La Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción (AVIA) saca punta al borrador de la nueva Ley valenciana de Cambio Climático y Transición Ecológica que presentó este martes la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà. La ley que pretende sacar adelante la Generalitat incluirá la fiscalidad verde, que tendrá carácter finalista y retornará en iniciativas que ayuden a cumplir los objetivos de la ley. En concreto, habrá medidas fiscales sobre vehículos de combustión interna a partir de 2023 y también habrá medidas vinculadas a los grandes buques a razón de maniobras de estancia.

Expuso Mollà que la ley busca aportar el marco normativo para la mitigación del cambio climático y la transición de la Comunitat Valenciana hacia un modelo sostenible. Indicó, a su vez que, como en el caso de la ley española, los vehículos de combustión interna nuevos deberán ser libres de emisiones para 2040. Para ello, la consellera destacó que crearán medidas para incentivar estos vehículos, pero también para desincentivar los que produzcan emisiones.

“Proponemos medidas fiscales, concretamente sobre los vehículos de combustión interna. A partir de 2023, todas las nuevas matriculaciones de vehículos que no sean libres de emisiones deberán pagar un impuesto a razón de los grados de CO2 por kilómetro que emite el vehículo”, detalló.

Para AVIA esta medida que se aplica a los vehículos matriculados desde 2023 no es acertada ya que consideran que «se debería enfocar hacia los coches que circulan actualmente y que tienen niveles altos de emisión de CO2». Exponen desde la Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción que de este modo se incentivaría el rejuvenecimiento del parque móvil actual y se lograría emitir menos CO2.

Por otro lado, apuntan desde el cluster que el borrador presentado por la consellera Mollà «no contempla el ciclo de vida de los vehículos». Desde AVIA consideran que «es muy importante tener en cuenta este parámetro, dado que se puede dar la circunstancia de que un vehículo no contamine en su zona de uso, pero sí en el punto de generación de la energía, o en el punto de reciclado y reutilización». Concluyen desde la asociación automovilística que «si el problema de las emisiones de CO2 son un problema global, debemos abordarlo en su conjunto».