¿Podría cambiar el BCE su política monetaria en 2021?
El ex Consejero Ejecutivo y ex miembro del Consejo del Gobierno del BCE, José Manuel González-Paramo, ha reflexionado este miércoles sobre cuál ha sido el papel del BCE durante la crisis provocada por la pandemia y qué cabe esperar de este organismo en los próximos años.
¿Cómo ha respondido el BCE a la crisis actual que azota a todo el globo? ¿Cabe esperar un cambio en su política monetaria? ¿Es factible una condonación de la deuda? González-Páramo ha intentado responder a todas estas cuestiones en un acto organizado por el Consejo General de Economistas.
González-Páramo ha señalando las claras diferencias entre la crisis actual y la vivida en el 2008, que tuvo su origen en el sector financiero. En este sentido ha destacado el carácter global de la crisis vivida por la pandemia, así como la diferente situación de la que parte el sistema financiero.
“Afortunadamente el sistema financiero ha llegado mejor a esta crisis, tanto a nivel europeo como en España. Presenta niveles de capital más sólidos y tasas de morosidad más bajas”, ha explicado.
El experto también ha remarcado la diferencia en la respuesta del BCE en la crisis actual respecto a la vivida hace más de una década. “Durante la crisis el BCE lo ha hecho extraordinariamente bien” ha expresado González-Páramo quien ha añadido que “es difícil imaginar una respuesta más rápida y contundente”.
“Las autoridades económicas han entendido muy bien que el imperativo ahora es mantener la demanda a salvo, mediante medidas de sostenimiento de las rentas, y minimizar la pérdida de tejido productivo”, ha expresado.
En relación al segundo imperativo, González-Páramo ha aplaudido la actuación tanto del BCE como del Gobierno español con la aplicación de medidas para frenar esta pérdida y evitar “el riesgo de que un tejido saludable se transforme en insolvente”. Ha destacado medidas como los ERTE, subsidios de desempleo, las moratorias, los avales de liquidez del BCE o los tipos de intereses bajos.
¿Cambiará el BCE su política monetaria?
Preguntado por la posibilidad de un cambio en las políticas monetarias del BCE con subidas de los tipos de interés o aumentos de los tipos de financiación, González-Páramo ha rechazado esta opción. Por lo menos a corto plazo.
“La impresión que hay en los mercados es que el BCE está absolutamente volcado en estimular la economía y, por tanto, no está en el radar aumentar tipos de interés o eliminar medidas”, ha explicado González-Páramo, quien además ha subrayado: “a corto plazo no va a haber un cambio, es evidente”.
En esta línea, ha explicado que el BCE no ha dado ninguna señal de un cambio en su política y “lo peor que podría hacer es sorprender a los mercados”. “Hay que recordar que el BCE existe hoy por un mandato principal: asegurar la estabilidad de los precios”.
Además, tal y como ha explicado González-Páramo, el BCE tiene el “compromiso formal” de mantener sus compras y su política actual hasta marzo de 2022. “O sea que hasta dentro de un año no hay que esperar ningún cambio”.
Pero, ¿Qué ocurriría si se acelera el ritmo de vacunaciones y se activa la demanda provocando una caída en la tasa de ahorro? El resultado sería una presión en la demanda que desembocaría en una mayor inflación. “Hablamos ya a partir de 2023”, ha puntualizado.
Condonación de la deuda: ¿una opción factible?
Sobre el manifiesto firmado por aproximadamente 100 economistas a favor de que el BCE condone parte de la deuda pública a los países de la zona euro, González-Páramo ha mostrado su desacuerdo con la propuesta.
«Es poco oportuna, pero no cabe preocuparse porque ha tenido un respaldo muy limitado», ha expresado. González-Páramo ha explicado que la UE vive un «momento crucial» de integración europeo y esto podría influir en la confianza conseguida por los países del sur de Europa.
González Páramo ha subrayado: «La llamada a incumplir obligaciones adquiridas no es bueno y puede suponer un paso atrás en la confianza de los países de la Unión».
«Además de inoportuno, porque puede ser políticamente destructivo, es legalmente imposible», ha puntualizado. Esta condonación incumpliría el Artículo 123 del Tratado de la UE, por lo que requeriría un cambio en el tratado que implica periodos de discusión que «no hacen factible la propuesta».
Pero, lo «más cuestionable» para el experto serían los efectos económicos, que tilda de «muy dudosos». «Condonar la deuda significa renunciar a la corriente de ingresos futuros a los tesoros. Podría generar una cultura de impago que no es muy coherente con una economía de mercado», ha añadido.
Esto último, podría «arriesgar la confianza de inversores privados que pueden plantearse el sentido que tiene invertir en el plano europeo».
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