«La digitalización cambiará la manera de hacer de las empresas y nuestras vidas»
Vicente Lafuente (1964) ha sido reelegido presidente de Femeval hasta 2023, cargo que ostenta desde 2005. En este camino le acompañarán como vicepresidentes Juan Carlos Mena (Kamax), Enrique Ruiz (Rugar), y José Luis Beltrán (Coinfer, S. COOP.). A lo largo de la entrevista, nuestro protagonista pone el foco en dos cuestiones fundamentales: la digitalización de las empresas y la formación continua, objetivos que deben caminar en la misma dirección.
La federación aglutina a 35 asociaciones y cerca de 3.000 empresas. Ha impartido 216 cursos en 2018 en los que han participado 3.564 alumnos.
– ¿Qué retos te has propuesto para este nuevo mandato?
Estamos en una época muy interesante para las empresas ya que la digitalización va a provocar un cambio en la economía y no solo en la manera de hacer de las empresas sino en nuestra propia manera de vivir.
Como federación, teniendo en cuenta que prestamos servicios a las empresas, queremos acompañarlas para que accedan a la digitalización. Estamos vendiendo que hay que subirse al tren de la industria 4.0 pero no tenemos los mimbres para hacerlo. Hay muchas carencias formativas y con las nuevas tecnologías es primordial la formación continua, que no tenemos. Las personas deben ir adaptándose a los cambios continuamente o no lo harán bien.
El concepto de prevención de riesgos laborales también está cambiando. De hecho, estamos trabajando un proyecto con Unión de Mutuas y estamos viendo que es un mundo en sí mismo. Están saliendo nuevos problemas como el tecnoestrés o la tecnosoledad. Trabajar solo en casa está generando nuevos hábitos y conductas que van a generar nuevos tipos de riesgos laborales. Si todo ello, no lo medimos y lo trabajamos bien la revolución digital será un fracaso.
– ¿Cómo se está gestionando la transformación digital desde Femeval?
Hemos registrado la marca Valencia Industria 4.0. Estamos organizando jornadas sobre esta cuestión para las empresas; estamos trabajando también el proyecto sobre riesgos laborales del que hablaba anteriormente para poner en valor a las personas dentro de los procesos de digitalización; y ahora, dentro del plan estratégico, que estamos pendientes de definir, dentro de este nuevo mandato, lo vamos a establecer como uno de los retos principales.
Tenemos un gran problema que es el tamaño de las empresas. La digitalización nunca va a llegar al 100% de todas ellas. Las grandes encontrarán el camino por sí mismas. Sin embargo a la gran mayoría de las pymes vamos a tener que acompañarlas. ¿De qué manera? Vamos a hablar con la Administración, para ver si podemos elaborar un programa que explique qué es la digitalización. Damos servicios a 3.000 empresas y la mayoría de ellas son pymes. Si trabajamos de manera conjunta somos las raíces que llegan al tronco de esas 3.000 empresas. Es en este punto donde tenemos que trabajar como factor aglutinador de las pymes y relacionarlas con la Administración.
– ¿Qué otras peticiones tienes para este nuevo Consell que acaba de constituirse?
La Generalitat Valenciana tiene un gran problema de financiación y muchas veces hay actuaciones imprescindibles que no se pueden acometer porque no hay dinero para llevarlas a cabo.
Contar con una colaboración público-privada clara, con normas de la Administración, puede ser efectivo para prestar servicios que no se están ofreciendo y ya hay casos de éxito.
– ¿Qué tipos de colaboración público-privada podrían establecerse?
Por ejemplo, velar por la seguridad en las instalaciones como los ascensores de las viviendas, los vehículos (ITV), las escaleras mecánicas de los centros comerciales o los aparatos de aire acondicionado… Es decir, las instalaciones tienen que tener una revisión obligatoria y no se está haciendo en la mayoría de los casos, porque la Administración no tiene capacidad de inspección. ¿Qué es lo que pedimos? Con las entidades certificadoras, con los colegios de ingenieros industriales y con empresas instaladoras que tengamos, que la Administración nos permita hacer una declaración responsable y se pueda llevar a cabo una certificación de dichas instalaciones. Se trata de ayudar a la Administración a que cumpla un papel que tiene que hacer pero al que no puede llegar.
– ¿Qué otras medidas piden al Consell para sus asociados?
Le pedimos también que tenga en cuenta a los agentes sociales, que muchas veces se olvidan y no lo hacen. Es decir, si hay que hablar sobre industria, trabajo, concertación social… deberían tener en cuenta la opinión de los sindicatos, las organizaciones empresariales…, que valoren nuestra opinión y nuestro trabajo.
En Femeval contamos con unos equipos de trabajo gracias a los cuales conocemos las necesidades de las empresas y del sector. Las administraciones pueden utilizar esa documentación y coordinarla con nosotros porque es perfectamente válida.
