Viernes, 26 de Abril de 2024
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El alquiler de pisos de estudiantes se la juega por primera vez en septiembre

El alquiler de pisos de estudiantes se la juega por primera vez en septiembre

Entre el aluvión de incertidumbres que nos trae el inicio del curso académico 2020/2021 al filo del mes de septiembre, está quedando en segundo plano un factor de considerable peso económico en las grandes ciudades: qué va a pasar con el stock de pisos de alquiler para estudiantes a la sombra de la pandemia. ¿Las clases se impartirán de forma presencial o serán online, por lo que no valdría la pena contratar un alquiler para todo el curso? ¿Qué pasará si se decreta un nuevo confinamiento ante el aumento de la curva de contagios? ¿Su duración aconsejará dejar el piso o permanecer en él?

El escenario es inédito y nos hemos propuesto sondearlo a través de Sonsoles Poole, directora de la oficina de València de la agencia de alquiler de pisos para estudiantes Aluni.net y de Alberto S. Añaños, CEO de la startup Live4Life, con sede en València y que el año pasado inició su proceso de expansión a otras ciudades universitarias. La primera ha trabajado con un importante volumen de estudiantes Erasmus y la segunda ha empezado más centrada en el mercado nacional.

Aluni.net es una empresa con 20 años a sus espaldas, por lo que ha sorteado diferentes crisis que han ralentizado el proceso de alquiler. Sin embargo, como describe Poole, «este año coincide la incertidumbre económica con la posible cancelación de las clases, y  esto último es lo que está reteniendo la demanda hasta el último momento». Así, «en mayo de 2019 teníamos el 80% de las reservas hechas, y en junio se confirmaban. La situación económica era estable y la demanda estable».

Añaños señala que «junio siempre ha sido un gran mes de alquileres, y este año ha sido inusual con una demanda muy baja. Había incertidumbre y la gente a lo mejor aún estaba resolviendo los problemas contractuales con el arrendador anterior. La demanda ha bajado pero estamos acostumbrados a lidiar en este tipo de batallas. Somos de una generación que prácticamente hemos nacido y vivido en una crisis detrás de otra, entonces es como nuestro estado natural». 

La cláusula covid

Con la rapidez de reflejos que exigen estos tiempos, las agencias de alquiler de pisos de estudiantes han creado la llamada «cláusula covid» en sus contratos para solucionar de antemano los problemas que causaría un nuevo confinamiento.

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Sonsoles Poole, directora de la oficina de València de Aluni.net. | E3

«En el confinamiento anterior, que fue sobrevenido», recuerda Poole, «se renegociaron el 100% de los contratos. Para ello, tuvimos que contactar propietario por propietario, porque nosotros somos mediadores, y aunque tenían derecho a cobrar la renta completa, el 100% ofrecieron condiciones especiales y dimos todas las facilidades, incluso el servicio de enviar las pertenencias de los estudiantes a sus países de origen».

La cláusula covid que ofrece Aluni.net incluye que «si el curso al que van a acudir se cancela antes de asistir, se les devolvería la fianza y se cancelaría la reserva. Sin embargo, si una vez están aquí se decreta un nuevo confinamiento, pueden elegir entre continuar en su piso, porque el curso pasado continuaron aproximadamente la mitad, o bien volver a sus países de origen dejando las habitaciones disponibles».  Además, «hemos flexibilizado los contratos, porque muchos, por ejemplo, reservan hasta febrero, con la idea de continuar todo el curso, pero con la tranquilidad de saber que pueden prorrogar o no según la circunstancia», teniendo en cuenta que «hubo programas de Erasmus, fundamentalmente de prácticas, que se cancelaron en primavera y se retomarán en el primer cuatrimestre». En definitiva, «les hemos dado la opción de continuar o resolver el contrato, dejando las habitaciones disponibles. Nos lo preguntan antes y somos los primeros interesados en que tengan claro qué opciones tienen, por su seguridad y por la de los propietarios».

«Si no hemos sido los primeros, habremos sido los segundos en ponernos al pie del cañón de esta cláusula covid», afirma Añaños. «Lo que al principio vimos como un comportamiento ético, al final se ha convertido en uno de los grandes valores diferenciales en esta campaña de alquileres».

