P. Perelló (Fintup): «Acompañamos al cliente durante toda su vida como inversor»
Nuestro emprendedor no es nuevo emprendiendo. Fintup es la segunda empresa que pone en marcha. Los fines de ambas son totalmente de distintos. La primera de ellas la creó en 2011, en plena crisis, y se trataba de una consultoría centrada en el ámbito de la informática. A pesar del mal momento que vivía el país, tuvo la suerte de conseguir clientes muy estratégicos lo que provocó que en 2015 una compañía internacional mexicana quisiera comprar su compañía. Estuvo trabajando con ellos hasta 2018. A partir de ahí comenzó a dar sus primeros pasos su segundo proyecto, crear una compañía que solucionara a la ciudadanía sus problemas a la hora de invertir.
– ¿Cuáles han sido los inicios de Fintup?
Esta aventura la iniciamos dos socios: Jorge Sieiro y yo. Cuando vendí mi propia compañía de consultoría en 2015 a una empresa internacional me planteé qué hacer con el dinero obtenido por dicha venta. Pedí ayuda a Jorge, que había trabajado conmigo en épocas anteriores y de ahí surgió la inquietud de emprender. De hecho, cuando Jorge me planteó cuál podría ser la estrategia de inversión de mi propio capital y la implementamos nos dimos cuenta que en el sistema español no existía. Dirigimos nuestra mirada hacia el mercado americano y vimos que ya habían soluciones de gestión automatizada de carteras que permitían hacer ese tipo de inversión. En ese momento fue cuando empezamos a darle vueltas y nos percatamos de que el problema que yo tenía era más habitual de lo que creíamos y no solamente para aquellos que tienen un patrimonio sino para cualquier persona.
En aquel momento también nos dimos cuenta de que la mayoría de personas de este país no tenían cultura financiera y los que invertían, lo hacían de la mano de su entidad bancaria de referencia y en esta, en la mayoría de los casos, le recomendaban sus propios productos, que normalmente no suelen ser los más interesantes para el cliente.
Descubrimos también que aquellas personas que disponían de un patrimonio líquido a partir de 500.000 euros eran los únicos con posibilidades de contar con un asesor que les diseñara una planificación financiera futura. Es decir, que diera respuestas a preguntas como ¿qué es lo que quiero conseguir? Y ¿cómo lo puedo hacer? Con lo cual, podemos decir que más de un 95% de la población o más no podían disfrutar de ese servicio. Por ello, con Fintup pusimos a disposición del resto de las personas de ese servicio de banca privada disponible solo para unos pocos.
«Cualquier ahorrador con inquietud de constituir un patrimonio con más de 4.000 euros y que no los necesite de manera inmediata podría comenzar a operar con nosotros»
Nos percatamos también de que con la tecnología sí que existía la posibilidad de crear unas carteras de inversión que fueran eficientes y de bajo coste. Todo ello acompañado por un asesoramiento. Es decir, acompañamos a esas personas que nunca se han atrevido a invertir o que han tenido malas experiencias en este terreno y les explicamos en qué consiste la inversión y dónde estarían invirtiendo. Les ayudamos a planificar ese futuro objetivo que normalmente suele ser la jubilación u otros objetivos más cortoplacistas como la compra de una vivienda, la universidad de sus hijos, etc.
– ¿Cuándo se constituyó la empresa?
En junio de 2017. Como ya he comentado, somos dos socios -Jorge y yo- y partir de ahí se ha ido incorporando el resto del equipo. El primera fue Álvaro Menéndez, gestor de patrimonio y que, junto con Jorge, son los encargados de asesorar a nuestros clientes.
Durante 2018 lanzamos la plataforma y estuvimos comprobando nuestra si nuestra idea tenía sentido o no en el mercado español, si teníamos capacidad para atraer clientes y patrimonio y si la gente iba a estar interesada en ser asesorada e incluso estar dispuesta a pagar por ellos.
– ¿Cómo realizasteis estas comprobaciones?
Poniéndolo en marcha, publicitándolo con los pocos medios que teníamos pero, sobre todo, viendo el feedback que teníamos entre los distintos clientes que captábamos. De esta forma, nos dimos cuenta que éramos los únicos que estábamos asesorando a todos aquellos que pertenecían a la clase media.
Finalmente, en 2018 conseguimos que 80 personas confiaran su dinero en nosotros y gestionáramos dos millones de euros. En ese momento vimos que el negocio funcionaba y había que intentar escalar las cifras conseguidas.
Para ello, necesitábamos desarrollar la plataforma y buscar un perfil de marketing que nos permitiera crecer e incorporamos a dos personas más en enero de este año para potenciar tanto el desarrollo de la plataforma como el marketing para captar nuevos clientes. Y en lo que va de año no nos ha ido nada mal porque superamos los ocho millones de euros gestionados y más de 180 clientes. Nuestra previsión está en cerrar el año en 11 millones, lo que supone un salto cualitativo importante respecto a 2018.
