Viernes, 26 de Abril de 2024
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«La escasez de medicamentos no supone todavía un riesgo para la ciudadanía»

«La escasez de medicamentos no supone todavía un riesgo para la ciudadanía»

Nuestro protagonista informa en esta entrevista que la Comunitat Valenciana también está sufriendo escasez de medicamentos como aquellos indicados para patologías cardiovasculares, algún antibiótico y medicamentos empleados para la ansiedad entre otros. ¿Qué proponen desde el  Micof para solucionar esta situación? que el médico prescriba el principio activo y que sea el farmacéutico el encargado de dispensar el medicamento que, cumpliendo con lo prescrito, esté disponible en ese momento ante una situación de desabastecimiento.

Igualmente, fuentes del Ministerio de Sanidad informaron ayer que actualmente, de las 31.495 presentaciones de medicamentos autorizadas en España, 488 registran problemas de suministro. Es decir, los problemas de suministro afectan a entorno 1,5% de las presentaciones, los distintos formatos de envases con el mismo principio activo y dosis.

– ¿En qué situación se encuentra la Comunitat Valenciana sobre la escasez de medicamentos?

– La Comunitat Valenciana, al igual que el resto de las comunidades autónomas españolas, está sufriendo el desabastecimiento y la escasez de medicamentos.

– ¿Cuáles son los medicamentos que escasean y para qué enfermedades sirven?

Tanto en el ámbito nacional como provincial, los problemas de suministro afectan fundamentalmente a medicamentos indicados en patologías cardiovasculares (Apocard 100 mg, 60 comprimidos, Adiro EFG 300 mg 30 comprimidos gastrorresistentes, Cafinitrina 20 comprimidos sublinguales recubiertos), incluyendo antihipertensivos (Vals 80 mg 28 comprimidos recubiertos y Seguril 40 mg 30 comprimidos).

También se encuentran entre los primeros en la lista de desabastecimiento algún antibiótico (Dalacín 30 mg 24 cápsulas, Augmentine 875/125 mg 20 comprimidos) y anticonceptivo (Loette diario 100/20 mcg 3×28 comprimidos recubiertos y Loette diario 100/20 mcg comprimidos recubiertos) y medicamentos empleados en casos de ansiedad (Trankimazin retard 1 mg 30 comprimidos liberación prolongada y Trankimazin retard 0.5 mg 30 comprimidos liberación prolongada).

En el caso del listado nacional, además, se incluyen medicamentos empleados en náuseas o vómitos (Primperan 1 mg/ml solución oral 200 ml) y en síntomas menores como congestión nasal (Sinus inhalaciones y antipiréticos pediátricos (Dalsy 2mg/ml suspensión oral 150 ml).

– En su opinión, ¿qué es lo que está provocando esta escasez de medicamentos?

– Las causas del desabastecimiento son diversas ya que no existe una única causa. Se trata de un problema multifactorial debido, entre otros, a la concentración de la producción de principio activo en una sola planta para rentabilizar el producto ante la bajada de los precios de los medicamentos; problemas ocasionales en la producción de medicamentos; escasez de la materia prima durante un periodo de tiempo; políticas de precios de medicamentos como sucede con las subastas en Andalucía; o al incremento puntual de la demanda que supera a la oferta existente.

– ¿Considera que existe riesgo para la ciudadanía?

– El desabastecimiento y la falta de medicamentos que está afectando desde hace años a España, y en menor grado al resto de Europa, podría convertirse en un problema de salud pública. No obstante, no existe riesgo para la ciudadanía siempre y cuando los medicamentos con desabastecimiento puedan sustituirse, como de hecho ocurre, por otros de otra marca y del mismo principio activo y mismas dosis.

Sin embargo, la sustitución de medicamentos puede repercutir negativamente en algún paciente que, al no encontrar su medicamento habitual, abandone la medicación pautada porque la caja es diferente o desarrolle cierto grado de desconfianza en la eficiencia del medicamento.

De hecho, la gente mayor suele ser muy reacia a los cambios en su tratamiento farmacológico, ya que se suelen guiar por el nombre comercial del medicamento o el color de la caja.

Aunque los desabastecimientos, no suponen todavía un problema de salud pública, sí que genera malestar entre los pacientes que tienen que dirigirse a diferentes farmacias para buscar el medicamento que necesitan de forma urgente y también afectan al profesional farmacéutico que es quien recibe las quejas por dichas faltas.

– En opinión de la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, este problema solo afecta al 1% de las farmacias. ¿Es correcto?

– No. La cifra es muy superior. Esto se debe a que no todas las farmacias informan de la falta de medicamentos al Centro de Información sobre el Suministro de Medicamentos (Cismed) y al no informar la cifra no queda registrada.

El Cismed es un sistema de información que permite detectar en tiempo real, situaciones generalizadas de suministro irregular o inadecuado, a partir de la información relativa a los medicamentos que no hubieran sido suministrados a la Farmacia Comunitaria. Además, a los farmacéuticos este sistema nos permite anticiparnos y gestionar stock para ajustarlo a los medicamentos alternativos que pueden necesitar los pacientes y justificar ante la Administración los cambios en la medicación que fueran necesarios para garantizar la continuidad de tratamientos.

– La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo trasladó este viernes a  técnicos de las administraciones sanitarias, profesionales sanitarios, pacientes, distribuidores e industria un primer borrador del Plan de Garantías de abastecimiento de medicamentos para que hagan aportaciones de mejora. Entre las medidas que propone se encuentran: prevenir el desabastecimiento con una «identificación temprana y rápida de qué y dónde falta, para adoptar medidas». Para ello, la industria farmacéutica debería comprometerse a ser ágil a la hora de importar medicamentos que escaseen y evitar la exportación de los mismos cuando en España no haya suficientes unidades. El plan también incluirá una información rápida y completa a la ciudadanía sobre este problema. ¿Qué opina sobre estas medidas? ¿Cree que debería incluirse alguna más?

– Estas medidas si a nivel real se pudieran cumplir ayudarían a mejorar la situación, aunque seguirían siendo insuficientes. Una de las medidas que debería ser considerada es la de optar porque el profesional médico prescriba por principio activo y que sea el farmacéutico el encargado de dispensar el medicamento que, cumpliendo con lo prescrito por el médico, esté disponible en ese momento ante una situación de desabastecimiento.

También se mejoraría la atención al paciente permitiendo que los médicos prescriptores y los farmacéuticos dispensadores utilicen los diversos sistemas informáticos desarrollados de comunicación que permitirían solucionar algunos problemas online en tiempo real, evitando “peregrinaciones” de los pacientes buscando medicamentos o regresando al centro de salud para que el médico adecue su tratamiento ante una imposibilidad de solución por la farmacia.

Asimismo, me gustaría incidir en que, aunque los farmacéuticos, no somos responsables de estas faltas de suministro, estamos solucionando el problema con información a los pacientes y alternativas, como puede ser la sustitución cuando es posible, o la formulación magistral.

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