Hasta el 31 de diciembre de 2022, la Puerta Santa de la Catedral de Santiago de Compostela permanecerá abierta con motivo del Xacobeo. Miles de peregrinos de todas las partes del mundo llegan a Galicia con motivo de este acontecimiento. Y todas sus ciudades y municipios se preparan para acogerlos.
A Coruña no es la excepción. Nos acercamos a una de sus compañías centenarias. Trabaja por hacer del entorno urbano un lugar «más humano, accesible, seguro y sostenible».
Nos lo confirma Ignacio Prada, director de la Compañía de Tranvías de La Coruña, una empresa que nació y creció al ritmo de la ciudad y que, pese a golpes como el de la pandemia, quiere ser el orgullo de los coruñeses.
Esta es una historia que se remonta a 1901 con el empuje de las mulas; pasando por la electrificación del tranvía y siendo la última ciudad de España en abandonar el trolebús. En la actualidad, cuenta con una renovada flota cercana a los 100 autobuses orientada al reto de la sostenibilidad.
Así lo explica su director, Ignacio Prada a lo largo de esta entrevista.
Los orígenes del Tranvía de La Coruña
-¿Cuáles han sido los principales hitos de la empresa en todo este tiempo?
Se fundó en 1901, pero no inició su verdadera actividad hasta el 1 de enero de 1903, día en que se inauguró la primera línea de tranvías de la ciudad. En aquel entonces, los tranvías eran movidos por mulas, lo que denominábamos de tracción de sangre. No fue hasta 1913, diez años después, cuando la compañía logró inaugurar la primera línea de tranvías de tracción eléctrica, pionera en Galicia y cuyo sistema permaneció durante más de 50 años, creando nuevas líneas a medida que la empresa se consolidaba y que la ciudad crecía.
En 1948, la compañía inauguró la primera línea de trolebuses, un sistema similar a los tranvías, ya que seguían precisando de catenarias para suministrarse de electricidad, pero se sustituían la instalación de vías en la calle por las ruedas neumáticas. Este sistema, más eficiente económicamente, fue remplazando a los tranvías hasta su eliminación definitiva en 1962.
Unos años más tarde, en 1965, la compañía inició su tercer cambio modal con la inauguración de una nueva línea urbana de autobuses, mucho más versátiles al no precisar infraestructura en la vía. A pesar de sus ventajas, no fue posible sustituir por completo al trolebús hasta 1979, siendo la última ciudad de España en acometer este cambio.
Sustituir el trolebús
– El sistema era muy querido pero, ¿también influyeron otras cuestiones?
Sí, se debió principalmente a los múltiples problemas que trajo consigo la popularización del coche privado; que hizo descender el número de viajeros hasta generar serios problemas económicos a la empresa.
Finalmente, tras la renovación del contrato concesional en 1986, se logró invertir la perdida de viajeros en 1989, recuperando progresivamente el uso del autobús hasta obtener unos resultados muy positivos en los últimos años, con una media de viajeros por habitante muy superior a la de ciudades de nuestro entorno y con una satisfacción del servicio superior al 8 sobre 10.
Como consecuencia de la pandemia hemos sufrido una de las peores crisis de nuestra historia; ha causado un descenso de viajeros sin precedentes, con un 40 % menos en 2020 y un 30 % menos en 2021, con respecto a 2019. Esperamos superar este bache tan pronto recuperemos la plena normalidad y el turismo también nos acompañe mayoritariamente.
El tranvía, una necesidad
– ¿Quién impulsó la fundación de la compañía? ¿Qué necesidad se detectó en la ciudad?
La compañía no tiene un fundador único, sino que surgió de la mano de distintos empresarios de A Coruña, sin un vínculo familiar común. La motivación de todos ellos radicaba en el hecho de que la ciudad estaba obteniendo un importante crecimiento.
Había duplicado habitantes en los últimos 50 años, desde 1847, con 19.400 habitantes, a los 44.000 habitantes de 1900, debido a que la actividad industrial y marítima era cada vez más importante. También vislumbraban el potencial del turismo que traería consigo las recientes líneas de ferrocarriles de la ciudad con la capital.
Por todos estos factores entendieron que A Coruña estaba llamada a convertirse en una ciudad moderna y, por tanto, dotarla de servicios públicos, como el transporte urbano, eran una buena oportunidad de negocio. De hecho, muchos de ellos tuvieron vínculos y participaciones también en otras empresas de servicios de ciudad, como eléctricas o de aguas.
El tranvía de La Coruña en la actualidad
– ¿Cuál es la distribución societaria actual?
Los fundadores no tenían un vínculo familiar común, como comentaba antes. Estos primeros emprendedores tomaron demasiada confianza en que el servicio sustentaría por sí mismo la inversión inicial y la transformación de los tranvías de mulas a los eléctricos, pero la explotación con animales fue más costosa de lo previsto y pronto tuvieron problemas financieros para acometer el cambio previsto, llevando a la empresa a cambiar de propietarios durante sus primeros años y pasando incluso durante unos meses por empresarios belgas.
Durante la década de 1910, la empresa pasó a ser controlada principalmente por el Banco Pastor, razón por la que Pedro Barrié de la Maza fue uno de los presidentes con más tiempo en el cargo de la compañía.
A finales de los 70, con la crisis del sector ante la irrupción del coche privado y con la necesidad de acometer la necesaria transformación de los trolebuses, la empresa pasó a manos de Isaac Prada Moral; comenzando una saga familiar al frente de la compañía que ya está en el relevo de su tercera generación; manteniendo la misma vocación e ilusión de los inicios de la empresa y de la familia; lo que nos ha llevado a ser un referente en el sector.
No obstante, sigue habiendo una pequeña representación de accionistas minoritarios ajenos a la familia fruto, en gran medida, de la longevidad de la empresa y de su larga historia.
120 años de historia
– ¿Qué cualidades reúne su compañía que la han hecho perdurable a lo largo del tiempo?
La principal razón de que la compañía haya perdurado hasta hoy en sus 120 años de historia es que, pese a las enormes dificultades que hemos afrontado y las distintas personas que han estado al cargo de la empresa, todas ellas han mantenido incólume una enorme vinculación con la ciudad a la que se debían.
Eso ha marcado el fuerte carácter local de la empresa, resaltado no solo en su razón social; sino que también ha llevado a que la visión a largo plazo se mantuviera por encima de cualquier resultado inmediato o dificultad financiera.
Así, la vocación y el compromiso último de la empresa y de sus empresarios es el elemento constante que explica su longevidad: la responsabilidad asumida de dotar a la ciudad de A Coruña del mejor transporte público, que forme parte orgullosa de su historia y de su futuro; y con el firme convencimiento de aspirar a ser el elemento clave de transformación de la ciudad hacia un entorno urbano más humano, accesible, seguro y sostenible.