Joan Serafí Bernat: “La posibilidad de colaborar con Aena está sobre la mesa”
¿Cómo valora su experiencia al frente de Aerocas?
– La empresa pública propietaria del aeropuerto de Castellón está resultando muy interesante y enriquecedora, me ha permitido conocer nuevos aspectos de la gestión. Yo estaba de director del Instituto de Desarrollo Económico (IDL) en la UJI, donde soy profesor de Historia Económica. Y como estaba en ello pensaron que algo sabría de desarrollo territorial y me ofrecieron hacerme cargo del aeropuerto. Al ser de Castellón conozco la comarca porque he estado siempre implicado en las acciones culturales de las ONG de la zona y decidí implicarme en el proyecto.
¿Puso alguna condición antes de aceptar el envite?
-Cuando el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, me ofreció el puesto, me trasladó la voluntad del gobierno valenciano de encarrilar el aeropuerto para convertirlo en una herramienta de desarrollo y en un aliado del territorio y los ciudadanos. Asumí el reto de gestionar Aerocas porque me creo el proyecto y estoy convencido de que, no sin esfuerzo, va a salir adelante.
Y, con un Consell integrado por fuerzas políticas que cuestionaron la necesidad o la fórmula empleada para construir el aeropuerto, ¿se ha visto respaldado en su gestión?
– En todo momento me he sentido arropado en mi gestión. Es cierto que las fuerzas políticas que sustentan el actual Consell cuestionaron el modo en que se gestionaron determinados aspectos en el aeropuerto. Yo mismo fui crítico y sigo pensando que hubo cosas que se hicieron mal. Cuando llegamos en 2015, ya no estábamos en el momento de debatir sobre la necesidad o no del aeropuerto porque la infraestructura estaba construida. Lo que tocaba era adoptar las medidas necesarias para convertirla en un elemento útil. Tengo que decir que el apoyo del actual Consell al aeropuerto ha sido inequívoco, como demuestran las aportaciones económicas efectuadas por la Generalitat a lo largo de la legislatura.
¿Fue una inversión excesiva?
– Creo, a la vista de las instalaciones, que la inversión realizada fue correcta y deparó una infraestructura razonable, pero lo que es obvio es que la gestión tiene aspectos claramente mejorables.
En estos cuatro años al frente de Aerocas, ¿en qué ha consistido su gestión?
– Una de mis principales funciones ha sido supervisar el cumplimiento del contrato con la concesionaria, primero SNC-Lavalin y ahora Edeis. El actual Consell heredó del anterior gobierno un contrato con unas condiciones muy duras para la Administración, basado en unas previsiones de crecimiento que no se han cumplido. Tras un proceso negociador, logramos llegar a un acuerdo con la concesionaria para la rescisión del contrato. Se trata de la mejor solución para las arcas públicas y, además, garantiza la continuidad de la actividad del aeropuerto.
Por otra parte, heredamos una situación económica muy complicada, que hemos podido sanear. Cuando llegó el actual Consell, la sociedad pública Aerocas estaba en causa de disolución y arrastraba un sinfín de problemas económicos. Con el respaldo de la Generalitat, la deuda se ha reducido en más de 150 millones de euros, garantizando así el desarrollo de la actividad de Aerocas y, por extensión, del aeropuerto. Asímismo, Aerocas puso en marcha el Plan Estratégico del aeropuerto, un documento que define las acciones a desarrollar en los próximos cinco años con el objetivo de lograr la consolidación de la infraestructura. También hemos activado la tramitación de la Zona de Actividades Complementarias (ZAC), con el objetivo de crear un polo logístico y empresarial en torno al aeropuerto.
Además, Aerocas ha impulsado un plan de captación de rutas que ha posibilitado tres nuevas conexiones para este año y que, en su segunda fase, contempla tres más para el periodo 2020-2022. También hemos hecho un importante esfuerzo por cambiar la imagen del aeropuerto y conectarlo con la sociedad.
