casa en 10 horas mejor que en 14», que buscar ratios más sostenibles. No obstante, cree que es un camino que se seguirá andando, porque el consumidor final se va concienciando de la huella de carbono que generan sus pedidos.

Logística inversa

A la hora de abordar la sostenibilidad de manera global no podemos dejar al margen la logística inversa; la que mueve los bienes o productos de los clientes a los vendedores o fabricantes.
Según un estudio de la OCU, el 13 % de las compras online registra algún tipo de problema con los productos adquiridos. No todos ellos dan lugar a devoluciones, ya que los más habituales son los retrasos, pero el impacto de la logística inversa es innegable. De hecho, algunas compañías como Inditex ya han empezado a cobrar por las devoluciones.

Opina Santorromán que más que un problema de exceso de material el impacto se da en mayor medida en el transporte: «Normalmente cuando tú devuelves un producto lo haces en el mismo embalaje de origen, con lo cual se registra un incremento de costes logísticos más que de material, según mi propia experiencia personal».

Sea como fuere, lo cierto es que grandes cadenas empiezan a implementar sus propios sistemas de perfilado de cliente; valorando el nivel de devoluciones que realiza y dando mejores condiciones a aquellos con menores tasas de retornos o cambios.

Diferenciación premium

Por otro lado, hay muchos fabricantes que, no sólo a través del packaging sino del propio embalaje externo buscan una diferenciación: mejorar la experiencia del cliente.

«Es una tendencia que se mantiene e incluso se incrementa, sobre todo en Europa, y mayoritariamente en productos premium. Recibes una caja por fuera marrón pero por dentro muy llamativa o con alguna sorpresa que no esperabas en el propio embalaje, una explicación del producto que estás comprando, una bonita imagen… Es decir, se está cuidando mucho la estética, ya que el envase y el embalaje pueden suponer un atractivo más», asegura Santorromán.

Y concluye: «Una marca premium además de ofrecer un producto exclusivo quiere ofrecer una experiencia memorable en todo lo que envuelve al producto».

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