Carla Barreiro y David Gómez pertenecen, junto a otros seis compañeros más –Manuel Soriano, Sandra Rico, Claudia Da Cunha Velho, Juan Mossi, Alejandro Sepulcre y Andrés Soler– a la tercera promoción de Grado Leinn de Florida Universitària y su capacidad de idear, crear, producir nuevos proyectos no tiene fin y así ha queda reflejado en Navin Company, una empresa en la que tiene cabida cualquier proyecto porque según ellos mismo dicen: “prueba de todo y de todo ello crea algo porque cuántos más estímulos recibas del exterior mejor porque vas a tener un campo de visión mucho más amplio cuando te centres”. Esto es solo un consejo que ellos han puesto en práctica…
– ¿Qué es Navin Company?
Carla Barreiro: Es una empresa que creamos hace cuatro años ocho personas. Fue uno de los primeros pasos que dimos al comenzar el primer curso de Grado Leinn en Florida Universitària.
David Gómez: Navin nace como una herramienta que nos permite aprender de una forma diferente y llevar a cabo proyectos de distintos tipos y aprender haciendo que es el lema del Grado Leinn que imparte Florida Universitaria.
– ¿Qué líneas de negocio engloba Navin?
C.B.: De Navin salen cuatro líneas de negocio. La primera de ellas está vinculada a la innovación y la hemos llamado Beemo. Bajo este epígrafe prestamos formación y asesoramiento a empresas en todo aquello relacionado con nuevas líneas de negocio, acercamiento y entendimiento del cliente. Es decir, impartimos formación a las propias empresas sobre la metodología Design Thinking.
La segunda corresponde a Fashion, un proyecto que pone el punto de mira en la moda y engloba a Iwi VLC, una marca de sandalias que lleva tres años activa y que reinventamos cada año. De hecho, nos hemos vuelto a definir y hemos decidido diferenciarnos por diseño y comodidad.
En este sentido, uno de nuestros retos es romper con la estacionalidad de Iwi VLC para poder facturar durante todo el año. Pero primero queremos asentarnos en España y después expandirnos a Sudamérica para poder facturar todo el año. También hemos contemplado sacar al mercado una línea de invierno, pero pensamos que todavía no es el momento porque la inversión inicial es enorme.
Consideramos también que el sector del calzado es muy difícil porque nos encontramos con grandes marcas que en grandes dimensiones piden muchas cantidades de zapatos con lo que a las pequeñas marcas no cuesta que las fábricas nos hagan caso. De todas formas, poco a poco hemos ido creando nuestros propios diseños, incluso nos hemos ido a Marruecos a que nos diseñen allí pero tenemos que ‘pelear’ por los tiempos de producción. Este año probaremos con proveedores de Alicante y La Rioja.
En tercer lugar, tenemos un apartado dedicado a eventos que lleva el nombre de Gastronetas y está especializado en eventos gastronómicos. En concreto, se trata de un proyecto en el que, pueblo por pueblo, vamos generando fines de semana diferentes para que la gente pueda salir de sus casas para disfrutar de actuaciones, comidas, etc. Queremos crear un ambiente familiar y juvenil y dar una propuesta de valor tanto para el municipio en concreto donde se organiza el acto como para los colindantes.
En esta línea de negocio nos hemos marcado como reto crear un ‘Gastronetas fijo’ que consistiría en un local abierto todo el año, una cuestión que estamos estudiando también de aquí a final de año y queremos continuar también con los eventos esporádicos en los diferentes pueblos.
D.G.: Hemos pensado en un local al aire libre con el fin de que la experiencia del usuario que acude a ese local no sea la misma que si acude a un restaurante. Estaría integrado por varias furgonetas para que el consumidor siga teniendo la opción de degustar diferentes gastronomías. El ambiente también sería distinto porque hemos observado que la tendencia actual es poner en marcha restaurantes donde lo importante no son solo los diferentes platos sino también la ambientación, el diseño del interior…
– ¿Cuál sería la cuarta línea de negocio?
