Con 65.000 asistentes, Bigsound logró coronarse en 2022 como el festival más multitudinario de la historia de la ciudad de Valencia. El evento de música urbana consiguió reclutar a más de 50 artistas nacionales e internacionales que tuvieron una acogida masiva en La Ciutat de les Arts i les Ciències. Este año, a tan solo dos meses del festival, el sold out se acerca y, por si aún hacía falta, se confirma el cambio de tendencia de las nuevas generaciones valencianas hacia los sonidos urbanos que, desde principios de siglo, han ido convirtiéndose en el principal motor de las discotecas, los pubs y los cuerpos febriles de fiesta y copas.
El público millenial y centenial valenciano llevaba demandando desde hacía tiempo no solo la presencia de sus nuevos ídolos en los festivales, sino la existencia de un festival en la ciudad que los reuniera y que tuviera por bandera ese conjunto heterogéneo de géneros en el que destacan el reggeaton, el trap y el hiphop como puntas de lanza.
Juanjo Talaván (Valencia, 1979), es el director general de Bigsound. Hemos conversado con él para hablar sobre cómo se gestó el festival, qué novedades trae este año, cuál es su impacto en la ciudad y qué nuevas tendencias se están observando en la industria de la música en directo.
-Bigsound apuesta claramente por la música urbana, una etiqueta muy amplia de la que se ha hablado mucho. ¿Cómo definirías tú esta corriente musical en el contexto actual y por qué crees que está calando tanto en las nuevas generaciones?
La música urbana es la música del presente confluyendo con la música de los últimos 40 años, reinterpretada por una generación de artistas con una perspectiva mucho más diversa y disruptiva de la música. El componente de la globalidad de la sociedad actual es sin duda un factor importante. Son una generación con una mayor accesibilidad a músicas, tradiciones, folclores e identidades de todo el mundo sin tener ni que moverse de su estudio.
-Al poco de nacer vuestro festival, estalló la pandemia de Covid. ¿Cómo vivisteis esos inicios convulsos? ¿Fue complicado remontar la situación?
Nuestra propuesta era tan necesaria en ese momento y el público la ansiaba tanto que supo darle el lugar que merecía. Fíjate, la edición de pandemia pudimos hacer el festival en formato reducido y fue sold out. En la segunda, en 2022, de nuevo sold out con 65.000 asistentes. Y en esta tercera edición estamos a punto de hacer de nuevo sold out a casi dos meses del festival. Con un público así de fiel se sortean todas las dificultades que vengan.
-¿Cómo se gestionan los egos cuando hay que tratar con tantos artistas al mismo tiempo y que además tienen tal nivel de popularidad y repercusión?
Para eso, desde BS Entertaiment tenemos muchas tablas. Entre todos los socios llevamos más de 20 años en el sector con diferentes proyectos. Las agencias y los artistas confían en nosotros y nosotros trabajamos con ellos con transparencia. Sinceramente, si se trata a los proyectos con el cariño que merecen, todo se acomoda como toca.
-¿Pensáis que se está evolucionando hacia un consumo de música en directo más centrado en festivales y que está perdiendo valor la figura del artista individual que actúa en sus propios conciertos?
Son tendencias. Hay que tener en cuenta también que hay propuestas que tienen un presupuesto muy elevado, lo que dificulta que sea rentable para un promotor con menos músculo o con un espacio con un aforo muy limitado.
Traer de gira a según que artistas internacionales, con proyectos donde hay grandes escenografías, puestas en escena audiovisuales de gran formato, backlines de sonido con mucha producción e incluso viajando con muchos bailarines, encarece mucho ese concierto. Es normal que estén pensados para festivales.
Pero los artistas siguen y seguirán haciendo sus propias giras. La conexión directa con su público es necesaria. Como te digo, son tendencias. Cada artista las aprovecha según su momento.
-Hace unas semanas presentasteis el primer concurso de talentos de música urbana en el metaverso. Cuéntanos un poco sobre este evento… ¿Cómo se llevará a cabo? ¿Cuál será la mecánica del concurso?
