Los efectos del cambio climático y la necesidad de implementar políticas sostenibles en el mundo empresarial van más allá de ser tan sólo un mantra en el mundo de las RSC. Para los expertos de la Agencia Española de Meteorología (Aemet), que han participado en el Foro de Meteorología y Comunicación del Cambio Climático (MeteoCom) organizado por À Punt, los eventos atmosféricos extremos pueden tener un gran impacto socioeconómico durante las próximas décadas.
El evento, que se sucederá durante dos días de conferencias y mesas redondas en CaixaForum València, contará con la participación de los tres principales agentes de concienciación contra el cambio climático: científicos, divulgadores, expertos y los meteorólogos de todas las televisiones generalistas de toda España y autonómicas de la Forta.
Para el delegado de Aemet en la Comunidad Valenciana, Jorge Tamayo, es la primera vez «que se consigue reunir los tres sectores». El experto del ente meteorológico estatal apunta que «el clima ha cambiado, que no es el mismo de hace 30 años», y que, ante fenómenos meteorológicos nuevos, «hay que saber cómo comunicarlos».
Percepción del riesgo
Al igual que ocurre en el mundo de los negocios, con la meteorología una buena estrategia comunicativa es clave. En este sentido, José Ángel Núñez, jefe de climatología del Aemet, ha indicado que la acentuación de las consecuencias de la crisis climática se ha traducido en un cambio en el paradigma comunicativo.
«La buena comunicación salva vidas. En caso de desastres naturales, se sabe que no siempre la comunicación meteorológica se ha traducido en una percepción del riegos real ante estos fenómenos. Debemos crear una narrativa que interpele directamente al ciudadano, ya que cualquier comunicación errónea desde un organismo oficial puede agravar la crisis», ha afirmado Núñez.
Para ejemplificar la importancia de una correcta gestión de los tiempos, el experto ha recordado lo ocurrido en el Medusa Festival, cuando una serie de reventones térmicos se saldó con varios muertos en el festival de música. Según Núñez, en este tipo de situaciones «todo lo que no informemos desde organismos oficiales será ocupado por rumores en las redes».
«La clave es dar sólo información contrastada, no demorarse en informar porque es importante llevar la iniciativa, pese a que tenemos claros que no somos un medio de comunicación», ha sentenciado.
Un futuro más extremo
Durante los últimos años nos hemos familiarizado con términos como Depresión Aislada a Niveles Altos (DANA) y recordamos nombre de borrascas como Filomena. Los expertos del ente estatal de meteorología han analizado los datos recogidos por 550 estaciones pluviométricas distribuidas por la península ibérica. Los resultados son alarmantes, la evidencia sugiera un aumento de las precipitaciones extremas durante los últimos años.
Según explica Peio Oria, delegado de la Aemet en Navarra, este recrudecimiento ha sido progresivo desde 1965, pero es especialmente marcado durante la última década. Las últimas dos décadas concentran 6 de los 10 episodios extremos registrados durante los últimos sesenta años tanto en la zona del Mediterráneo como en el Cantábrico. De estos 6 episodios, 5 han tenido lugar en el periodo que va de 2012 a 2022.
Utilizando diversos métodos de análisis de datos, como la red neuronal convolucional, los expertos tratan de predecir el comportamiento de los fenómenos extremos en el futuro. Aunque con «un cierto nivel de incertidumbre», Oria apunta a que, de 2022 a 2060, «sufriremos un aumento de la frecuencia de ocurrencia de temporales y eventos extremos en todas las regiones españolas».
«Durante las próximas décadas podemos prever un aumento de la media y de la intensidad de la concentración de precipitaciones. La relevancia de esta información es obvia dado el impacto a distintos niveles y en una variedad de sectores productivos. De igual forma a la hora de calcular el riesgo de pérdidas humanas y materiales», ha sentenciado Oria.