Viernes, 26 de Abril de 2024
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Silicon Valley Bank no es Lehman: ¿Qué claves nos alejan del fantasma de 2008?

Silicon Valley Bank no es Lehman: ¿Qué claves nos alejan del fantasma de 2008?

Las quiebras del banco californiano SVB-decimosexta entidad por tamaño de depósito de Estados Unidos- y de Signature Bank han desatado el pánico en los mercados financieros. Con la caída de estos bancos medianos -muy vinculados al sector tecnológico- los fantasmas de un posible efecto contagio que derive en una crisis financiera similar a la de 2008 han vuelto a escena.

Sin embargo, y a pesar de que Wall Street permanece en estado de alerta máxima por la posible vulnerabilidad de otras entidades, la situación actual dista mucho de la acontecida hace casi 15 años.

Liquidez vs Solvencia

Para la comprensión de estos dos conceptos resulta clave interpretar la diferencia entre estas dos situaciones. Por un lado, la liquidez es la capacidad que tiene un activo para convertirse en dinero líquido y así poder atender los compromisos de pago más inmediatos.

Por el contrario, la solvencia es la aptitud que tiene una entidad para cumplir con todas sus obligaciones. Es decir, la disponibilidad de los recursos necesarios para poder atender las obligaciones oportunas.

En el caso de Lehman Brothers, su quiebra apuntaba directamente a un grave problema de solvencia. Los impagos en su cartera de hipotecas (famosas subprime) provocaron un derrumbamiento, sin precedentes, del valor de su balance. Cuando, además, la calidad crediticia de estos activos tóxicos se ajustó a la realidad (y se descubrió que no valían nada) la insolvencia de la entidad fue total. El valor de los pasivos era infinitamente superior al valor real de las hipotecas basura que los sostenían.

Valoración a mercado

Sin embargo, la caída de Silicon Valley Bank atiende a una profunda crisis de liquidez. Respecto a la entidad ubicada en Santa Clara, su quiebra se debe a una valoración a mercado de su cartera de deuda.

A diferencia del caso de Lehman, la calidad crediticia de los activos de SVB era máxima (Tesoro de Estados Unidos). No obstante, cuando sus clientes -modelo de negocio muy focalizado en el complejo ecosistema de las startups- decidieron retirar en masa sus depósitos la entidad colapsó.

Con las subidas de tipos de interés el valor de mercado de su cartera de deuda pública había caído de manera ostensible. Al tener que liquidarla antes del vencimiento establecido, SVB incurrió en unas pérdidas efectivas de 1.800 millones. Un agujero demasiado grande que intentó tapar con una fracasada ampliación de capital que derivó en una nueva retirada de depósitos, un desplome de las acciones y, finalmente, la quiebra de la entidad.

Contundente respuesta por parte de la Fed

La máxima autoridad monetaria estadounidense ha actuado con rapidez para evitar el tan temido efecto contagio. Así, el organismo presidido por Jerome Powell ha anunciado una línea de crédito de emergencia para que los bancos con problemas de liquidez puedan obtenerla aportando títulos de deuda pública como colateral.

Asimismo, la Fed ha garantizado el 100% de los depósitos de SVB (el FDIC sólo garantizaba hasta 250.000 dólares por depositante) como medida adicional para evitar que los problemas de estas entidades medianas relacionadas con la industria tecnológica deriven en una crisis financiera global.

En definitiva, pese a que es bastante probable que las turbulencias en los mercados se prolonguen en el tiempo -y se mire, a partir de ahora, con lupa a las entidades que se encuentran en un contexto similar al de SVB-, no parece apropiado comparar la situación actual con la de 2008.

Las principales entidades bancarias se encuentran mucho más sólidas que por aquel entonces. Además, el potencial grupo de entidades que podría verse afectado por la valoración de su cartera de bonos poco o nada tiene que ver con la dimensión de la caída del mercado hipotecario norteamericano hace casi 15 años.

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