‘Tradicional’ es posiblemente uno de los primeros adjetivos que le vengan a la mente si piensa en el sector agrícola. La innovación en el campo ha estado ligada, por lo general, al ámbito de la maquinaria. Sin embargo, en los últimos años, algo está cambiando en los cultivos y el sector está siendo consciente, poco a poco, de que existen otras tecnologías que pueden facilitar sus tareas y marcar la diferencia en el rendimiento de las cosechas.
Con esa premisa, la de «darle un impulso al sector de la agricultura» surgió hace tres años Graniot. Su CEO y cofundador, Pablo Romero, vio una oportunidad en la tecnología para que agricultores, técnicos e ingenieros agrónomos pudieran mejorar su trabajo diario en el campo. El equipo también está capitaneado por Rubén Godoy, CFO de la empresa, y Andrei Jizdan, CTO.
A través de la teledetección la empresa permite hacer un seguimiento de los cultivos en términos de vegetación, vigor, clorofila y estrés hídrico. El objetivo es, en palabras de Romero, «prevenir y planificar los acontecimientos futuros como plagas, enfermedades o mal tiempo». La información se obtiene a través de satélites espaciales, tanto públicos -en su mayoría de la Unión Europea- como privados. «Permitimos interpretar unos datos que son históricos, presentes y futuros», añade.
Proyección internacional
En la actualidad, los cultivos que ya hacen uso de esta herramienta son olivares, almendros y variedades de frutas tropicales como el mango o la guayaba cultivados en la costa de Granada. También, otros cultivos de secano como el trigo y la colza.
«Al ser una tecnología muy escalable podemos medir también cultivos en zonas de Latinoamérica», asegura Romero. De hecho, ahora mismo tienen presencia en un par de explotaciones de aguacate en Perú y en México. También, trabajan en abarcar una zona de Italia.
Hace apenas unas semanas Pablo Romero entró en la lista de Los 100 Jóvenes Talentos de la Gastronomía elaborada por el Basque Culinary Center. En Economía 3, destacamos del listado general a los 7 emprendedores con más talento en el sector. «Hemos podido comprobar la alta relación que tiene el sector gastronómico con el agrotech. Los que formamos parte de la cadena alimentaria -la que va de la producción hasta el plato que ponemos sobre la mesa- deberíamos conocernos entre nosotros», señala.
Innovación en los cultivos
Romero reconoce que el agrícola es un sector «bastante tradicional». No obstante, el cambio de mentalidad ya empieza a producirse. «Está habiendo bastante cambio, tanto en los procesos de venta electrónica como a nivel de producción. Hay que formar y educar al agricultor que todavía no es digital para que vea los beneficios y que puede contaminar menos ahorrando en fertilizantes, que de todo el agua que estaba usando le hace falta la mitad o que la producción puede ser más eficiente», comenta.
¿Se necesitan más ayudas? «Más bien que se organicen mejor. Pero, desde mi visión como startup sí que puedo ver cómo llegan ayudas para maquinaria o cómo después de la covid se aceleró la digitalización y automatización de las empresas».
El CEO de Graniot también alude a cómo los fondos Next Generation han «puesto encima de la mesa bastante dinero para el sector agroganadero». Y añade: «Está llegando dinero de Europa. El año que viene entra la nueva Política Agraria Común (PAC) y esto conlleva una serie de transformaciones muy importantes a nivel de digitalización de las empresas. Así que el propio ambiente está requiriendo esta digitalización».