– En 2018, Edeis planteó problemas económicos para desligarse de la concesión y surgió la opción de que Aerocas la recuperase…
El contrato que nos vincula contempla la opción de renegociarlo a los cuatro años, lo que ha permitido que entablásemos una negociación para buscar una solución aceptable para las dos partes y que permitiese mantener la confianza de las aerolíneas. Acordamos una salida digna para Edeis, sin que influyese negativamente en el aeropuerto. Así, Consell y Edeis firmaron un convenio por el que en un año revertiría la gestión a Aerocas. Ese año se cumple el 1 de noviembre, momento en el que Aerocas asumirá la gestión total de la infraestructura.
Durante la negociación acordamos que se compensaría a la concesionaria por el exceso de horas de apertura del aeropuerto, porque había que mantenerlo abierto más allá de las ocho horas durante cinco días a la semana y diez meses al año que fijaba el acuerdo de 2014, algo ilógico para una instalación de este tipo y que condicionaba la actividad de las compañías áreas. En noviembre Edeis abandonará el aeropuerto y nosotros asumiremos la gestión contando con la plantilla actual que nos subrogamos.
¿Cómo está siendo ese período transitorio hasta asumir la gestión?
– Ha sido correcto. Nos hemos coordinado para ir promocionando el aeropuerto en las ferias internacionales del sector de conectividad aérea y acordado otras acciones, siempre ateniéndonos al acuerdo de que en este período las decisiones se adoptarían en el seno de una comisión paritaria. Fruto de ese acuerdo, Aerocas asume el personal de Edeis, lo que nos da garantías porque esa plantilla conoce perfectamente el funcionamiento del aeropuerto.
Esta campaña va dirigida a mercados estratégicos, focalizándonos en los países con un turismo más maduro como el de Europa Occidental y Rusia
¿Es rentable un aeropuerto como este a poco más de una hora del de Manises?
– Puede serlo. El hecho de tener Manises cerca no es negativo, porque ambos aeropuertos se pueden complementar, como ocurre en otros lugares.
En 2018, el aeropuerto incrementó el número de operaciones de aviones, alcanzando los 2.445 movimientos por los 1.630 de 2017, mientras que de 144.221 pasajeros se bajó los 117.368 de 2018, ¿cuál es la cifra ideal?
– En el sector las cifras están condicionadas por la decisión de las compañías aéreas. El hecho de abrir rutas con destinos fuertes puede elevar el número de usuarios, pero cuando deciden cancelarlas, como ocurrió con Ryanair aquí, tiran hacía abajo esas cifras. En todo caso, el aeropuerto de Castellón intenta captar a compañías aéreas que abran nuevas rutas.
En esa línea han anunciado una segunda campaña del plan de posicionamiento internacional…
– Así es, tras la realizada en 2018, hemos extraído algunas enseñanzas y las hemos aplicado a fin de que la actividad se mantenga durante todo el año. Esta campaña va dirigida a mercados estratégicos, focalizándonos en los países con un turismo más maduro como el de Europa Occidental y Rusia. Hemos presupuestado un millón de euros para cada una de las tres próximas anualidades. Confío en que esta campaña resulte atractiva, tanto para las aerolíneas como para los turoperadores y que podamos captar nuevas rutas.
El Consell ha buscado integrar el aeropuerto en la red de Aena, ¿puede ser una salida que garantice el futuro como ha ocurrido en otros aeropuertos próximos como el de Murcia?
– La posibilidad de colaboración con Aena está encima de la mesa y se está en proceso de concretar cuál puede ser la mejor fórmula. La predisposición por parte de la Generalitat y el Ministerio de Fomento es positiva.Mientras. seguimos trabajando para lograr que el Gobierno declare la ruta aérea Castellón-Madrid de Obligación de Servicio Público. Ello permitiría que la compañía aérea que la opere pueda obtener subvenciones que cubran los gastos operativos.
Y mientras, con el trabajo diario, Serafí Bernat y su equipo intentan desterrar la imagen popular creada en torno a la infraestructura vinculada con un aeropuerto sin aviones o el aeropuerto del abuelito, pero eso, apostilla, “se logrará con el tiempo. En esa tarea hemos tenido en el Villarreal CF un colaborador excepcional, porque es una marca conocida que contribuye a difundir la imagen del aeropuerto”. Además, “hace cuatro años protagonizó el primer vuelo comercial a San Sebastián”
¿Cómo valora su experiencia al frente de Aerocas?
