Viernes, 26 de Abril de 2024
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El mercado inmobiliario se ralentiza, pero se construyen más viviendas

El mercado inmobiliario se ralentiza, pero se construyen más viviendas

El mercado inmobiliario de la Comunitat Valenciana sigue la senda de la desaceleración que se observa en términos nacionales. Así lo refleja el informe «Situación Inmobiliaria en España y la Comunitat Valenciana» elaborado por BBVA Research.

Tras el aumento de ventas del 7,4 % en 2018, en el primer semestre las transacciones en la Comunitat Valenciana muestran una caída del 4,5 %. La mayor caída se registra en València (-5,2 %), seguida de Alicante (-4,7 %), mientras que en Castellón se reduce en 0,9 %.

Partiendo de las cifras mínimas de 2013, las ventas en la región han crecido el 85 % de media, con València a la cabeza (119 %), seguida de Alicante (87 %) y de cerca por Castellón (82 %)

La perspectiva es que se seguirá construyendo obra nueva. El número de visados solicitados en julio de este año ha repuntado respecto al año pasado. En esa fecha superaba los 12.000, con la provincia de Alicante a la cabeza (7.000), seguida de Valencia (algo más de 4.000) y un millar en Castellón.

El precio de la vivienda sigue en recuperación, pero de forma más lenta que la media nacional. El mayor precio se cotiza en la provincia de València y el menor en Castellón. Los mayores aumentos desde los precios mínimos se concentran en los municipios donde el turismo tiene un peso elevado: Jávea, Denia o Calpe encabezan la clasificación.

La vivienda principal en 2018 en la C. Valenciana fue responsable el 59% del crecimiento de las ventas en la región, 17 puntos porcentuales menos que la media nacional. Entre 2017 y 2018 las operaciones e vivienda secundaria y de extranjeros ha reducido su contribución al crecimiento de la venta de viviendas en la región. Alicante es la provincia más expuesta a las operaciones de vivienda secundaria y, sobre todo, de extranjeros.

Por lo que se refiere a la venta de vivienda a extranjeros, el panorama se presenta bastante estable, con una elevada concentración en el mercado británico, que duplica a sus inmediatos seguidores, Suecia y Noruega.

Una desaceleración paralela a la de la actividad económica, con un crecimiento revisado a la baja tanto para este año (1,9 %), como para el próximo (1,6 %) por el mismo equipo de estudios y que prevé un aumento de la ocupación en 590.000 personas, lo que dejaría la tasa de paro un poco por debajo del 13 %. Mientras caen en València y Castellón, se solicitan más visados en Alicante.


Un entorno más expuesto que la media nacional


Aunque la economía valenciana se muestra más dinámica que la media nacional, la moderación del consumo y el turismo se dejarán notar el próximo año, a lo que hay que añadir que la autonomía es una de las más expuestas a los efectos del brexit.

Otras influencias en la ralentización del mercado inmobiliario nacional se concentran en los cambios regulatorios aprobados en los últimos meses -Impuesto de Actos Jurídicos Documentos, cambios en la Ley Hipotecaria o el debate social abierto en torno al alquiler- y que están haciendo mella en el sector. La demanda residencial se ha moderado y lo mismo han hecho las solicitudes de visados de obra nueva, mientras los precios aumentan menos de lo esperado.

Sin embargo, otros datos son más positivos, como el hecho de que en el periodo 2005-2007, el acceso a la vivienda supusiera el 43,1 % de la renta del hogar, mientas que en 2008 este porcentaje había descendido hasta el 32,3 %.


Se firman las mismas hipotecas, pero se venden menos viviendas


Otro dato que hay que tener en cuenta en la evolución del mercado inmobiliario es que la firma de hipotecas presenta una mejor evolución que el de transacciones. En los ocho primeros meses del año se firmaron unos 175.000 préstamos hipotecarios destinados a la compra de vivienda, los mismos que hace un año, mientras que se vendieron 368.000 viviendas, el 5,4 % menos que en 2018.

Es posible que esta evolución se modere en los próximos meses con la entrada en vigor de la Ley reguladora de los contratos de crédito inmobiliario.

En cuanto a obra nueva, entre enero y julio se visaron en España un total de 68.600 nuevas viviendas, el 10,4% más que hace un año y la inversión en vivienda se moderó hasta el 3,7 %. El empleo en la construcción mostró una peor evolución que la media, con una caida de ocupados del 2,6 % según los datos de la EPA.

Si nos fijamos en los precios, la vivienda nueva es un 7 % más barata que el máximo en 2008. La vivienda usada todavía presenta un mayor diferencial: el 27 %. El precio de la vivienda se encuentra en torno a su nivel de equilibrio y alrededor de un 30% por debajo de los máximos alcanzados en la década pasada, en términos reales.

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