-¿Cuáles son las prioridades en materia de empleo a tenor de la crisis del coronavirus?

-Resistir. Lo que diferencia esta crisis de la anterior es precisamente eso, la puesta en marcha de un proceso de hibernación de la actividad económica más afectada por las restricciones a la movilidad a través de los ERTE, la ayuda a los autónomos o a las empresas con financiación, moratorias y demás fórmulas que eviten costes inasumibles en la actualidad. Mantener vivas a las empresas, proteger la renta de trabajadores y familias es lo que permitirá una rápida recuperación de la actividad económica y del empleo.

– ¿Qué medidas concretas se deberían adoptar para paliar los efectos de la covid sobre el empleo?

-Como queda dicho, las que se están aplicando y que solo son posibles porque la UE lo permite. Sin el BCE comprando deuda pública y privada las primas de riesgo se dispararían, haciendo inviable la ingente cantidad de recursos públicos destinados a mantener las necesidades de nuestra economía, y sin la desaparición de las restricciones sobre deuda y déficit que imponía Europa tampoco sería posible.

– En esta línea, sectores como el de la hostelería o el del ocio son de los más castigados en esta crisis.Para aquellos trabajadores de estos sectores que se queden sin empleo, ¿cómo se puede proceder a una recolocación de estos?

-Creemos que la vacunación va a permitir una superación de las restricciones a la movilidad en no demasiado tiempo, por lo que el turismo, la hostelería o el ocio se recuperarán en ese nuevo escenario. El asunto es cómo llegar a ese momento con la menor destrucción de tejido productivo y empleo posible. Cuando crezca de nuevo la demanda de esos servicios vinculados a esos sectores se recuperará el empleo. Mientras tanto hay que ayudar a los trabajadores y trabajadoras afectados.

– ¿Qué sectores pueden ser tractores en la creación de empleo para superar la crisis?

-La crisis se superará con la superación de la pandemia, por eso se han volcado tantos recursos en la investigación que dé con vacunas eficaces en tiempo record, como parece que está sucediendo. Otra cosa es que, como ya se demostró en la crisis anterior, nuestro modelo productivo sea de escaso valor añadido y muy vulnerable, con empleo precario y bajos salarios.

Es ahí, aprovechando el fondo de recuperación europeo donde nos jugamos la transformación y mejora de nuestro modelo productivo, donde tenemos que poner el empeño para mejorar nuestra productividad con valor añadido e innovación, no con bajos salarios, precariedad y deterioro de las condiciones de trabajo. Ese será el verdadero tractor que nos posicione ante futuras crisis en mejores condiciones para superarlas.

– Desde las administraciones se insiste en la transformación del modelo productivo “sin dejar a nadie atrás”, esto lleva implícito un necesario componente de formación, ¿qué esfuerzos se deben realizar en este sentido para que sea efectiva esa afirmación de no dejar a nadie por el camino?

-No dejar a nadie por el camino implica poner en marcha, como se ha hecho, programas de ayuda a las empresas, a los autónomos, a los trabajadores y a las personas. Otra cosa es que la transformación del modelo productivo requiera apostar por la descarbonización y ello ponga en riesgo actividades económicas y empleo en los sectores implicados por esa transformación, por eso hablamos de transición justa, para que todo ello vaya acompañado de alternativas de empleo.

También es imprescindible adaptar los conocimientos y habilidades de los trabajadores y empresarios a la revolución digital o a la inteligencia artificial, no solo por razones de empleabilidad, que también, sino porque de nada sirve incorporar herramientas nuevas a las que no seamos capaces de sacarles el máximo partido. Luego, la formación es fundamental.

– Ya, por último, preguntar por los ERTE, ¿hasta que fecha deberían mantenerse? ¿Servirán para mantener el empleo o se producirá una destrucción de trabajo posterior?

-Hasta donde haga falta, de lo contrario el esfuerzo realizado hasta la fecha sería baldío. Están sirviendo y seguirán siendo útiles y solo al final del trayecto sabremos cuanto empleo hemos sido capaces de recuperar, pero lo que no tiene sentido es desconectar a las empresas hibernadas antes de la superación de la pandemia y sus efectos sobre la movilidad; porque, entonces sí, sustituiremos ERTE por ERE renunciando por anticipado a salvar el mayor tejido empresarial posible y su empleo.

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