La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) considera que la agricultura de la Comunitat es “el farolillo rojo de Europa”, una situación que se debe a su juicio a los diferentes problemas sufridos en 2020, entre los que se incluye la pandemia y la paralización del “lobby agrario valenciano”.
Una de las propuestas para mejorar la situación era la creación de ese “lobby agrario valenciano” en Bruselas, para el que pide la ayuda de la Conselleria de Agricultura para su inicio y promoción, pero ha quedado paralizado. “España pinta cada vez menos en Europa”, ha afirmado el presidente de la organización agraria, Cristóbal Aguado, para quien si ese «lobby» no se logra crear, «lo vamos a pagar».
La patronal agraria ha calificado 2020 como extraordinariamente difícil, con unas pérdidas totales estimadas en 570 millones de euros en el sector agrario valenciano. La persistente falta de rentabilidad se recrudeció en la mayoría de los cultivos y cabañas ganaderas a causa de las devastadoras repercusiones de la covid-19, tanto por las dificultades añadidas en la comercialización como por el incremento de los gastos debido a las medidas preventivas.
En una rueda de prensa de balance de 2020, y en relación a la Política Agraria Común (PAC), la asociación ha explicado que las ayudas recibidas por parte de los agricultores valencianos “son mínimas” a pesar de haber recibido información de que la fruta y hortaliza valenciana “iba a dejar de ser discriminada”.
Además, la agricultura valenciana se está enfrentado a otros problemas, entre los que se encuentran el exceso de flora y fauna salvaje, las plagas y epidemias que están sufriendo los campos valencianos, que ha provocado pérdidas de la producción del «40 o 50 %» en cultivos de caquis o cítricos. Otra de las plagas más destacada por la asociación ha sido la Xylella, en constante expansión.
Para AVA-Asaja, el futuro pasa por «un cambio de mentalidad de los valencianos» que fomente «precios dignos» para el eslabón productivo, calificado por el presidente de la organización como «el más débil», y la producción que carezca de viabilidad desaparecerá.
Para ello, han pedido una “financiación justa” por parte del Gobierno central, y han señalado como un problema el aumento de la aparición de fondos de inversión en el sector citrícola valenciano, ya que buscan «la máxima rentabilidad sin tener en cuenta al productor».
Por ello, Aguado ve necesario que la Administración controle ese fenómeno y busque aliados con otros países europeos para revertir la situación debido a los «efectos imprevisibles» de la concentración provocada por estas empresas, que pueden provocar una imposición de precios y medidas en el sector rentables para ellos, pero no para el productor.
Desde AVA piden a los partidos políticos una “mejor comunicación interna” en relación a las decisiones tomadas en Europa para evitar situaciones de países vecinos, como Francia, donde «cada cinco días un agricultor se suicida».
Sin embargo, el presidente ha valorado la diversidad de clima de la Comunitat Valenciana, y ha comentado que este hecho facilitaría una gran cantidad de variedades cultivables, por lo que esta región podría «llenar las neveras de los europeos».
Sobre el empleo juvenil en el campo, se ha elogiado el modelo italiano, que apuesta por la posibilidad de acceder a fondos estatales y a una política en la que ha prevalecido la preferencia de consumo local. Sin embargo, lamenta que en la Comunitat no suceda lo mismo debido a la “falta de inversión, de estabilidad y de perspectivas de futuro”.
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