«Nuestra previsión está en cerrar el año en 11 millones, lo que supone un salto cualitativo importante respecto a 2018»
– ¿Cuál es el perfil de vuestro cliente inversor?
Cualquier ahorrador con inquietud de constituir un patrimonio con más de 4.000 euros y que no los necesite de manera inmediata podría comenzar a operar con nosotros. Hemos establecido esta cantidad porque el producto tiene unos gastos mínimos de constitución que hacen que por debajo de los 4.000 no tenga sentido invertir.
Normalmente, suele ser un hombre y su edad está comprendida entre los 30 años y los 65 años.
– ¿Por qué os decantáis por los fondos indexados y los fondos value?
Cuando se invierte el dinero, existen dos grandes tendencias para gestionarlo: la gestión activa y la gestión pasiva. En la primera de ellas invertimos en unos fondos gestionados por un equipo de personas que están buscando dónde invertir y cuál es el mejor momento para hacerlo, ya que con la gestión activa se intenta batir el mercado. Mientras que la gestión pasiva se va a la media de lo que dé el mercado.
Está demostrado que el 95% de las personas que están intentando batir el mercado no lo consiguen. Con lo cual, el inversor que apuesta por dicho modelo de inversión tiene un 95% de posibilidades de que esos gestores sean incapaces de batir la mercado. Sin embargo, el inversor medio que quiere garantizar una rentabilidad le interesa la gestión pasiva que va a la media del mercado y dará lo que el mercado dé.
Por ello, la gestión pasiva es un estilo de inversión muy adecuada para la mayoría de las personas.
Nuestras carteras están compuestas casi en un 80% por fondos de gestión pasiva y añadimos un plus, que puede ir del 5 al 25% de gestión value o activa porque sí que existen una serie de gestores que han demostrado que son capaces de batir al mercado consistentemente. Por ello, hemos hecho una composición de carteras que combinan lo mejor de ambas estrategias. Por un lado, un porcentaje muy alto de lo que dé el mercado y un porcentaje más pequeño para intentar batir ese mercado y, de esta forma, la cartera dé un poco más de rentabilidad.
Los fondos indexados que ofrecemos nosotros son de muy bajo coste. Con lo cual, intentamos hacer eficiente la inversión de nuestros clientes a través de dos vías. La primera de ellas asegurando una estrategia que dé más rentabilidad y la segunda haciendo que los costes sean más pequeños.
– ¿Cuánto tiempo debe esperar el inversor para obtener un rendimiento?
Estas estrategias funcionan siempre en el largo plazo. En el corto, existe una estrategia de inversión que es el trading que consiste en intentar en el día, en el mes, incluso en el año, mover los valores para obtener una rentabilidad alta. Esta solución tiene muchísimo más riesgo y un coste mayor, ya que cada cada operación que se hace en el mercado tiene un coste.
Al final, lo mejor es definir una buena estrategia y fijar un rumbo. También recomendamos a aquellas personas que quieren incrementar su patrimonio que hagan aportaciones periódicas.
Normalmente cuando uno invierte pierde más dinero por su propio comportamiento que por el rendimiento del propio fondo. Nuestra aversión al riesgo provoca que cuando vemos que las bolsas caen, entremos en pánico y salgamos corriendo a vender, con lo que consolidaríamos una pérdida. Mientras que si seguimos comprando y realizando aportaciones periódicas conseguiremos dispersar el riesgo y comprar con un precio medio.
También explicamos a nuestros clientes qué es lo que subyace detrás de una inversión. Estamos comprando las mejores empresas del mundo entero. Estas a veces se valoran bien y otras se valoran mal.
En definitiva, se trata de una estrategia que va buscando diversificar el riesgo de manera geográfica.
– ¿Y cuándo comienza a ver los frutos?
Desde el primer momento, ya puede estar ganando o perdiendo. Hacemos un traje a medida para cada inversor, tratamos de conocer qué quiere hacer nuestro cliente con suinversión y conocer cuál es su aversión al riesgo.
¿Todo se lleva a cabo a través de la plataforma?
Los gestores automatizados se centran en un test donde anticipamos el perfil de riesgo del inversor y fruto de este test también recomendamos una cartera de inversión apropiada a ese perfil de riesgo que hemos interpretado en el test.
El plus que añade Fintup es que además del test, detrás siempre hay un servicio de asesoramiento que puede ser físico, telefónico o por videoconferencia.
