La ciudad de València acoge durante los días 9 y 10 de enero el I Foro internacional «Iberoamérica en la mediación y resolución de conflictos internacionales». El evento cuenta con destacados diplomáticos, funcionarios internacionales, políticos y expertos en Relaciones Internacionales de Colombia, Costa Rica, Perú, o Ucrania; para debatir los retos presentes y futuros de los países iberoamericanos en el actual contexto socioeconómico.
Bajo el título de «La mediación como herramienta de resolución pacífica de conflictos internacionales», el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, ha arrancado el ciclo de conferencias subrayando el papel que la empresa y el emprendimiento privado tuvieron a la hora de superar el clima de pobreza y violencia que durante un tiempo caracterizó al país latinoamericano.
«Mi gobierno apostó por una política que hacía énfasis en la seguridad, pero con valores democráticos y libertades. La acompañamos de una política de promoción de la inversión privada que trajo resultados. Gracias a la empresa privada disminuyó la tasa de pobreza en el país del 50% al 35%», ha afirmado el exmandatario.
La economía privada, garantía social
La casualidad ha querido que este ciclo de conferencias arrancase un día después de que el Congreso y otros edificios institucionales brasileños hayan sufrido una serie de asaltos. El continente americano se encuentra sumido en un clima de cambios profundos, un choque de placas tectónicas que incorpora viejos problemas endémicos y nuevos jugadores internacionales que los gobiernos deben afrontar.
En el caso de Colombia, explica el expresidente Uribe, uno de los problemas principales ha sido la existencia de las guerrillas armadas, grupos paramilitares y el narcotráfico. Todo esto ha llevado a una gran violencia política en el país, una complicada situación económica y la creación de lo que el exmandatario ha calificado de «estados criminales alternativos».
«Las soluciones sociales no necesitan sumisiones frente al terrorismo. Al contrario, esa sumisión debilita la economía privada, que es garantía de recursos sociales. La paz estable reposa en el equilibrio entre la seguridad con libertades, la fortaleza de una economía privada con inclusión, la sostenibilidad ambiental y la cohesión social», ha sentenciado.
Estimular la empresa, lograr la paz
Para el expresidente Uribe, la paz estable dependerá del esfuerzo de los países por ofrecer un gran estímulo a la empresa privada y no tanto de los diferentes procesos a través de mediadores con las guerrillas y el narcotráfico.
«En Colombia ha existido un proceso, pero no la paz Quienes estamos en la otra orilla de los socialismos del siglo XXI también hemos tenido voluntad de enfrentar los cambios sociales», afirma Uribe.
Y concluye: «En mi país hay quién ha buscado crear estados regionales de colectivos comunistas basados en el odio de clases. Frente a ello, nosotros pensamos que la sociedad se debe basar en economías fraternas con crecimiento privado e incluyente, sin odio de clases. No creemos en un gobierno con odio de clases, sino en uno de economía privada con fraternidad».
Brasil, un país polarizado
Álvaro Uribe ha achacado al clima de profunda polarización política que se vive en América Latina los sucesos que han tenido lugar en Brasil.
«Yo no quiero ser polarizante sino constructor de alternativas. La campaña electoral en Brasil fue extremadamente polarizada, y que todavía existe discusión en el país respecto al resultado electoral. El resultado fue estrecho pero claro, dos millones de votos es una diferencia clara. Mientras las autoridades no digan lo contrario, hay que acatar», ha explicado.
Sin referirse directamente al expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha señalado: «Si uno no acata el resultado y rapidito, va perdiendo legitimidad para la lucha democrática».