– La empresa pública propietaria del aeropuerto de Castellón está resultando muy interesante y enriquecedora, me ha permitido conocer nuevos aspectos de la gestión. Yo estaba de director del Instituto de Desarrollo Económico (IDL) en la UJI, donde soy profesor de Historia Económica. Y como estaba en ello pensaron que algo sabría de desarrollo territorial y me ofrecieron hacerme cargo del aeropuerto. Al ser de Castellón conozco la comarca porque he estado siempre implicado en las acciones culturales de las ONG de la zona y decidí implicarme en el proyecto.
¿Puso alguna condición antes de aceptar el envite?
-Cuando el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, me ofreció el puesto, me trasladó la voluntad del gobierno valenciano de encarrilar el aeropuerto para convertirlo en una herramienta de desarrollo y en un aliado del territorio y los ciudadanos. Asumí el reto de gestionar Aerocas porque me creo el proyecto y estoy convencido de que, no sin esfuerzo, va a salir adelante.
Y, con un Consell integrado por fuerzas políticas que cuestionaron la necesidad o la fórmula empleada para construir el aeropuerto, ¿se ha visto respaldado en su gestión?
– En todo momento me he sentido arropado en mi gestión. Es cierto que las fuerzas políticas que sustentan el actual Consell cuestionaron el modo en que se gestionaron determinados aspectos en el aeropuerto. Yo mismo fui crítico y sigo pensando que hubo cosas que se hicieron mal.
Cuando llegamos en 2015, ya no estábamos en el momento de debatir sobre la necesidad o no del aeropuerto porque la infraestructura estaba construida. Lo que tocaba era adoptar las medidas necesarias para convertirla en un elemento útil. Tengo que decir que el apoyo del actual Consell al aeropuerto ha sido inequívoco, como demuestran las aportaciones económicas efectuadas por la Generalitat a lo largo de la legislatura.
En 2015, ya no estábamos en el momento de debatir sobre la necesidad o no del aeropuerto porque la infraestructura estaba construida, lo que tocaba era adoptar las medidas necesarias para convertirla en un elemento útil
¿Fue una inversión excesiva?
– Creo, a la vista de las instalaciones, que la inversión realizada fue correcta y deparó una infraestructura razonable, pero lo que es obvio es que la gestión tiene aspectos claramente mejorables.
En estos cuatro años al frente de Aerocas, ¿en qué ha consistido su gestión?
– Una de mis principales funciones ha sido supervisar el cumplimiento del contrato con la concesionaria, primero SNC-Lavalin y ahora Edeis. El actual Consell heredó del anterior gobierno un contrato con unas condiciones muy duras para la Administración, basado en unas previsiones de crecimiento que no se han cumplido. Tras un proceso negociador, logramos llegar a un acuerdo con la concesionaria para la rescisión del contrato. Se trata de la mejor solución para las arcas públicas y, además, garantiza la continuidad de la actividad del aeropuerto.
Por otra parte, heredamos una situación económica muy complicada, que hemos podido sanear. Cuando llegó el actual Consell, la sociedad pública Aerocas estaba en causa de disolución y arrastraba un sinfín de problemas económicos. Con el respaldo de la Generalitat, la deuda se ha reducido en más de 150 millones de euros, garantizando así el desarrollo de la actividad de Aerocas y, por extensión, del aeropuerto. Asímismo, Aerocas puso en marcha el Plan Estratégico del aeropuerto, un documento que define las acciones a desarrollar en los próximos cinco años con el objetivo de lograr la consolidación de la infraestructura. También hemos activado la tramitación de la Zona de Actividades Complementarias (ZAC), con el objetivo de crear un polo logístico y empresarial en torno al aeropuerto.
Además, Aerocas ha impulsado un plan de captación de rutas que ha posibilitado tres nuevas conexiones para este año y que, en su segunda fase, contempla tres más para el periodo 2020-2022.
También hemos hecho un importante esfuerzo por cambiar la imagen del aeropuerto y conectarlo con la sociedad.