También le pedimos que no aumenten las cargas impositivas a las empresas. Está claro que en una casa cuando no hay suficientes ingresos existen dos vías: una gastar menos y otra cobrar más. Hay que tener en cuenta que las empresas están en el límite, han salido de una gran crisis y no podemos cubrir su desfase o falta de liquidez sangrando al contribuyente. Es un error.
– En 2017, afirmaste que la autonomía financiera de Femeval era del 100%. ¿Este año 2018 también ha sido así?
Femeval, con la prestación de servicios que genera y con las cuotas que cobra a sus asociados cubre su presupuesto al 100% sin la ayuda de ninguna subvención. Sí que es verdad que gestionamos fondos de la Administración para formación pero no se trata de una subvención que nos den a fondo perdido.
Podemos afirmar tranquilamente que Femeval, con su prestación de servicios y las cuotas de sus asociados, es perfectamente sostenible. Contamos con un presupuesto de entre dos millones y dos millones y medio que va oscilando anualmente. Tenemos balances positivos todos los años y una tesorería aceptable.
«Las organizaciones empresariales son de libre adscripción y la empresa se asocia porque le ofrecemos algo que le compensa»
De todas formas, lo más importante es que los servicios que prestamos sean realmente lo que las empresas necesitan y si tenemos que invertir dinero en ello, se hace.
Hay que tener en cuenta que las organizaciones empresariales son de libre adscripción y la empresa se asocia porque le ofrecemos algo que le compensa, porque sino, no lo haría. Por ello, es necesario prestarles servicios de alto valor añadido para que les compense.
– La adaptación de las empresas a la transformación digital ¿ha supuesto una ampliación de los servicios que presta Femeval?
Ahora estamos en esa fase precisamente, arrancando un estudio de prestaciones de servicios. Además, aprovechando que ahora habrá un plan estratégico nuevo y nuevo comité ejecutivo es el momento de que pongamos encima de la mesa todos esos nuevos servicios que podemos prestar.
– Definamos las nuevas claves del plan estratégico y que ya has anunciado que hay que renovar.
Históricamente siempre los vamos renovando. El plan estratégico todavía lo tenemos que definir. Vamos a establecer un calendario de reuniones con los nuevos órganos de gobierno y con el departamento técnico de la casa para definirlo a cuatro años. Además, y gracias a nuestra solvencia económica y al equipo de profesionales excelente con el que contamos, podemos desarrollar buenos planes estratégicos.
Otro valor añadido de Femeval es que lo hacemos todo con un enfoque de responsabilidad social y de ética relevante. Estamos auditados anualmente por la Fundación Étnor, una labor que lleva desarrollando desde hace ya once años y en el que obtenemos unos resultados excelentes y además nos aporta la tranquilidad de que estamos informando y gestionando bien. Contamos también con un plan de Igualdad que es un referente al igual que un Compliance corporativo muy bien definido. Otro dato relevante es que existe un flujo continuo de información hacia el asociado que refleja nuestro alto grado de transparencia. Todo ello avala el alto grado de satisfacción de los empresarios con Femeval.
– Este grado de satisfacción del que hablas, ¿queda reflejado en el número de asociados?
Efectivamente. En la época de la crisis se dieron de baja empresas porque desaparecieron, pero se va incrementando el número de asociados paulatinamente. Lo bueno es que nuestro Plan de Igualdad es extrapolable a las 35 asociaciones que aglutinamos, e incluso muchas de ellas lo utilizan como referente para implantarlo en sus propias organizaciones.
– Hablas de Femeval como empresa.
Femeval son dos cosas: la Fundación sin ánimo de lucro y la Federación no deja de ser una empresa en la que trabajan más de 30 profesionales, la mayoría mujeres.
Nosotros debemos ser el ejemplo de lo que nuestras empresas asociadas tienen que hacer. Por ello, tenemos que hacerlo muy bien. No puede ser de otra manera.
Este año vamos a comenzar la negociación del convenio colectivo y el enfoque de género va a estar muy presente.
– ¿Cómo ves el futuro del sector teniendo en cuenta la situación política y económica mundial?
En estos momentos hay un crecimiento más lento de lo que ha habido estos últimos años. En nuestro sector, el informe de coyuntura refleja que sí que hay un incremento de las exportaciones pero con la macroeconomía difícilmente podemos decidir nada. El acuerdo comercial de Estados Unidos con China, el brexit… ante estas situaciones no tenemos capacidad para actuar. Por ello, debemos centrarnos en conseguir que nuestras empresas sean competitivas por su capacidad de innovar, investigar e internacionalizarse pero no por precios bajos.
Las empresas también deben ser muy flexibles. De hecho, a los convenios colectivos les tenemos que dar un enfoque de flexibilidad porque los mercado suben y bajan.
«Debemos centrarnos en conseguir que nuestras empresas sean competitivas por su capacidad de innovar, investigar e internacionalizarse»
Me gustaría apuntar también que el modelo económico valenciano, -basado en los servicios, el turismo y la agricultura y muy influenciado por la situación geopolítica del momento- no hay que cambiarlo. Lo que hay que hacer es potenciar sus fortalezas y eliminar sus debilidades.
