El Gobierno ha hecho una apuesta decidida por el segundo pilar de previsión social y por los Planes de Pensiones de Empresas (PPE), a costa de reducir el ahorro individual. Así, los Presupuestos Generales del Estado para 2021 reducen el límite de deducción fiscal de los planes individuales de los 8.000 euros actuales a los 2.000 euros; mientras que el límite de ahorro a través de las empresas sube de los 8.000 hasta los 10.000 euros de ahorro fiscal para la jubilación.
Hasta el momento, el alcance de los Planes de Pensiones de Empresas (PPE) es mínimo entre la población española, y todavía más si lo comparamos con los planes individuales. A fecha de septiembre de 2020, en España había dos millones de partícipes de uno de estos planes. Esto supone algo menos del 5% de la población total, y apenas el 10% de todos los trabajadores.
La apuesta del Gobierno por promover los planes empresariales es clara, sin embargo, diferentes expertos apuntan a que de nada servirá este cambio si no va acompañado de otras medidas adicionales.
“Las aportaciones a Planes de empresa dependen en gran medida de las contribuciones de la empresa, por lo que si la medida contemplada en los PGE no va acompañada por otras (estímulos fiscales a las empresas) que impulsen las aportaciones, no va a suponer un incremento real en la contratación de Planes”, explica Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco.
A pesar del poco calado que han tenido estos planes ahorro de empleo, Martínez-Aldama subraya que “la experiencia ha demostrado que el Plan de Pensiones es el beneficio social cada vez más valorado por los trabajadores, según la sociedad va envejeciendo y siendo consciente de las dificultades por las que va a atravesar el sistema de pensiones público para mantener el mismo nivel de pensiones actual”.
“Los beneficios para los trabajadores son obvios, ya que es remuneración con bonificación fiscal que genera un ahorro para la jubilación”, explica el presidente de Inverco.
Otra de los beneficios de estos planes es que tienen un nivel más alto de rentabilidad debido a que tienen menos comisiones que los individuales, todo y que las de estos últimos han ido decreciendo en los últimos años.
Los PPE dejan huérfanos a autónomos y PYMES
Los PPE son idóneos para complementar la pensión de jubilación de cualquier trabajador. No obstante, la estructura laboral presente en España, en donde más de la mitad de los trabajadores son, o autónomos, o con contrato temporal, o a tiempo parcial, dificulta la adscripción de dichos trabajadores a planes de empleo.
“Para ello se deberían impulsar de forma decidida Planes de Pensiones ajustados a las características del mercado laboral español, como por ejemplo planes para PYMES o autónomos» explica el presidente de Inverco.
En este sentido, Martínez-Aldama subraya que la idea de un Fondo de Pensiones de promoción pública, que cubra a estos colectivos, “puede ser una buena solución si se diseña correctamente”.
La previsión social en el ámbito de la jubilación se divide en tres pilares: el primero, dedicado a la pensión pública; el segundo, el ahorro general en el ámbito de las relaciones laborales y de la empresa; y por último, el ahorro individual. Es este segundo pilar el que el gobierno trata de impulsar con esta nueva modificación fiscal. Sin embargo, hasta la fecha, el ahorro de la empresa no se ha desarrollado prácticamente en nuestro país.
“Solamente tienen planes de pensiones los trabajadores de grandes multinacionales. En la PYME normalmente no hay productos para la jubilación de los trabajadores, al contrario de lo que ocurre en países como Alemania, Francia e Inglaterra”, explica el responsable de comunicación de Unespa, Eduardo González.
Una imitación del modelo británico con algunos fallos
La intención del Gobierno de ampliar el ahorro procedente del ámbito empresarial persigue la idea del modelo británico, donde la mayoría de la población -hablamos de cifras que pueden alcanzar el 80% de la población activa– tiene un plan de pensiones de empleo.
La principal razón del éxito británico es lo que se conoce como ‘adscripción por defecto’. Las empresas están obligadas a reservar un dinero para las pensiones privadas de sus trabajadores salvo que el trabajador decida que la empresa no le reserve este porcentaje y le dé toda su retribución en líquido.
Esta es la opción que defienden desde Unespa. «Nosotros defendemos la adscripción por defecto acompañada de un mecanismo de subvención condicionada, esto es, un mecanismo por el cual el gesto de ahorrar del particular, en este caso del trabajador, genere un gesto automático por parte de un tercero completando ese ahorro con una subvención», refuerza Pilar González de Frutos, presidenta de la organización.
Mantente informado cada día con nuestra newsletter. Suscríbete gratis.