El último talento patrio que triunfa en EE.UU.: “El cine español es rentable”
José María Flores, director y guionista de cine, ha sido seleccionado por la revista Forbes entre los 50 españoles con más talento. Una lista en la que el joven cineasta aparece seleccionado junto a personalidades del mundo del cine como Pedro Almodóvar, Jonás Trueba o Antonio Banderas; y de otros ámbitos como el deporte o la cultura, en los que destacan figuras como Rafa Nadal o Rosalía.
Flores es madrileño de nacimiento con raíces extremeñas. Con su último cortometraje, ‘La Fièvrè’, ha cosechado numerosas selecciones en prestigiosos festivales y citas nacionales e internacionales. ‘La Fièvre’ está protagonizado por el actor Alberto Amarilla, nominado a los premios Goya.
Entre otros premios, ‘La Fièvre’ obtuvo un galardón en el Queens World Film Festival de Nueva York, y un ‘Remi’ de Oro en la categoría de cortometraje dramático en el emblemático WorldFest-Houston International Film Festival, por el que han pasado cineastas como John Lee Hancock, Steven Spielberg, los hermanos Cohen o Ang Lee.
Como incipiente promesa del séptimo arte en España, hablamos con José María Flores sobre sus recientes éxitos, su visión del cine español e incluso de cómo de similar acaba siendo lograr financiación para un proyecto cinematográfico o para una startup.
- ¿Qué has hecho en los últimos tiempos para ser reconocido como uno de los 50 españoles más talentosos?
La verdad es que este reconocimiento ha sido una alegría. Y tiene que ver con el último cortometraje que escribí y dirigí y que rodamos. Todo el proceso debió empezar hace dos o tres años. Este cortometraje tuvo y sigue teniendo bastante buen recorrido en España, pero sobre todo en el extranjero. Y más en concreto, en EE.UU. Allí ha tenido un montón de selecciones y de premios. En concreto, en un par de festivales bastante importantes. Uno en Nueva York, en el Queens World Film Festival, y otro en Houston, en el WorldFest-Houston, que es uno de los festivales más antiguos del mundo y han pasado por ahí Spielberg, los Cohen y figuras de este tipo.
Creo que el reconocimiento viene por ahí. Por esta vía de haber sido bastante premiado en el extranjero. No lo esperaba, pero adelante con ello y muy contento.
- ¿Por qué crees que tu corto ha triunfado tanto fuera en comparación con el éxito que ha podido tener en España?
En España ha tenido también selecciones y demás. Es verdad que, en comparativa, y siendo un corto español, es curioso. Honestamente, no lo sé. Es verdad que es un corto bilingüe. La mitad del cortometraje está en francés. Quizá haya ido por ahí.
Pero, sinceramente, no tengo un motivo por el que haya triunfado más en EE.UU. De repente se ha hecho querer allí, no sé por qué. Quizá haya cierto tipo de estética en el cortometraje, cierto tipo de aspiración estética que allí llama mucho la atención. Una fotografía muy cuidada, muy colorida, tiene cierto punto de fantasía… Pero estoy elucubrando. Sueltas el bebé a andar y nunca sabes a dónde va a llegar.
«Montar una producción de este tipo tiene un montón que ver con montar una startup»
- ¿Qué proyectos tienes por delante?
Tengo un cortometraje grande, que entre el equipo decimos que es una superproducción en pequeñito. Hay muchos extras, un accidente de tráfico… Es bastante grande y lo rodamos ya si la covid lo permite. Se llama ‘El Comité’ y es una mezcla entre musical y ciencia ficción.
Y también estoy con el que va a ser mi primer largometraje, que estoy acabando el guion. Se llama ‘Mal invierno’. Casi todas mis historias suelen ser historias costumbristas, normales, pero siempre tienen un puntito mágico. En este estoy buscando financiación y productora.
Ya que hablábamos a nivel empresarial, montar una producción de este tipo tiene un montón que ver con montar una startup. Los pasos son supersimilares. Tienes que tener la idea; luego hacer ‘pitch’ para levantar financiación, talento, equipo… Con la diferencia de que las obras así suelen ser mucho más condensadas en el tiempo de lo que puede ser desarrollar una empresa más grande. Para bien y para mal, el cine tiene esta mezcla entre empresa y arte. Tiene una parte industrial que otras artes la tienen menos.
- ¿Cómo se obtiene financiación para llevar a cabo proyectos cinematográficos si todavía no tienes un gran nombre en la industria?
Hay muchos modelos. En cada país, en EE.UU. la financiación es siempre prácticamente privada; en Europa suele ser un modelo más mixto. Efectivamente, cuando no estás bajo el foco, digamos que tienes un umbral difícil de entrada porque el cine requiere cierta inversión y no es fácil. ¿Cómo se hace? A pulso. Muy similar a cuando montas una startup. Tu moneda de cambio es la idea.
Vas a ‘pitchear’ para que te inviertan los productores. Y con el talento igual, tienes que tener una idea suficientemente potente para que gente con talento se quiera meter contigo. Una vez demuestras que gestionas bien esa inversión y que haces un producto de calidad es mucho más fácil. Se oye mucho ‘es que siempre hacen películas los mismos’. Tiene sentido. Si tú ya has demostrado dos y tres veces que has gestionado bien equipos tan grandes, que has sido capaz de gestionar esa inversión, que has hecho un producto de calidad… Va a ser mucho más fácil que la gente confíe en ti. Por eso los inicios son duros en ese sentido, pero se puede.
«El cine español es rentable a día de hoy»
- ¿La industria del cine español debe aspirar a ser rentable? ¿Podría llegar a sobrevivir sin respaldo público o el objetivo debe ser puramente artístico y no tanto económico?
Creo que en este tema hay muchos intereses de tipo ideológico por un lado, por otro… Desde mi experiencia propia, yo creo que sí es rentable a día de hoy. Hay películas que no son rentables, pero se suple con creces con las que sí lo son.
En Francia se potencia un montón el cine porque saben que hace marca de país, marca cultural… Y si haces la cuenta grande digamos, sale positivo.
Al final, lo que queremos los creadores es contar las historias y que lleguen a la gente y que la gente las consuma y que eso tenga un retorno, porque queremos seguir haciendo cosas y al final el público es inteligente y consume lo que le gusta.
Por otro lado, ahora en España está el mundo de las series. El país está siendo un centro neurálgico bastante importante en Europa. Muchos rodajes vienen aquí por clima, por tener montaña y a unos pocos kilómetros tener playa… Y esas producciones dejan dinero y dejan trabajo.
- ¿El futuro del cine español pasa por asemejarse más al norteamericano o seguir manteniendo su esencia europea? Grandes éxitos de los últimos años, como La Isla Mínima o La Casa de Papel, parece que se han dirigido más hacia la primera opción.
Hay de todo y que haya de todo está bien. Como consumidor, disfruto de una película de Spielberg ‘palomitera’ y disfruto algo más intimista. Creo que hay público para todo y que está bien que lo haya.
Se están haciendo cosas de mucha calidad. La Casa de Papel, una de las series más vistas, top mundial, el ejemplo de la Isla Mínima… Se está haciendo muchísimo contenido audiovisual que se está viendo por todo el mundo. Se están haciendo las cosas bien, más allá de lo que podamos opinar.
Y no sé si tiene tanto que ver con que sean temas más ‘indie’ o más ‘mainstream’, porque hay público para todo, sino con que se hagan cosas de calidad.
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