El Patronato Costa Blanca ha aprobado esta mañana por unanimidad de todos los grupos políticos su nuevo plan de actuación turístico para la provincia, adaptado a la crisis económica que ha generado la pandemia del coronavirus. El objetivo de esta estrategia es el de cubrir las necesidades de municipios, asociaciones, empresas y autónomos del sector para reactivar el flujo de visitantes en las sucesivas etapas de desescalada y aplacar el receso financiero.
El presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, ha explicado que se pondrá en marcha este procedimiento con medidas novedosas como la de reformar los estatutos del ente para subvencionar mediante ayudas directas a aquellas empresas y autónomos en situación gravosa, derivada de la epidemia de COVID-19.
El responsable alicantino ha incidido en el mensaje de unidad de todos los grupos representados en este órgano a la hora de trazar “la hoja de ruta más apropiada para la reactivación turística de nuestra provincia”. «Hemos aprobado una reforma de los estatutos del Patronato Provincial para inyectar directamente a empresas y autónomos del sector aportaciones que les alivien de la extrema situación por la que pasan”.
Además, Mazón ha concretado que con esta propuesta “iniciamos el camino para llevar a cabo las pertinentes y sucesivas modificaciones presupuestarias que sean convenientes con el propósito de adaptar las cuentas de 2020 a las urgencias que manifieste el sector. Es la base que nos permitirá anticiparnos a las líneas de trabajo que con estrategia y coordinación acordemos todos”.
El plan de actuación estructura las distintas campañas y etapas de la desescalada en las que el Patronato Costa Blanca sigue apostando por promocionar la oferta de las 141 localidades de la provincia, sus alojamientos, restaurantes, bares, comercios locales, playas, patrimonio cultural, natural y deportivo, para atraer al turista de proximidad.
Etapas de desescalada
Tal y como ha concretado el director del organismo autónomo, José Mancebo, “se trata de una planificación estratégica general, de carácter dinámica y puesta en marcha en colaboración con el sector, a través de la cual vertebramos la readaptación del plan y exponemos las medidas iniciales para frenar la crisis económica derivada del coronavirus”.
“Hemos ido forjando el desarrollo de nuestros productos turísticos más genuinos y los hemos adaptamos a la nueva situación generada por la epidemia. La Costa Blanca es un destino inteligente, seguro y de calidad donde prima la excelencia y la variedad de propuestas, así como las experiencias únicas”.
Algunas de las acciones que contempla el plan incluyen un paquete de medidas para reducir los riesgos de contagio y la adaptación a los protocolos higiénico-sanitarios aprobados por el ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española). Además, se encuentra la actual campaña #SigueEnCasa que, en colaboración con la Confederación de Empresas de la Comunidad Valenciana -CEV-, persigue concienciar y poner en valor el patrimonio turístico de la provincia de Alicante, una vez termine el confinamiento y se permita la movilidad entre localidades. También se perfilan las líneas para incentivar la oferta y la demanda, las ayudas de promoción y adaptación, así como la colaboración con otras instituciones.
Tanto Mazón como Mancebo han agradecido la implicación del personal técnico del Patronato Costa Blanca y de la Diputación de Alicante por agilizar y atender las demandas del sector y facilitar la puesta en marcha de estas actuaciones en beneficio de los municipios.
Durante estos meses de confinamiento la Diputación de Alicante y el Patronato Provincial se han reunido con entidades y asociaciones del sector con el objetivo de fijar estrategias de impulso de cara a las sucesivas fases de desescalada, así como trabajar en un plan para frenar la recesión. En este sentido, se aprobó un paquete inicial de ayudas por importe de medio millón de euros, en colaboración con la Generalitat Valenciana, y se llevaron a cabo reivindicaciones al Gobierno de España en la línea de prolongar los ERTES, por causa de fuerza mayor, y proponer un ‘verano fiscal’ que rebaje la presión impositiva en 2020.