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¿Mascarilla en el centro de trabajo? Así actúan las empresas, desde Zara a BBVA

¿Mascarilla en el centro de trabajo? Así actúan las empresas, desde Zara a BBVA

El Consejo de Ministros aprobó este martes la nueva norma sobre el uso de mascarillas que elimina la obligación de llevarla en la mayor parte de los interiores, excepto en centros sanitarios y sociosanitanitarios y en todos los transportes. El real decreto, entra en vigor este miércoles una vez se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Pero son muchas las empresas que aún no tienen claro qué decisión adoptar en sus centros de trabajo; ya que el RD deja en manos de las empresas la potestad de imponer o no su uso a los trabajadores. Será a partir de la valoración que hagan los servicios de prevención de riesgos laborales cuando se vayan tomando decisiones.

En este sentido son muchas las pymes que están contactando con sus empresas de servicios de prevención para preguntar sobre el modo de aplicar la normativa o cómo actuar si un trabajador no comparte la decisión de la empresa. Muchas incluso se plantean establecer periodos de transición hasta completar el cese definitivo de la mascarilla.

Cómo están actuando las empresas

Desde practicar un test de antígenos a sus empleados antes de adoptar la decisión, hasta mantener las mascarillas donde no se pueda respetar la distancia de seguridad; son algunas de las medidas que han establecido las empresas del Ibex-35, que encaran el adiós a estos elementos.

Lo que está claro es que el fin de la obligatoriedad del uso de estos elementos, ha generado inquietud. Algunas compañías como Telefónica, Inditex o el Santander, han preferido esperar a conocer todos los detalles del real decreto, antes de apresurarse a tomar una decisión.

En general, la tendencia parece apuntar a que la mascarilla se exigirá cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad, como así ha manifestado Endesa, que seguirá «suministrándoselas» a sus empleados, aunque prevén que dejen de ser obligatorias en el puesto de trabajo y en desplazamientos por el centro.

Mientras, en las salas de reuniones, cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad, los planes de Endesa pasan por mantenerlas, añaden las fuentes consultadas.

Iberdrola también eliminará la obligatoriedad de estos elementos excepto si no se puede respetar una distancia interpersonal de seguridad, o en desplazamientos en servicios de lanzaderas así como en ascensores, donde ya no se limitará su ocupación a cuatro empleados.

Sin postura unánime

Por su parte, Repsol se une a esta postura de la distancia de seguridad y es «probable» que mantenga las mascarillas en lugares donde no sea posible.

En cuanto a Siemens-Gamesa hasta el momento, la compañía está siguiendo las indicaciones de los gobiernos regionales. Según confirman mientras en Madrid y Pamplona se permite prescindir de la mascarilla en el puesto de trabajo, no así, cuando el trabajador se levanta del sitio; en las oficinas de Zamudio (Vizcaya) se usa «todo el tiempo».

En Seat, que cuenta con la fábrica de coches más importante de España; el uso de la mascarilla continuará siendo obligatorio en espacios interiores en todas las instalaciones; al tiempo que se debe respetar la distancia de seguridad interpersonal; según ha explicado la compañía.

En exteriores también será necesaria siempre que no se pueda mantener una separación entre personas de dos metros o más; según han acordado la dirección y los sindicatos.

En Mango se recomienda la mascarilla a los trabajadores de sus tiendas siempre que no se pueda mantener la distancia de seguridad interpersonal,; algo muy habitual en parte de la jornada.

En el sector financiero, tampoco hay una postura unánime. BBVA prevé eliminar la obligatoriedad de llevarlas, aunque «recomienda» su uso en el caso de tener contacto continuado con clientes o con personas vulnerables o cuando se presenten síntomas respiratorios compatibles con la covid-19, según han indicado.

CaixaBank mantiene las indicaciones que estaban vigentes; por lo que esta medida de protección continúa siendo obligatoria en los interiores.

Banco Sabadell ha modificado su política y la hace obligatoria solo si no se puede respetar la distancia de 1,5 metros durante la jornada laboral; en caso de tener síntomas de infección respiratoria; o en reuniones y eventos, con presencia de 25 o más personas.

Test de antígenos

Empresas como PharmaMar  han explicado a EFE que sus previsiones pasan «primero» por «hacer un test de antígenos» a «todos» sus empleados -son casi 400-, algo que, por otra parte, ya se ha estado haciendo durante la pandemia, antes de adoptar una decisión al respecto.