Explicada por el CEO de Live4Life, «la cláusula consiste en que si nos volvieran a confinar y los estudiantes abandonaran el piso, se les reduciría la renta, porque se van del piso pero preferirán dejar allí sus pertenencias. Si nos imaginamos que nos confinan en febrero no sabremos si serán quince días o un mes; si es un mes, la universidad continua en marzo, por lo que no tiene sentido rescindir el contrato un mes para volver al siguiente. Lo más coherente es llegar a un entendimiento entre ambas partes. Se dejan las pertenencias pero se reduce la renta puesto que no se está haciendo uso de la vivienda, no hay un desgaste de ella, pero algo se ha de pagar porque en realidad sigue ocupada aunque no sea de una manera presencial sino de almacenaje».

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Alberto S. Añaños, CEO de la startup Live4Life. | E3

Un confinamientos de 15 días o un mes sería sostenible. Pero como siempre conviene ponerse en el peor de los casos, ¿qué pasaría si nos volviéramos a ver en un confinamiento tan prolongado como el que ya hemos vivido? Añaños responde que «el 99% de las cláusulas covid que estamos aplicando, que no deja de ser una negociación entre partes, hablan de una reducción de la renta. Generalmente, estamos en un 40% de reducción. Si el confinamiento se alargara, el inquilino, que ha pactado previamente con el propietario esa reducción, tendría que cumplir con ese compromiso. Sin esta cláusula, el inquilino podría verse obligado a pagar la totalidad todos los meses».

«Es algo en que ambas partes ganan. En un caso como el que ya vivimos, el inquilino intentaría rescindir el contrato». Es interesante destacar en este punto que los alquileres a estudiantes son de una naturaleza distinta a los alquileres de vivienda habituales. «Las relaciones arrendaticias de estudiantes no se suelen resolver en los juzgados, porque a diferencia de otro tipo de perfiles, el estudiante se va del piso, y aunque haya dejado de pagar, el propietario tiene el piso vacío y lo puede volver a alquilar».

A la espera de los acontecimientos

En lo que respecta cómo ha afectado la pandemia en la demanda de pisos de estudiantes, la palabra es ralentización. «Más que bajar, la demanda se ha contenido», prosigue Añaños. «Las noticias ahora son más alarmistas que las que salían en junio o julio, sobre todo en lo que afecta a los colegios. Hay incertidumbre y las reservas están detenidas, digamos que hay una bolsa de registro y se reservará en la primera quincena de septiembre. Tienen las habitaciones decididas pero están esperando a la evolución de las noticias».

Poole indica que «tenemos una ocupación del 60-70%, que es muy buena ya que tenemos estudiantes que llevan mucho tiempo con nosotros y completando su carrera en nuestros pisos. Somos una empresa de alojamientos más que un portal. Pero es cierto que ese 30% que nos falta dependerá mucho de las noticias de los próximos 15 días, porque el año pasado ya hubieran reservado en junio».

Añaños detalla que «este año el mes más fuerte ha sido agosto, cosa que no suele ocurrir, y septiembre se prevé muy bueno, porque la última hora ya no ha sido agosto sino septiembre, un factor que otros años no existía. Las clases empezaban el día 7, el 10 o el 15, y los estudiantes querían instalarse el día 1 de septiembre. Este año se puede alquilar para el 1 de octubre sin ningún tipo de problemas, porque las clases van a comenzar aproximadamente por esas fechas en todas las comunidades».  El CEO de Live4Life subraya que esta situación de incertidumbre no frena sus planes de expansión, sino que «nos estimula. Ante esta situación si las universidades de València decidieran hacer todas las clases online, nos darían un jaque mate. Por eso decidimos salir y diversificarnos geográficamente».

Desde Aluni.net  Sonsoles Poole concluye aseverando que «soy optimista, porque los estudiantes constituyen el mercado más sensible, pero también el que más rápido se reactiva. En el momento en que baje la alerta, tienen que continuar sus estudios».

No nos queda más que desear que septiembre nos traiga la respuesta correcta y que ojalá no se tenga que activar la cláusula covid ni durante una semana siquiera.

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