Sp-Berner se plantea cerrar su fábrica de plásticos monouso por puntilla del impuesto
Sp–Berner, la empresa líder nacional en la fabricación de plásticos industriales y para el consumidor, que fabrica más de 1000 referencias para 46 países y es proveedor especialista de Mercadona desde el año 2002 en su línea de limpieza (escobas, mangos, cubos, pinzas…), cuidado personal (peines y cepillos de dientes), así como menaje (herméticos y monousos), se plantea cerrar una de sus fábricas dedicada exclusivamente a la producción de monousos (platos, cubiertos y vasos).
Estos productos directamente afectados por la Directiva Europea que prohíbe la comercialización de gran parte de ellos a partir del próximo mes de julio, se ven ahora impactados de lleno con el anunciado impuesto a los plásticos no reutilizables que prevé el Gobierno en su anteproyecto de la ley de residuos.
Fundada y dirigida por la familia Escarpa con casi 55 años de trayectoria en el sector de la transformación del plástico mediante inyección y termoconformado, Sp-Berner admite que baraja esta medida, que afectaría a unos 50 empleados «como último recurso», «aunque en ningún caso la compañía se plantea despedir a nadie», deja claro a Economía 3.
«Es algo que está sobre la mesa, pero estamos intentando plantear alternativas como evolucionar la producción a productos reutilizables, algo en lo que ya llevamos trabajando mucho tiempo. Estábamos pendientes de la evolución en la fabricación de los vasos de plástico, pues la directiva en ese caso no habla de prohibición sino de reducción, pero con el nuevo impuesto –que nos afecta de lleno ya que solo es posible su fabricación con materiales vírgenes para el contacto alimentario– el impacto será muy importante«, reconoce Alberto Forte, responsable de I+D de la compañía.
Sobre cuánto podría encarecerse la producción por la nueva legislación que prepara el Ejecutivo explica que se establece un gravamen de 450 euros/tonelada y que teniendo en cuenta que el precio del polipropileno está en torno a unos 1.000-1.100 euros tonelada, puede repercutir entre un 25-30% en el incremento de los precios, en este caso de los vasos.
Añade Forte que SP Berner apuesta por el reciclado desde hace más de una década, de hecho pone en el mercado más de 12.000 toneladas de plástico reciclado con sus propios desarrollos: «el reciclado es un recurso más de nuestra producción, pero a nivel legislativo, en todo lo que se refiere a contacto alimentario se prohíbe el reciclado, excepto en un único caso que es muy limitado en cuanto a propiedades de resistencia de temperatura y otros». «Pero nosotros hemos planteado todos los desarrollos a nivel de I+D con productos compostables, y como digo siempre ha habido negativa por parte de las Administraciones, de hecho la directiva europea lo prohíbe expresamente salvo en el caso del PET reciclado como mencionaba».
Un lobby que carga contra el plástico
«Nos da la sensación -añade- de que hay un lobby más fuerte que el plástico que está empujando en otra dirección y por eso este impuesto carga directamente contra el plástico y no contra otros materiales sustitutivos como la pulpa de maíz, el bambú, el cartón o papel… dando lugar asimismo a primar las importaciones a costa de la producción nacional«.
Opina el experto, que se «está dando más valor a las importaciones de productos asiáticos, que en algunos casos no sabemos muy bien por qué regulación se rigen, y siempre se trata de productos mucho menos regulados que el plástico y no a una industria que ha demostrado sobradamente su alta seguridad alimenticia».
Reconoce que la estrategia de la compañía no pasa por reorientarse a alguno de estos «nuevos productos» que ahora compiten con el plástico: «Nuestra apuesta seguirá siendo el plástico porque nos parece la solución más ecológica y con mayor recorrido, ya que hay que recordar que el plástico es perfectamente reciclable cosa que no está tan clara en otros productos que se están poniendo ahora en auge y ello sin tener en cuenta los consumos energéticos necesarios para su producción y el uso mismo del recurso que es muy superior al del plástico», subraya el responsable de I+D.
Con la puntilla que supone el nuevo gravamen están en juego unas ventas solo en monousos que, hasta la fecha, venían a suponer unos 4 millones de euros, si bien reconoce el directivo el descenso progresivo de las mismas desde la aprobación de la Directiva ya que los retailers, entre ellos la cadena de distribución Mercadona, «han ido sacando fuera de sus lineales gran parte de esta producción direccionando su política de venta por esta corriente sistemáticamente negativa contra el plástico».
Vajillas reutilizables
En estos momentos estudian cómo resolver la situación, y trabajan para poner en el mercado, en lugar de monousos, vajillas reutilizables: «Estamos centrándonos en ingeniería de diseño e ingeniería verde y en el estudio de propiedades. De hecho, hemos trabajado en el seno de Anaip en el desarrollo de una normativa en la cual, hemos definido las características que tendrían que tener estos productos reutilizables basadas en los diferentes usos y ciclos de lavado en lavavajillas para que realmente se puedan utilizar varias veces. Nuestro objetivo es poder reorientar la producción y no tener que cerrar la planta, pero no nos lo ponen fácil», lamenta.
La compañía cuenta con 5 plantas productivas – Sp Berner y Berner en Aldaia (Valencia), Spalex en Chiva (Valencia) y Suzhou (China) – y dos almacenes logísticos de los que salen 17.000 camiones anualmente. Estas instalaciones que podrían verse afectadas en concreto se ubica en el interior de la planta de Aldaia que en su totalidad integra a unas 700 personas.
En su conjunto, la empresa emplea a más de 900 trabajadores y cerró el ejercicio de 2019 con un volumen de negocio de 153,6 millones de euros. Las ventas se centra en 4 grandes áreas estratégicas: La primera es la División de Consumo donde se incluyen artículos de limpieza, menaje hogar, ordenación y cuidado personal; la segunda, la División Mueble de Jardín y Publicitario, que congrega mobiliario de jardín, artículos de camping y mueble publicitario; la tercera es la División Industrial, que ofrece soluciones logísticas (cajas, pallets, flejes de plástico) y taponería para los sectores de alimentación, droguería y perfumería; y finalmente la cuarta área estratégica de Recycling de plasticos.
Para el recycling (economía circular) ha implementado en su planta de Aldaia tecnología puntera «y en 2016, decidimos desarrollar una línea de jardín totalmente sostenible. El objetivo fundamental es lograr reciclar 35.000 toneladas de plástico, que es la misma cantidad de kilos que transformamos cada año».
En estos momentos, el 30% de la producción se dedica a la exportación, siendo Europa el principal cliente seguido de China, las dos Américas y África del Norte.
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