En 2018, Edeis planteó problemas económicos para desligarse de la concesión y surgió la opción de que Aerocas la recuperase…
– El contrato que nos vincula contempla la opción de renegociarlo a los cuatro años, lo que ha permitido que entablásemos una negociación para buscar una solución aceptable para las dos partes y que permitiese mantener la confianza de las aerolíneas. Acordamos una salida digna para Edeis, sin que influyese negativamente en el aeropuerto. Así, Consell y Edeis firmaron un convenio por el que en un año revertiría la gestión a Aerocas. Ese año se cumple el 1 de noviembre, momento en el que Aerocas asumirá la gestión total de la infraestructura.
Durante la negociación acordamos que se compensaría a la concesionaria por el exceso de horas de apertura del aeropuerto, porque había que mantenerlo abierto más allá de las ocho horas durante cinco días a la semana y diez meses al año que fijaba el acuerdo de 2014, algo ilógico para una instalación de este tipo y que condicionaba la actividad de las compañías áreas. En noviembre Edeis abandonará el aeropuerto y nosotros asumiremos la gestión contando con la plantilla actual que nos subrogamos.
¿Cómo está siendo ese período transitorio hasta asumir la gestión?
-Ha sido correcto. Nos hemos coordinado para ir promocionando el aeropuerto en las ferias internacionales del sector de conectividad aérea y acordado otras acciones, siempre ateniéndonos al acuerdo de que en este período las decisiones se adoptarían en el seno de una comisión paritaria. Fruto de ese acuerdo, Aerocas asume el personal de Edeis, lo que nos da garantías porque esa plantilla conoce perfectamente el funcionamiento del aeropuerto.
¿Es rentable un aeropuerto como este a poco más de una hora del de Manises?
– Puede serlo. El hecho de tener Manises cerca no es negativo, porque ambos aeropuertos se pueden complementar, como ocurre en otros lugares.
En 2018, el aeropuerto incrementó el número de operaciones de aviones, alcanzando los 2.445 movimientos por los 1.630 de 2017, mientras que de 144.221 pasajeros se bajó los 117.368 de 2018, ¿cuál es la cifra ideal?
– En el sector las cifras están condicionadas por la decisión de las compañías aéreas. El hecho de abrir rutas con destinos fuertes puede elevar el número de usuarios, pero cuando deciden cancelarlas, como ocurrió con Ryanair aquí, tiran hacía abajo esas cifras. En todo caso, el aeropuerto de Castellón intenta captar a compañías aéreas que abran nuevas rutas.
En esa línea han anunciado una segunda campaña del plan de posicionamiento internacional…
– Así es, tras la realizada en 2018, hemos extraído algunas enseñanzas y las hemos aplicado a fin de que la actividad se mantenga durante todo el año. Esta campaña va dirigida a mercados estratégicos, focalizándonos en los países con un turismo más maduro como el de Europa Occidental y Rusia. Hemos presupuestado un millón de euros para cada una de las tres próximas anualidades. Confío en que esta campaña resulte atractiva, tanto para las aerolíneas como para los turoperadores y que podamos captar nuevas rutas.
El Consell ha buscado integrar el aeropuerto en la red de Aena, ¿puede ser una salida que garantice el futuro como ha ocurrido en otros aeropuertos próximos como el de Murcia?
– La posibilidad de colaboración con Aena está encima de la mesa y se está en proceso de concretar cuál puede ser la mejor fórmula. La predisposición por parte de la Generalitat y el Ministerio de Fomento es positiva. Mientras. seguimos trabajando para lograr que el Gobierno declare la ruta aérea Castellón-Madrid de Obligación de Servicio Público. Ello permitiría que la compañía aérea que la opere pueda obtener subvenciones que cubran los gastos operativos.
Y mientras, con el trabajo diario, Serafí Bernat y su equipo intentan desterrar la imagen popular creada en torno a la infraestructura vinculada con un aeropuerto sin aviones o el aeropuerto del abuelito, pero eso, apostilla, “se logrará con el tiempo. En esa tarea hemos tenido en el Villarreal CF un colaborador excepcional, porque es una marca conocida que contribuye a difundir la imagen del aeropuerto”. Además, “hace cuatro años protagonizó el primer vuelo comercial a San Sebastián”.