En concreto, tenemos gestores que se encargan de atender a nuestros clientes para validar la estrategia de inversión, comprobar que han entendido los conceptos, ver si el test se ha contestado correctamente o hay que aclarar alguna duda… Es decir, intentamos dar un paso más allá para conocer cuál es la visión global del inversor y comprobar si la estrategia elegida es la más adecuada o habría que ajustarla. Una vez hecha la inversión, el cliente siempre puede contactar con el gestor para consultarle cualquier cosa y responder en los momentos de pánico que puedan surgir.
El problema que tienen el resto de gestores automatizados es que el inversor está solo, si la inversión va bien, genial, pero si no ocurre así… Por ello, creemos que nuestro servicio es diferencial pero también es más costoso que un gestor automatizado. A pesar de todo nuestras comisiones salen mucho más baratas que tener Netflix.
Por otra parte, cuando el inversor hace el test, lo lleva a cabo desde una casuística concreta pero puede ser que, con el paso de los años, esta cambie por lo que sería conveniente revisar si la estrategia que se hizo en un principio es válida o hay que cambiarla. Por ello, acompañamos a nuestro cliente durante toda su vida como inversor, no importa el tiempo, vamos a estar a su lado.
– ¿Qué productos ofrecéis?
Inversiones en fondos de inversiones o en planes de inversiones. Todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. El plan de pensiones tiene una liquidez menor que los fondos. Es decir en el fondo de inversión, el cliente da la orden de retirada y en tres días puede disponer del dinero. En el plan de pensiones tienen que pasar diez años para poder retirarlo o por determinados supuestos como enfermedad grave, muerte, paro de larga duración… si no es por estas cuestiones, el dinero no se puede tocar. Con lo cual, se trata de una herramienta de educación sobre inversión muy buena y sirve para que el cliente se curta o se aclimate a lo que supone la inversión.
Igualmente, los planes de pensiones tienen un beneficio fiscal y también tenemos una estrategia para que dicho beneficio fiscal, basado en la devolución de un porcentaje de lo invertido, se pueda reinvertir un porcentaje en una cartera de fondos.
– ¿Cómo os habéis financiado?
Hasta ahora lo hemos hecho con nuestros propios recursos que ascendían a cerca de 100.000 euros. En estos momentos estamos preparando una ronda de inversión porque queremos llegar a los 30 millones de euros gestionados en 2020 o incluso superarlos. Para ello, necesitamos invertir para poder acometer gastos en marketing y en otras partidas con el fin de crecer más rápido. Lo que queremos es incrementar la velocidad de la captación de clientes.
Por ello, aunque todavía estamos acabando de concretar necesidades estimamos que necesitaremos cerca de los 300.000 euros, aunque son cifras que todavía estamos barajando.
– ¿Cómo aseguráis la inversión de ese cliente?
Las inversiones no están garantizadas desde el punto de vista de éxito o de que puedas perder el dinero. Al final, como la estrategia está tan diversificada, si el cliente pierde todo su dinero, puede significar que el mundo se va al garete. Por ello, el riesgo de perder el patrimonio es inexistente pero aún así no se puede garantizar.
Siempre que estamos invirtiendo asumimos riesgos de ganancia y de pérdida.
Lo que sí que es importante es que nosotros estamos regulados, en nuestro caso por la Dirección General de Seguros. El dinero del cliente está depositado en una entidad financiera. Es decir, el dinero no pasa Fintup, no tenemos acceso a él. De hecho, trabajamos con CNP Partners, la cuarta aseguradora a nivel mundial.
Cuando nuestro cliente transfiere el dinero para hacer la inversión a través de Fintup, va a una cuenta de la aseguradora, que es por la que se invierte. Por ello, no hay ninguna posibilidad de que nosotros toquemos el dinero del cliente o podamos estafarlo. Es más, si Fintup desapareciera en el día de mañana tampoco habría problema porque el dinero está en una entidad financiera.
– ¿Qué papel ha jugado Lanzadera en vuestro crecimiento?
Entramos en Lanzadera en la edición de mayo. Para nosotros ha supuesto un antes y un después. Hemos sido capaz de fijar un plan muy ambicioso. Ya participamos en Investor Day, un escaparate fundamental donde pudimos exponer el proyecto. A partir de ese momento, comenzamos a tener mucho alcance y ya se nos empieza a conocer. Esa fue una de las primeras iniciativas que más nos ayudó.
Por otra parte, estar en Lanzadera te da credibilidad, tanto desde el punto de vista de inversores para nuestro proyecto como desde el punto de vista de clientes para nuestro negocio. Además, que nos hayan seleccionado desde Lanzadera como uno de sus proyectos de aceleración quiere decir que han visto un potencial y esto es un mecanismo para difundir que algo bueno tenemos para que Lanzadera haya creído en nosotros.
Dentro de Lanzadera estamos en la fase de aceleración, que nos ayuda a poner en marcha todos los mecanismos necesarios para ir mucho más rápido de lo que iríamos por nuestros propios medios.
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