¡Si! Ya estamos en la primera fase eliminatoria, y muy contentos. Se han presentado más de 100 solistas de muchos lugares distintos. Hay tres fases, una primera donde un jurado profesional selecciona a los 30 mejores, una segunda donde vota el público y una tercera donde los diez más votados por el público actúan en una final en el metaverso de Uttopion. Allí se encontrarán el escenario principal de nuestro festival virtualizado y el público podrá asistir a la final en directo con sus avatares. Entre los premios hay una actuación en esta edición de Bigsound, en el escenario «terrenal».
-¿Crees que el metaverso se convertirá en una forma masiva de consumir música, cultura y espectáculo?
Sin duda. Piensa que este tipo de entornos digitales están en el ADN de las nuevas generaciones. Están acostumbrados a consumir cultura a través de plataformas digitales y habitan cómodamente en mundos virtuales, como en el entorno de los videojuegos, por ejemplo. Y el metaverso es un híbrido perfecto de todo ello.
-¿Cuáles son las claves para que un festival tenga éxito teniendo en cuenta el boom y la gran oferta de festivales que están surgiendo?
Tener una propuesta honesta y diferencial. Para nosotros la curaduría musical y la experiencia de usuario es imprescindible. Que haya diversidad musical, haciendo honor a lo diverso de la música urbana. Que el público a su vez pueda descubrir talento… Que opten a disfrutar de citas únicas de artistas internacionales. En fin, que sea una muestra de los valores del festival.
-Gracias a festivales y eventos como el vuestro, La Ciutat de les Arts i les Ciències está viviendo un momento de cierto esplendor. ¿Crees que se están aprovechando lo suficiente los espacios de los que disponemos en Valencia para atraer inversión y generar negocio?
Los festivales somos un potente motor económico y turístico. Y, además, habitando espacios como La Ciutat de les Arts i les Ciències ponemos en valor la cultura e idiosincrasia de la ciudad. Una ciudad como la nuestra, abierta al Mediterráneo, debe mirar a la industria musical como una industria aliada para proyectarse internacionalmente y para impulsar nuevos modelos turísticos.
Por ofrecerte datos, el año pasado el 48% de los asistentes eran de fuera de la Comunidad Valenciana y un 10% eran internacionales. Esto, además de posicionarnos como el evento más influyente de la ciudad, se traduce en que, para mucha gente, asistir al festival es a la vez una oportunidad de conocer la ciudad. Nosotros, por ejemplo, lo que hemos hecho es crear una red de descuentos con diferentes establecimientos culturales y de ocio de la ciudad para impulsar un crecimiento económico más allá del festival que favorezca la promoción de la cultura y la idiosincrasia de la sociedad y de la marca València.
-Apostáis por una estética muy característica y por cuidar cada detalle en el diseño gráfico de la marca y los contenidos audiovisuales. ¿Es uno de los factores del éxito del festival?
Sin duda. Nuestra estética, con las grandes vidrieras que enmarcan toda nuestra imagen, recuerda a los materiales usados en La Ciudad de las Artes y las Ciencias. Recuerda a las sonoridad de las grandes catedrales, a la inmersión que uno siente al sumergirse en la arquitectura en mayúsculas. A la espiritualidad y todo lo que conlleva la ritualidad de los fervientes amantes de la música urbana cuando vienen al festival a disfrutar de su gran pasión en un formato «Big, Bigsound».
Y estas referencias impregnan toda la experiencia del usuario. Y no solo del público, sino también del artista. El año pasado, los artistas internacionales se quedaban asombrados de poder actuar en un entorno como La Ciutat de les Arts i les Ciències.
-¿Alguna sorpresa que puedas avanzarnos para esta edición?
Pues que si el año anterior fue increíble, este será aún mejor. El festival ha dado un salto al siguiente nivel con todas las sorpresas que hemos preparado. Y hasta aquí puedo leer.