El capital riesgo sube el 42 % en 2019 y reclama cambios en regulación
La inversión en capital privado y riesgo («venture capital y private equity») aumentó el año pasado el 41,8 % y se situó en 8.526,9 millones de euros, nuevo récord por tercer año consecutivo, según datos del informe de la patronal del sector ASCRI, que ha demandado cambios regulatorios y fiscales para que esta actividad pueda seguir creciendo después de la ralentización que ha supuesto la pandemia de la covid-19.
La inversión en capital privado se elevó a 7.743 millones de euros, con un aumento del 40,6 % sobre 2018 (se hicieron 172 operaciones) y los fondos movilizados en capital riesgo ascendieron a 721,9 millones de euros, el 42,8 % respecto al año anterior (588 operaciones).
Sin embargo, el año pasado el sector captó menos fondos, 1.920 millones, el 11,8 % inferior, de los que 1.122,5 millones correspondieron a capital privado, con un descenso del 43,7 %, aunque en capital riesgo aumentaron los nuevos recursos el 336 %, hasta 797,7 millones. El importe de las desinversiones efectuadas alcanzaron los 2.977,3 millones, el 45,9 % más que en 2018.
Ascri ha indicado que «los últimos meses han revolucionado la actividad económica a nivel mundial» por la crisis de la covid-19, que «ha puesto de relieve las debilidades y fortalezas de un sistema que, de forma repentina, se ha visto abocado a una gran transformación en todos sus aspectos».
En su opinión, la actividad de «Venture Capital & Private Equity también se verá afectada y, aunque atravesará un periodo de ralentización, estamos convencidos de que se recuperará de forma rápida y capitalizará muchas oportunidades durante el proceso, como la aplicación de la innovación tecnológica en distintas etapas de las empresas».
Por ello, y aunque Ascri ha indicado que el «sector ha demostrado salir fortalecido de recesiones financieras anteriores», ha reivindicado «el papel del capital privado como parte de la solución a la situación actual y han solicitado cambios regulatorios y fiscales que favorezcan esta actividad porque la introducción de pequeños elementos de mejora en la regulación y la fiscalidad tiene un efecto expansivo en este tipo de industria».
En este sentido, y para eliminar barreras a la inversión de algunos sectores, como los fondos de pensiones y aseguradoras, Ascri ha propuesto suprimir «la obligación de incluir las comisiones en cascada en los límites máximos de comisiones de los fondos de pensiones, que ha limitado considerablemente la inversión de los Fondos de Pensiones individuales» en el sector.
También han solicitado que el sector deje de estar estigmatizado respecto a la concesión de préstamos, aspecto que debería flexibilizarse cuando están vinculados a inversiones, sobre todo en el ámbito de empresas emergentes y pymes, que se reduzca el importe mínimo de capital para constituir un fondo o sociedad de capital riesgo y que se permita la figura del inversor semiprofesional.
Otras propuestas se refieren a la figura de los Fondos de Inversión a Largo Plazo Europeos (FILPEs), «simplemente ignorados por nuestra regulación», en tanto que sobre fiscalidad ha solicitado «equiparar el régimen fiscal aplicable a los distintos players del mundo del capital riesgo al de los países de nuestro entorno y, en muchos casos, obtener una mayor seguridad jurídica».
Además del tratamiento de los dividendos, Ascri ha señalado que «la principal modificación consistiría en la equiparación y extensión del tratamiento fiscal correspondiente a las plusvalías derivadas de inversiones del coeficiente obligatorio de inversión (exención del 99 %) a las rentas procedentes de los préstamos participativos y otras formas de financiación que concedan las entidades de capital riesgo a sus participadas».
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