C.B.: La llamamos Experimentación y destina parte de sus recursos a crear, generar e innovar en nuevos proyectos. De hecho, engloba nuestro proyecto de app para alquilar muebles, una iniciativa totalmente experimental que no sabemos cómo va a salir.
– ¿Por qué no os habéis centrado en una sola línea de negocio?
C.B.: Nos hemos basado en la convergencia y en la divergencia. Al comienzo del Grado Leinn, sin tener ni idea de como crear una empresa, con 18 años… comienzas a probarlo todo, ya que nos aconsejaron “prueba de todo y de todo ello crea algo porque cuántos más estímulos recibas del exterior mejor porque vas a tener un campo de visión mucho más amplio cuando te centres”. Con lo cual, empezamos con Iwi VLC, eventos musicales… Con el paso de los años, nos hemos ido quedando con los que más nos motivan, mejores resultados nos han dado, más potencial le vemos… y poco a poco nos hemos ido centrando en esas cuatro líneas de negocio.
De todas formas, somos un equipo que disgregamos mucho y, a la vez, intentamos converger poco a poco en algo. De momento, estas son las cuatro líneas que más se han adaptado a nosotros, a nuestras características y gustos y que nos han dado resultados. Todo ello ha sido el trabajo de tres años en muchas ideas diferentes y en tres viajes oficiales que nos han obligado a adaptarnos al público objetivo de esas zonas y poco a poco hemos ido convergiendo.
D.G.: Pienso que está relacionado con nuestra generación y con el tipo de personas interesadas en cursar el Grado Leinn. Se trata de una formación totalmente transgresora y somos una generación a la que le gusta probar cosas nuevas y experimentar. Hay que tener en cuenta que ahora se viaja más que nunca por querer vivir cosas diferentes y experimentar.
Ahora estamos trabajando en estos cuatro proyecto pero hemos hecho desde conciertos hasta prestar servicios para empresas, organización de diferentes tipos de eventos… En definitiva, se trata de probarlo y vivirlo todo. Nos gusta mucho crear e iniciar y esto tiene cosas muy buenas pero otras no.
– ¿Qué tipo de relación empresarial habéis establecido?
C.B.: De momento, somos una Asociación Estudiantil Junior Empresa que nos permite llevar a cabo todo este campo de proyectos. Era la fórmula que mejor se adaptaba a todos los viajes de aprendizaje que hemos hecho y este marco jurídico-legal nos permite experimentar casi cualquier campo.
D.G.: En el futuro nos gustaría llegar a ser una cooperativa. Sí que es cierto que tenemos varias líneas de negocio, pero hay algo que lo une todo y no es solo la formación, sino la forma de trabajo. Por ejemplo, en nuestro viaje a San Francisco, en segundo del Grado Leinn, absorbimos la cultura de trabajo de las empresas que ponen el foco en el cliente. Este siempre tiene que estar en el centro y diseñar productos y servicios alrededor de lo que este quiere.
– ¿Qué proyecto surgió del viaje a San Francisco?
D.G.: Comenzó a cambiar Iwi VLC, la marca de sandalias que mencionábamos anteriormente; la de cerveza, Ibiza Brews, empezó a crearse también con esa metodología y lo mismo ocurre con la app para alquilar muebles.
C.B.: El proyecto de la app tiene varias semanas. Estamos llevando a cabo una pequeña investigación porque hemos detectado una pequeña necesidad en cuanto al alquiler de muebles. No se da mucho en España pero sí en Reino Unido, Francia, Estados Unidos… y estamos analizando cómo aterrizar ese modelo en España.
– ¿Qué me podéis contar sobre esta nueva app para alquilar muebles?
C.B.: Va dirigida a aquellas personas que se desplazan a un país por un corto periodo de tiempo y que buscan muebles de alta gama y los quieren alquilar durante un tiempo limitado.
D.G.: Lo que no sabemos todavía es si nos compensa disponer de nuestro propio stock de muebles o si estableceremos acuerdos con empresas del sector.
C.B.: En España el sector del mueble es muy tradicional. No contemplan la idea de alquilar los muebles en su modelo de negocio.
