Sábado, 27 de Abril de 2024
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«El cooperativista no tiene derecho a nada, tan solo a recibir órdenes»

«El cooperativista no tiene derecho a nada, tan solo a recibir órdenes»

Carlos Santana, trabajador de Mercavalencia.

El socio cooperativista de Work Man, trabajador en Mercavalencia y delegado sindical de UGT, Carlos Santana nos cuenta de primera mano todo la situación de los falsos autónomos contratados por Mercavalencia.

Santana, con 56 años de edad, empezó a trabajar en la industria cárnica a los 16 años y desde entonces ha pasado por empresas como Oscar Mayer o La Ribera. Desde hace 12 años trabaja en Mercavalencia a través de una cooperativa.

-¿Qué condiciones laborales tenéis los cooperativistas de Mercavalencia?

-Las condiciones laborales son a la carta de las necesidades que en cada momento le surjan a la empresa para la cual trabaja la cooperativa, entendido de la forma más amplia y flexible que se pueda pensar. No existe calendario laboral, tampoco jornada laboral, los ritmos de trabajo no están sujetos a ninguna medición, las rotaciones son inexistentes, y así en una lista interminable que nos aboca a imaginar cómo serían las condiciones laborales de los obreros del siglo XIX.

El horario es de cinco de la mañana a las dos de la tarde. Afortunadamente no he estado de baja por periodos significativos, y el tema de la mutua de trabajo es una especie de laberinto en que uno nunca sabe de qué forma va a salir. Las vacaciones no existen, ya que solo se entienden como vacaciones las que la empresa, o en este caso, la cooperativa, retribuyen al trabajador.

-¿Cuáles son los gastos que tienes como socio de la cooperativa?

Actualmente cotizo en el régimen de autónomos, la cotización está en 330,17€/mes. Las cooperativas cobran a los socios una cuota mensual de cooperativa que suele estar alrededor de 50 €, y otras, como es el caso de la cooperativa que actualmente funciona en Mercavalencia cobran 80 €.

Al ingresar en una cooperativa, todo gasto corre por cuenta del trabajador, desde las botas hasta los cuchillos y el material de protección o epis, absolutamente todos los gastos corren por cuenta del trabajador. Además, nuestra cooperativa cobra una cuota de ingreso de unos 360 € reembolsables al abandonar la cooperativa, siempre por supuesto, dentro de unos plazos de tiempo determinados.

-Entre los principios de las cooperativas se encuentra el de tomar las decisiones democráticamente y mantener asambleas periódicas ¿Sucede así en la vuestra?

-El concepto de cooperativa, de este tipo de cooperativas de trabajo asociado, no es precisamente abierto y democrático, de ser así perderían toda la utilidad para la empresa que las contrata y no tendrían sentido de ser. El cooperativista no tiene derecho a nada, tan solo a recibir órdenes y cumplirlas, siempre, o al menos la mayoría de las veces, bajo la amenaza de expulsión y pérdida del puesto de trabajo, a pesar de estar en el año 2018, esto es así y no hay quien lo pueda desmentir, luego lo de la «Libertad de elegir y tomar parte en las asambleas para decidir y que su palabra sea respetada» es una ironía.

-¿Qué me puede contar del caso de Mercavalencia?

-El caso de Mercavalencia se debería estudiar en las aulas de ADE. Para definirlo de algún modo se puede ilustrar como un collar de despropósitos alrededor del cuello de la incompetencia, así lo defino yo. Llevamos más de dos años luchando y llamando a puertas para que el conflicto no llegara a extremos críticos. Estas puertas solo se han abierto cuando ha tenido que intervenir Inspección de Trabajo y el resultado es que ahora estamos a la espera de juicio.

Como es bien sabido, el uso de cooperativas por parte de las empresas solo persigue abaratar costes a través de la explotación de la mano de obra necesaria para realizar una actividad y que la citada empresa no tenga ninguna relación ni obligación con los socios de la cooperativa, esto en teoría, porque en la práctica es la empresa principal la que dirige la actividad de la cooperativa y decide lo que van a percibir los trabajadores.

Mercavalencia no ha sido ajena a esta forma de externalización del trabajo llevándolo a extremos, que al menos yo, me atrevo a definir como brutales. Por ejemplo, imposición sí o sí, de las necesidades puntuales de la empresa usando siempre la coacción y el miedo, como recortes del salario en relación a un aumento de la producción que se tenía programado de antemano. En este momento estamos atravesando una de estas fases de ausencia de ejemplo empresarial de buenas prácticas.

-¿Cómo se desarrolla el conflicto?

El inicio del actual conflicto se inició a partir de pedir poner fin a este obsoleto sistema de trabajo de cooperativismo falso y pedir el alta en el régimen general. Esto rompía con un sistema de totalitarismo dirigido desde el Ayuntamiento de València, sin tener en cuenta el color que gobernara, al que diversos sectores no estaban dispuestos a renunciar.

Hemos hecho intervenciones en el pleno del ayuntamiento en las cuales se ha rechazado cambiar el sistema de trabajo de cooperativa a régimen general por los señores y señoras concejales elegidos por personas como nosotros. Hay que añadir dos manifestaciones ante las puertas del ayuntamiento, es muy de destacar el apoyo del grupo municipal Ciudadanos que ha tenido que soportar los menosprecios sobre este asunto a los que los ha expuesto el concejal de mercados.


«Nos imponen una solución, que de no ser aceptada significaría el cierre de la empresa»


A través de la pertinente denuncia ante Inspección de Trabajo se constató in situ la veracidad de cuanto se exponía en la denuncia. Inspección emite una resolución fechada el pasado mes de enero en la cual da veracidad a la reclamación y exhorta a Mercavalencia a asumir a los socios de la cooperativa de trabajo asociado, algo que por el momento la mercantil no admite, lo que nos aboca a ir a juicio y que sea un juez quien dictamine sobre este conflicto.

Las negociaciones son de salón de té, Mercavalencia, la cooperativa de trabajo asociado Work Man, y el principal cliente de Mercavalencia, la empresa cárnica Incarlopsa, se asocian para ofrecernos no ya una solución, sino la solución que ellos imponen, que de no ser aceptada significará el cierre de la empresa. Del amplio abanico hipotético de soluciones todo se reduce al modo en que siempre se ha funcionado en Mercavalencia, de modo unilateral.

-¿Cómo vivís la situación los trabajadores? 

Mi experiencia respecto al asunto que nos ocupa la definiría en tres palabras: firmeza, constancia y dignidad. La implicación personal es enorme, no tan solo por mi parte, sino por decenas de compañeros que llevan años soportando condiciones de trabajo que deberían estar enterradas y olvidadas. Estamos luchando por lo que es justo, al menos lo creemos así, y esa también será una herencia que recibirán las generaciones futuras cuando accedan al mercado de trabajo en unas condiciones más dignas y de respeto que las actuales.

No albergo la menor incertidumbre siempre y cuando las instituciones nos amparen. La meta no es el final del camino, sino el camino en sí. No veo peligrar en absoluto ni mi puesto de trabajo ni el de ningún compañero.

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