Calconut, empresa española del sector de frutos secos en el ámbito internacional, se ha establecido en Mutxamel (Alicante) con sus primeras instalaciones propias. La compañía, que ha facturado el pasado año 137 millones de euros y ha manipulado 30.000 toneladas de producto, ha instalado en su centro de producción alicantino 1.214 paneles solares que generarán 500 kW de energía solar renovable, lo que le permitirá disminuir sus emisiones de CO₂ a la atmósfera.

En este mismo sentido, el centro, en el que, desde finales de 2019, se han invertido 13 millones de euros, contará en el exterior de la nave con una plantación de árboles, como los naranjos y almendros propios de la región del Mediterráneo, y otras plantas. Además, en sus oficinas se han incorporado elementos naturales en línea con los preceptos del diseño biofílico, una corriente arquitectónica que apuesta por restablecer los vínculos con la naturaleza para conseguir entornos saludables. De este modo, se integra la naturaleza en los lugares de trabajo, mejorando el bienestar de los empleados y, al mismo tiempo, su rendimiento.

– ¿Por qué decidieron instalarse en Alicante y concretamente en Mutxamel?  ¿Cuánto empleo tiene previsto crear? 

– La Comunidad Valenciana es un punto estratégico para nuestra actividad, pero de Alicante nos resultó atractiva su cercanía a la industria alimentaria tradicional, donde la almendra tiene mucho protagonismo gracias a la industria turronera. Y en Mutxamel encontramos la nave perfecta.

En nuestro nuevo centro almacenaremos todo nuestro portfolio (frutos secos, fruta deshidratada, especias y, desde 2020, superfoods).

En cuanto al empleo, necesitábamos profesionales tanto para nuestras oficinas como para la zona de fábrica. Concretamente, alrededor de unos 100 puestos de trabajo con los que hemos querido contar con personas de Alicante y Mutxamel.

– ¿A qué se va a dedicar la planta en cuestión y como se compatibiliza la producción con lo que hay en Almería?

Nuestras instalaciones en Mutxamel son las primeras propias de Calconut pues, hasta el momento, trabajábamos, en calidad de servicio, con otras fábricas. De hecho, hemos dejado atrás el lema “our warehouse is the ocean” (“nuestro almacén es el océano”) para dar la bienvenida a “supplying a moving world” (“abasteciendo a un mundo en movimiento”), ya que seremos capaces de almacenar en frío, repelar, cortar, procesar (hacer pasta y barritas, por ejemplo) triturar, tostar y envasar en diferentes formatos nuestros productos. En Almería y Valencia seguirán existiendo oficinas comerciales con diferentes funciones.

Concretamente, este centro tecnológico y de producción de Mutxamel contará con la línea de repelado más potente del mercado, una máquina capaz de repelar cinco toneladas de almendras a la hora.

– ¿A qué mercado dirigirá dicha producción?

En nuestro segmento B2B (importación y exportación al por mayor) contamos con presencia mundial, en 65 países de los seis continentes. La producción del segmento B2C (venta online a través de nuestro e-commrce: www.comprarfrutossecos.com) por el momento está dirigida al consumidor final de la península y Perú, pero estamos esforzándonos para tener presencia en todo el país y expandirnos quizá a la venta física o en otros países.

– ¿Cuál será el nivel de automatización de la planta?

Podemos distinguir dos aspectos: la automatización de datos es posible gracias al programa SCADA, que nos permite detectar averías y recibir información en tiempo real, tanto de la maquinaria como de las instalaciones. También hemos apostado por automatizar el proceso de final de línea (desde la formación del packaging final hasta el paletizado); y contaremos con un almacenamiento compacto semiautomatizado con carro shuttle.

– ¿Qué papel juega la economía circular en su producción?

La sostenibilidad es uno de los aspectos más importantes para Calconut, y de ahí nació el objetivo de establecer la economía circular en nuestra empresa. Por eso ya no nos basta con reducir nuestro consumo de energía (como hemos hecho instalando 1.214 placas solares), sino que también queremos aprovecharla para producir cero residuos con la biomasa que, en un futuro, produciremos con la cáscara de la almendra. La clave está en reutilizar al máximo nuestros recursos, como por ejemplo el agua de rechazo de la producción, que usaremos en diferentes procesos en nuestras las instalaciones; o el envase de nuestra nueva marca de venta online, nut&me, cuyo envase será de papel 100% reciclable. También hemos reducido todos los residuos materiales en nuestras oficinas: no contamos con botellas ni vasos de plástico, sino con tazas y botellas de acero inoxidable corporativas; y nuestras fuentes de agua potable cuentan con agua de ósmosis. Así reunimos las tres “R”: reducir, reutilizar y reciclar.

Su facturación crece un  7% en 2019

Calconut concluyó 2019 con un incremento de su facturación del 7%, respecto a 2018. Esto supone que han alcanzado unos ingresos de 137 millones de euros cuando solo diez años antes su facturación alcanzaba los 8,5 millones.

Desde 2005, año de su creación ha liderado la tendencia de diversificación que marcaba el mercado. De hecho, se ha consolidado no solo por el procesado y elaboración de la almendra, sino que su gran desarrollo se corresponde también con la incorporación de otros frutos secos, fruta deshidratada, especias y, en 2020, los conocidos superalimentos.

Este espíritu emprendedor se aprecia ya en sus orígenes familiares, cuando Juan Peregrín Peregrín en 1925, al ver la pujanza del sector del turrón en Jijona, comenzó a comprar pequeñas cantidades de almendras a los agricultores de la zona y empezó a suministrarlas a las empresas turroneras. Tras la Guerra Civil dio nuevas muestras de su visión al comprar la primera máquina construida en España para descascarar almendra. Gracias a su uso, el negocio experimentó un notable crecimiento, con 15 trabajadores en nómina.

En la actualidad, la compañía mantiene vivo ese afán innovador y, por ello, creó un equipo de I+D+i que trabaja para ampliar la gama de productos con el objetivo de adelantarse a las nuevas necesidades de los consumidores con propuestas innovadoras, que mejoran su oferta e impulsan la evolución de la empresa.

Gracias a estas iniciativas, la empresa ha pasado de transportar 134 contenedores en 2012 a los 1.380 que gestiona hoy día, lo que supone un movimiento de casi 30.000 toneladas de producto. Igualmente, ilustrativo es el número de empleados, que ha pasado de las tres personas que había en plantilla en 2009 a las 71 que forman su equipo en la actualidad.