D.G.: Ikea ya lo está aplicando pero, como ha dicho Carla, la forma de pensar de la población de los países nórdicos es diferente en los que una persona cambia, a lo largo de su vida, ocho o nueve o más veces de trabajo y de vivienda. Ante los cambios rápidos, no es necesario un sentimiento de pertenencia, que es lo que ocurre en España con casa-hogar-muebles. Por ello, creemos que allí el modelo de negocio de alquiler de muebles podría funcionar.
Nuestra intención es ponerlo en marcha en España y nuestro target sería gente extranjera que viene a trabajar entre un año y seis meses y su casa se convierte en su minipaís.
– ¿Cuándo creéis que se consolidará esta idea?
C.B.: Hasta diciembre se prolongará ese periodo de incubación y de darle forma gracias a la plataforma a la que nos vamos a incorporar, una incubadora llamada Bridge For Billions.
– ¿Cuánto habéis conseguido facturar hasta ahora?
D.G.: En estos tres años hemos conseguido facturar cerca de 60.000 euros sobre todo prestando servicios a empresas de innovación y con los eventos.
– ¿Cómo os estáis financiando?
C.B.: Todo el dinero que recaudamos de cualquier línea de negocio va a parar a la empresa. Se trata de flujos que van de una línea a otra.
«En estos tres años hemos conseguido facturar cerca de 60.000 euros sobre todo prestando servicios a empresas de innovación y con los eventos»
– Formáis parte de la red de emprendedores de Mondragón. ¿Qué os aporta dicha red?
D.G.: La red nos permite tener una mayor facilidad para expandirnos en pequeñas acciones y nos ayuda también a resolver las necesidades de algunos de los clientes al contar con un mayor número de localizaciones. Grado Leinn es una red que da cobertura en Valencia, Mondragón, Madrid y Barcelona.
– ¿Cómo costeáis los viajes que habéis hecho a San Francisco, la India…?
D.G.: Salen más o menos organizados desde Valencia, pero muchas veces tenemos que improvisar.
C.B.: Lo que nos suele pasar es que lo que hemos ideado en España no es la realidad que luego te encuentras en el país al que vas. Con lo cual, en las primeras semanas tenemos que reinventarnos de nuevo.
– ¿Las actividades que desarrolláis en esos países van enfocados a nutrir las cuatro líneas de negocio?
C.B.: Todos los proyectos que comenzamos aquí los acercábamos a los países donde viajábamos para ver sus oportunidades y además creamos nuevos proyectos para esos mercados en concreto.
– En 2020 acabáis el Grado Leinn. ¿Qué pasará con Navin Company? ¿Seguiréis juntos?
C.B.: En principio, sí que queremos darle una continuidad. La mayoría estamos de acuerdo en seguir con esta empresa a la vez que lo complementamos con experiencias externas. Es decir, queremos seguir nutriendo a la empresa y a los proyectos a la vez que intraemprendemos en otra compañía que pueda retribuir a proyectos nuestros y crear nuevas alianzas. No nos queremos cerrar a emprender simplemente porque también queremos estar dentro de una organización que no ha sido creada por nosotros y cómo podemos crecer en ellas.
De todas formas, tendrán continuidad todos los proyectos que obtengan resultados. De momento, los han tenido todos menos los experimentales y si los proyectos siguen creciendo a un ritmo exponencial seguiremos con ellos. Pero tampoco queremos enamorarnos de algo que no vaya a funcionar. Por eso estamos siempre experimentando mucho.
– Ahora mismo, ¿os habéis asignado un salario?
C.B.: Ese es uno de los objetivos. De momento no lo tenemos pero sí que es algo que hemos hablado y que queremos conseguir. Actualmente, nuestros ingresos son muy esporádicos y no nos lo podemos permitir.
– ¿Existe una especialización por materias entre los ocho miembros del equipo?
C.B.: Inconscientemente sí que han ido surgiendo. Tenemos varios perfiles en la empresa que se han identificado con diferencias materias y cuando buscamos los roles de liderazgo cada uno se siente más cómodo dentro de un campo porque es lo que más ha trabajado. Pero he de reconocer que, poco a poco, vamos buscando ese expertise dentro de la empresa, incluso sumando al proyecto a gente externa.