Una de las empresas que prevé mantenerlas en principio como obligatorias es Acerinox, que, no obstante, trabaja con los comités de seguridad y salud de cada una de las compañías para determinar la idoneidad de las medidas en cada uno de los centros, tal y como ha indicado el gobierno.

En cuanto a Mapfre, ha recomendado, entre otras medidas de prevención, el mantenimiento del uso de la mascarilla en interiores cuando no haya distancia de seguridad.

El Gobierno se lava las manos

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha defendido que «el sentido común es el mejor de los sentidos que rige cualquier actuación», y ha recalcado que «con carácter general la mascarilla no será obligatoria».

No obstante, deja abierta la puerta a las empresas para que decidan qué hacer con esta medida de protección de acuerdo con sus servicios de riesgos laborales.

La Comisión de Salud Pública, de la mano del Ministerio de Trabajo y Sanidad, ha elaborado una guía que prevé actualizarse ahora con la medida.

Algunas claves a tener en cuenta según Asepeyo

José Enrique Aparisi Navarro, coordinador territorial de Prevención del área Sureste de Asepeyo explica a Economía 3 que las empresas han jugado un importante papel conteniendo los contagios en la pandemia. «Gracias a la aplicación de medidas preventivas prácticamente no se iniciaron brotes en las empresas durante la pandemia; sino que más bien pudieron aislar los casos que llegaron de fuera», concreta.

A su juicio, de nuevo, «la autoridad sanitaria les concede un importante papel al encargar la modulación de la aplicación de la retirada de las mascarillas en las empresas».

La clave que se les solicita en esta ocasión es la protección de los vulnerables; y la valoración de las diferentes situaciones que se produzcan en el desarrollo del trabajo para normar en la empresa cuándo mantenemos y cuándo retirar la protección.

«A nivel empresarial esto es muy significativo porque nadie quiere un brote que pare su funcionamiento máxime en servicios considerados esenciales. Además, las empresas abiertas al público tienen que lidiar también con la imagen que supone que los empleados lleven o no mascarillas; y que los clientes puedan acceder o no sin mascarillas».

«La Administración debe marcar pautas objetivas»

Por ello insiste en que los prevencionistas piden un reglamento de colaboración que defina cómo la Administración debe marcar unas pautas objetivas, dar un tiempo de adaptación, ofrecer guías de evaluación que ayuden a aplicar adecuadamente estas situaciones.

«De lo contrario todas las responsabilidades que ni siquiera están bien definidas, caen sobre la empresa, cuando esta solo norma sobre 8 de las 24 horas del día», evidencia el responsable de Asepeyo.

Reconoce que las dudas respecto a la aplicación también abarcan situaciones de conflicto entre trabajadores partidarios de una postura u otra; por no hablar de los vulnerables o de los que protegen a familiares vulnerables con los que conviven.

«Para estas situaciones se puede emplear mascarillas FFP2 puesto que solo el trabajador vulnerable la llevará puesta. Las Quirurgicas solo sirven si las llevan puesta todos», aclara.

Acuerdos empresariales

El coordinador de Prevención aboga por recurrir a acuerdos de asociaciones empresariales para consensuar una postura común; y a la participación de los trabajadores para acordar la modulación de la retirada; y que esta modulación sea lo más aceptada y aplicada por todos.

«Por supuesto que a falta de otras indicaciones, la valoración y aplicación que haga la empresa debe ser aceptada por la administración; ya que deja la decisión a su criterio; no deberían por tanto las empresas ser sancionadas por este motivo», subraya.

A partir de ahí, las empresas tienen que tener en cuenta criterios como tratar de evitar un brote justo al regreso de vacaciones; situaciones de riesgo que se producen en espacios interiores en función de la ventilación; la aglomeración o las distancias; así como valorar la probabilidad de contagio y vulnerabilidad; clima laboral y esencialidad; y así decidír qué modulación concreta aplicar.

«En general, los prevencionistas prefieren darse un tiempo manteniendo la medida y buscar un criterio objetivo que ayude a definir cuándo quitarla; si bien esta va a ser principalmente una apuesta empresarial porque sus resultados van a incidir en la marcha de la empresa», resume José Enrique Aparisi.

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