Los datos sitúan a los alimentos y bebidas como el sector industrial que mejor ha soportado el envite de la pandemia. Eso sí, ha perdido fuelle. Las restricciones a la hostelería y la paralización del turismo inevitablemente han hecho mella en la producción, poniendo fin a un ciclo de seis años de crecimiento continuado.
Cayó sí, un 5,3% según FIAB, pero menos que la industria manufacturera y el conjunto de la economía que recordemos se desplomó un 11%, en el peor dato desde la Guerra Civil.
Positivo también el hecho de haber podido mantener su peso en el conjunto de la industria. Es más, ha sido capaz de ampliar, aunque de forma exigua, su representatividad tanto en el conjunto de la economía como en el de la industria.
En concreto, aunque el Valor Añadido Bruto descendió hasta los 24.594 millones de euros, es decir, un 8,37% menos que los registros de 2019, la participación del VAB de los alimentos y bebidas sobre el total de la economía se mantuvo. Si en 2019, hablábamos de representar un 2,38%, en 2020 creció hasta un 2,40%. Y si tenemos en cuenta solo a la industria, su representatividad aumentó del 14,73 al 14,75% y hasta el 19,67% de la manufacturera.
Otro aspecto positivo que cabe poner de relieve desde el plano económico –y me pesa, no centrar este análisis en cómo fuimos testigos de su gran capacidad de respuesta– es que el sector avanzó en su propio proceso de concentración empresarial.
Las cifras muestran que cerró el año con 157 empresas menos, hasta 30.573 compañías. Pero el recorte se dio principalmente en el segmento de empresas sin asalariados y de menos de 10 empleados.
Las empresas de entre 10 y 200 trabajadores aumentaron su censo y, lo que es aún más llamativo, las grandes empresas (más de 200 empleados) aumentaron en 21 nuevas industrias, de las cuales 5 corresponden a más de 1.000 empleados.
Además, tal y como damos cuenta en el I Ranking Alimentación y Bebidas Economía 3, que hoy publicamos en nuestra web, según los datos facilitados por Infocif, en un ejercicio, de 2018 a 2019, casi se triplica la rentabilidad del sector. Dando muestras de ser uno de los más atractivos para invertir, con un margen que casi roza el doble dígito.
Es decir, el margen sobre ventas se multiplicó prácticamente por tres, al pasar del 3,28 al 9,70%, lo que supuso disparar la rentabilidad un 196 %.
Desde este punto de vista, no podemos más que animar a las empresas del sector a que sigan optimizando sus operaciones diarias y a lograr buenos márgenes, pues pronto podría aumentar ese casi medio millón de trabajadores vinculados a esta industria.
Nuestra vocación, seguir atentos para contárselo.