Miércoles, 24 de Abril de 2024
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El verdadero precio a pagar por las bolsas de plástico

El verdadero precio a pagar por las bolsas de plástico
Sara Martí, Redactora en Economía 3

Se empezó cobrando dos céntimos por ellas. Después, la cantidad aumentó a cinco. Más tarde a diez y, desde este lunes, la ‘multa’ nos puede costar hasta 35 céntimos de euro.

El grupo Inditex, capitaneado por el todopoderoso empresario Amancio Ortega, empezará a cobrar a partir de esta semana las bolsas para la ropa comprada en sus tiendas. ¿El precio? Variará según el establecimiento y el tamaño. En su buque insignia, Zara, diez céntimos las normales y 20 las de regalo; en la ‘low cost’ Lefties 15; mientras que los clientes de Massimo Dutti desembolsarán la nada desdeñable cantidad de 35 céntimos. Bolsas, todas ellas, de papel. Porque la guerra al plástico es otra y ya se libró en otro tiempo, o eso parece.

Una guerra que comenzó, principalmente en los supermercados, hace ya tres años. En 2018, el 1 de julio, se estableció que cualquier comercio -grandes superficies o pequeñas tiendas de barrio- tenía terminantemente prohibido regalar aquellas bolsas que contuvieran entre 15 y 50 micras del material maldito.

La del gigante del textil español solo es la anticipación a lo que está por venir. Son pioneros, pero no se quedarán solos. Poco a poco, irán sumándose otras grandes marcas a la lucha contra la bolsa. ¿El motivo principal? En efecto, la sostenibilidad. Pero, ¿es esta realmente la mejor manera? ¿Cómo la sociedad va a comprender e interiorizar un concepto tan relevante hoy en día para la economía global como es la sostenibilidad si nuestra única enseñanza es la penalización? No se premian los pasos que conducen a la economía circular, sino que se castiga los que nos alejan de ella.

En otros países europeos como Alemania el gobierno impulsa iniciativas que premian a los ciudadanos y a las empresas que reciclan. Un ejemplo de esto son los supermercados que pagan por reciclar. En estos existen máquinas donde el ciudadano de a pie deposita sus envases a cambio de dinero. Entre 8 y 15 céntimos por envases reutilizables y hasta 25 por envases de un solo uso. ¿Un negocio lucrativo? La verdad es que no. Pero, la idea principal dista radicalmente de la nuestra. Se trata de incentivar, no de castigar. No solo es el objetivo, sino también la manera de hacerlo. El fin, por mucho que le pese a Maquiavelo, no siempre justifica los medios. Y para alcanzar la meta de la Agenda 2030 van a hacer falta unos muy buenos medios.

Dicho esto, piense bien qué contestará la próxima vez que en la caja de cualquier tienda el dependiente le pregunte aquello de “¿Va a querer bolsa?”.

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