Tras un aciago 2020, las arcas públicas de los principales países europeos se tomaron en 2021 un más que necesario respiro. Así, la totalidad de las diez principales economías del viejo continente -bajo el paraguas del euro- disminuyeron notablemente su desequilibrio presupuestario y consiguieron encauzar su déficit público.
La reactivación de la economía tras la pandemia y la escalada inflacionaria que se produjo en el segundo semestre del ejercicio animaron vigorosamente la recaudación de estos Estados. De este modo, el desajuste presupuestario de este elenco de naciones pasó de superar el 7% de media en 2020 a suavizarse hasta el 4,54% en tan solo 12 meses.
Antes de nada, ¿Qué es el déficit público?
El déficit público es la diferencia negativa entre los ingresos y gastos totales del conjunto de las Administraciones Públicas de un Estado durante un determinado período de tiempo. Normalmente ese periodo se corresponde con un ejercicio económico; es decir, es un indicador anual.
El déficit público suele expresar en porcentaje sobre el Producto Interior Bruto (PIB). Cuando se da la situación de que la diferencia entre los ingresos y los gastos del conjunto de las Administraciones Publicas de un país es positiva, en lugar de negativa, hablamos de superávit público.
Solo Italia tiene más déficit superior al español
El país transalpino, con un déficit del 7,23% sobre su PIB nominal, fue el que presentó un mayor desequilibrio entre sus gastos e ingresos. Muy de cerca, con un desajuste presupuestario del 6,87% en 2021, se sitúa España.
No obstante, y a pesar de la cuantía del dato, nuestro país mejoró considerablemente, en relación con el ejercicio anterior. En 2020, España era el país con las finanzas públicas más desequilibradas de toda Europa. El impacto de la pandemia disparó nuestro déficit público por encima del doble digito, alcanzado el 10,97%.
En la, poco pretendida, parte superior de esta clasificación destacan, también, los casos de Francia, Austria y Bélgica con déficits del 6,43%, 5,93% y 5,52%, respectivamente.
En el extremo opuesto no encontramos con el caso de Irlanda. El déficit del país insular fue tan solo del 1,65%. Otro dato macro más que da buena fe de la salud que goza la economía irlandesa en los últimos años. Las finanzas de Países Bajos (2,61%) y Finlandia (2,69) presentaron, también, desviaciones presupuestarias mínimas.
Una recaudación tributaria histórica por parte de AAPP españolas
A pesar de que un déficit público que roza el 7% sobre el PIB no puede ser nunca motivo alguno de celebración, la realidad es que en 2021 se mejoraron las expectativas previstas. Incluso el propio Gobierno -de falta de optimismo no le puede acusar precisamente a este Ejecutivo- había estimado un saldo negativo del 8,4%
La recuperación económica a medida que se iba dejando atrás la pandemia permitió una recuperación meteórica del empleo. Este hecho se tradujo en unas arcas públicas que vieron disparados sus ingresos por IRPF y por cotizaciones sociales.
Asimismo, la inflación correspondiente al segundo semestre -y que hoy en día es la principal razón de nuestros «disgustos económicos» derivó en una escalada de los ingresos por IVA (especialmente) e impuestos especiales.