El Club Deportivo Empresarial Alcatí, garante de la arquitectura de La Albufera
Como ya anunciamos en la edición anterior, una de las funciones del Club Deportivo Empresarial Alcatí era preservar el entorno y las tradiciones de nuestro territorio, la Comunitat Valenciana. Por ello, en estos momentos se encuentra inmerso en la rehabilitación de la única barraca que hay en el municipio pesquero de El Palmar (Valencia), la Barraca de Aranda y que se prevé que esté concluida el próximo otoño. La rehabilitación de esta construcción singular de la huerta valenciana está en manos de los arquitectos Fernando Vegas y Camilla Mileto.
A principios del siglo XX se constituyó el Tancat de l’Alcatí, formado por una treintena de comuneros sobre una superficie de 33 hectáreas destinadas al cultivo del arroz.
Ahora, en ese mismo espacio, Economía 3 es promotora del Club Deportivo Empresarial Alcatí. Un lugar creado para la práctica de la vela latina, deporte habitual de la propia zona de La
Albufera.
Una de las labores del Club Alcatí pasaba por defender el entorno y las tradiciones de la Comunitat Valenciana, motivo por el cual está llevando a cabo la rehabilitación de la única barraca que queda en el municipio pesquero de El Palmar, la Barraca de Aranda.
Barraca de Aranda
Una de las tres sedes del Club Deportivo Empresarial Alcatí se ubicará en El Palmar, en la Barraca de Aranda, también conocida como la Barraca de los Guitarra. Construida alrededor de 1860, representa la barraca genuina por excelencia de El Palmar, heredera de aquellas que nos muestran las imágenes de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.
Presenta una forma y una estructura muy atractivos. El peinado de la cubierta y los acabados de los bordes, nos acercan a las características más típicas de este tipo de construcciones, hoy ya
tan escasas en nuestra geografía. La proporción del edificio, la altura del trespol, la impostación sobre la puerta y el ángulo de las cubiertas, son los más representativos de este tipo de edificios.
Pero claro, este tipo de edificaciones presentan las dificultades de mantenimiento que toda obra antigua tiene. Para ello, hemos querido preguntar y saber, de primera mano, qué supone lidiar con unos materiales de más de 150 años.
Fernando Vegas y Camilla Mileto son los arquitectos responsables del proyecto de remodelación de la Barraca de Aranda.
- ¿Qué dificultades habéis encontrado a la hora de llevar a cabo la rehabilitación?
– C.M.: Nosotros estamos especializados en el apartado de la restauración. Por ello, estamos acostumbrados a trabajar con materiales históricos y tradicionales. Los materiales tradicionales como
son la tierra, la madera, inclusive lucidos de yeso, la cal… son agradecidos y se han trabajado siempre en el ámbito tradicional.
Suele ser difícil, ya que son estructuras delicadas y materiales que requieren de cierta especialización. No puede ser llevado a cabo por un albañil o arquitecto cualquiera, sino que las personas que se encarguen de este tipo de obras deben estar especializadas.
- ¿Cómo comenzasteis la obra? ¿Contabais con algún tipo de estudio previo?
– C.M.: Lo primero que hicimos fue el levantamiento del edificio. Siempre se hace esto, un levantamiento previo, un estudio previo, incluso, para este edificio, se hizo un estudio para conocer la estructura de la madera y saber en qué condiciones estaba… Es decir, se hace todo un trabajo previo. A partir de ahí, elaboramos el proyecto. Aunque, una obra de restauración siempre te añade
algún componente extra inesperado.
- ¿Cuándo prevéis que estará terminada la restauración?
– C.M.: Hay que tener paciencia cuando se habla de restauraciones (risas). Para hacer bien las cosas, se necesita tiempo, pero yo creo que estará para el próximo otoño. Es un edificio pequeño pero antiguo, por lo que necesita mucho mimo. A veces tenemos la prisa de querer acabar cuanto antes y es peor. Por suerte para nosotros, no es el caso de este cliente.
- ¿Qué aspectos habéis encontrado en peor estado?
– F.V.: Sobre todo la cubierta. Su estructura está en muy malas condiciones y tiene un ataque de termitas muy importante. Está en peores condiciones de lo que habíamos previsto en un primer momento y eso hace que se ralentice un poco la restauración. La situación de los muros está dentro de lo que esperábamos.
- ¿En el interior de la barraca se conserva mobiliario de la época?
– F.V.: El mobiliario como tal no, lo que se conserva son unos tabiques y una parte de las alacenas de la cocina, pero muy poquito. La chimenea, en su conjunto, está bien. Pero en la parte de arriba había un elemento añadido que eran unas tapas de material bituminoso. Eso ha sido lo que se ha desprendido y lo que hay que restaurar.
Un lugar que enamora
La Albufera, un espacio que ha evolucionado de forma paralela con el ser humano, posee valores patrimoniales de enorme riqueza que aportan información sobre su pasado, la manera de vivir en el lago y las necesidades de sus pobladores. El Club Deportivo Empresarial Alcatí quiere contribuir a su protección y a salvaguardar ese patrimonio arquitectónico diseminado.
La barraca, con su sencillez en las formas, es una construcción tan tradicional como emblemática. Se caracteriza por tener su parte trasera redondeada: de ahí su nombre de “barraca de culata”. Responde básicamente a lo que entenderíamos como un esquema llamado ‘de passadís’, croquis lateralizados con una puerta en fachada principal y otra en la fachada posterior, que permiten situar los cuartos y estancias diferenciadas en una de las bandas de la planta.
Las fiestas y la gastronomía de El Palmar lo han convertido en un auténtico reclamo turístico y en un rincón con encanto. Es más que una isla: son los atardeceres; los paseos en barca que siempre acaban mostrando detalles e imágenes que parecen sacadas de la ficción; las regatas de vela latina y los caminos zigzagueantes. Son las acequias y el mar; los lentiscos azotados por el viento de levante y las dunas de arena de un encanto propio que se mueven lentamente paralelas al mar.
Una remodelación arquitectónica que dará continuidad a unas instalaciones preparadas para la temporada de arroz y que ahora podrán disfrutar los enamorados de la vela latina.
¿Por qué adherirse al Club Alcatí?
Entre los fines fundacionales del Club Alcatí se encuentran fomentar entre el tejido empresarial, a través del deporte de la vela latina, los principios de competitividad y trabajo en equipo.
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