Sin embargo, el sector industrial se asienta en el terreno, genera inversión en maquinaria y bienes de equipo y propicia la formación continua. Con lo cual estamos hablando de personal más preparado que genera mayor valor añadido a las empresas y mejores retribuciones salariales. Esto es lo que hay que potenciar. Por ello, debemos desarrollar una política industrial, seria, coherente y consensuada a medio y largo plazo. Cuando oigo que “vamos a hacer otro plan industrial”, todos sabemos lo que hay que hacer. Pero debemos poner negro sobre blanco y comenzar a hacerlo ya.
– ¿Qué necesitamos para llevarlo a cabo?
Que las empresas ganen tamaño, planes de cooperación, ayudas a la financiación de bienes de equipo, potenciar una formación dual accesible a las pequeñas y medianas empresas y para eso estamos los aglutinadores, que somos las organizaciones sectoriales.
En definitiva, se trata de una serie de medidas, que la suma de todas ellas propician que, en un periodo de dos o tres años, haya industrias en los polígonos que son las que pagan impuestos, mantienen el sistema del bienestar y de salud. Si todo eso no lo tienes, tendremos un sistema de salud precario dependiendo de financiación externa.
Con lo cual, no se trata de cambiar el modelo económico en la Comunitat Valenciana, sino de potenciar el sector industrial como una base sólida de crecimiento de calidad y mejor retribuido.
– Has comentado anteriormente que va a dar comienzo la negociación de los convenios colectivos. ¿Qué líneas van a estar presentes?
Tenemos una relación excelente con los sindicatos, salvando las diferencias lógicas. El sector del metal siempre se ha caracterizado por haber tensiones pero al final los convenios que se han firmado han acabado siendo referentes para otros sectores. Con lo cual, lo estamos haciendo bien.
Es importante introducir en los convenios cláusulas de flexibilidad. La igualdad de la mujer también hay que incluirla con firmeza, una cuestión que debería estar resuelta desde hace muchísimos años pero sigue estando sobre la mesa. Aunque los convenios nunca han discriminado hombres y mujeres, ha sido el día a día, las actuaciones personales de algunas empresas las que han podido generar dicha distorsión.
La negociación comenzará a principios de año tanto el de industria como el del comercio del sector del metal. Se trata de dos convenios diferenciados.
– En 2018, insistías en poner de moda al tejido empresarial, en ilusionar a la juventud con salidas profesionales estables y de futuro, así como en garantizar salarios dignos para no caer en la precariedad laboral. ¿Se han dado pasos para conseguir estos objetivos?
Nosotros lo intentamos, pero vivimos en una sociedad donde los mayores no pueden jubilarse cuando les toca y los jóvenes no pueden acceder a un puesto de trabajo cuando están en edad de hacerlo, con lo cual, algo estaremos haciendo mal. Tenemos que potenciar que los jóvenes se incorporen al mercado laboral. Además están muy formados y tenemos que asumir que la industria 4.0 la van a desarrollar ellos. Este hecho debemos tenerlo claro.
A todo ello hay que sumar que los empresarios queremos pagar unos salarios dignos pero el propio trabajador debe aportar valor y esto se consigue con la formación continua. Por ello, incidimos en la importancia de la formación tanto dentro como fuera de la empresa.
– ¿Y qué papel juega en todo ello la Formación Profesional?
Nosotros la llevamos en el ADN. Aquellos profesionales de nuestro sector que se forman en la FP encuentran empleo rápidamente. Debemos tener claro también que la temática que se imparte en esa FP debe estar orientada a las necesidades de las empresas. Por ello, las administraciones y los educadores deben estar muy cerca de las organizaciones que somos los que sabemos lo que nos piden las empresas.
Los contenidos formativos no coinciden con las necesidades de la empresa. Pero no es un problema de la FP solamente, sino de la propia enseñanza reglada desde Infantil. Hoy en día, los estudiantes deben saber trabajar en equipo, tener una visión global, aprender idiomas… se trata de una serie de valores que deben asimilar no ya desde la FP, sino desde edades tempranas. Tendríamos que reconsiderar el modelo educativo que estamos impartiendo.
Otro problema que aqueja al sector es el intrusismo profesional. ¿Sigue siendo una cuestión sin resolver? ¿Habéis habilitado alguna medida al respecto?
Sí que es verdad que en el sector -fontanería, electricidad…- el intrusismo es muy elevado. Cualquiera con un maletín hace cuatro chapuzas generando un riesgo para el usuario porque no están homologados y un perjuicio para las empresas que sí cumplen con la legalidad vigente. Están robándole al erario público un dinero que nos vendría fenomenal para mantener el sistema del bienestar que nos toca pagar con sangre, sudor y lágrimas…
El dinero negro no está cuantificado. Pero me gustaría dejar claro que es un montante importante en el que tenemos que trabajar y necesitamos el apoyo de la Administración para llevar a cabo campañas de concienciación e inspección. Que nos digan cuál es la herramienta no para que nos diga quién lo hace mal, sino para que se sepa quiénes lo estamos haciendo bien.
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