El absentismo laboral y el presentismo disminuyen un 5’46% el PIB en España

El absentismo laboral y el presentismo disminuyen un 5’46% el PIB en España

El absentismo laboral y el presentismo (o absentismo fraudulento) son fenómenos difícilmente medibles -no existen datos oficiales-, pero Adecco eleva a 63.000 millones de euros los bienes y servicios que a causa de ellos se dejan de producir en España. Cifra que subiría un 5,46% el PIB.

Esta mañana se ha presentado en la sede de la CEV el VII Informe Adecco sobre absentismo, que lo define textualmente como «la ausencia de una persona de su puesto de trabajo, en horas que correspondan a un día laborable, dentro de la jornada legal de trabajo». Seguidamente, el informe se refiere al presentismo como «el comportamiento consistente en acudir al puesto de trabajo dedicando el tiempo a quehaceres no relacionados con el puesto de trabajo ni con la empresa». 

La evolución de la tasa de absentismo se muestra estrechamente vinculada al ciclo económico de un país. A partir de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del INE, más la elaboración propia de Adecco, entre los años 2.000 y 2007, la tasa fue del 4,95%; en los primeros años de la crisis, 2008-2011, se estabilizó en el 4,7%; experimentó un notable descenso entre 2012-2013 hasta el 4,1%, y entre 2014 y 2017, con los primeros signos de la recuperación económica, ha subido un 21% y, desde que se tienen datos, ha establecido un récord del 5%. La mayor causa de absentismo corresponde a problemas familiares, seguida de pequeños problemas de salud.

El estudio del presentismo laboral es, obviamente, más complejo. Una encuesta propia de Adecco fechada en abril de este mismo año, arroja los siguientes datos: el 45% asegura que no hay abuso de esta práctica; el 35% de empresas detectan presentismo en sus empleados; y un 20% reconoce que no puede identificar si se produce o no.  Las empresas que sí que lo detectan, piensan mayoritariamente que lo practican pocos empleados, y se traduce al tiempo dedicado a cafés, pausas de desayuno y, de forma creciente, al uso de Internet y redes sociales.

Cultura y comunicación contra el absentismo

El director regional del Grupo Adecco, Víctor Tatay, considera el absentismo como «un problema sociológico vinculado a la actitud. Un reto que tienen que afrontar no sólo los departamentos de Recursos Humanos de las empresas, sino que los comités de dirección deben asumirlo como una necesidad para la mejora de la competitividad». Para ello, según Tatay, se debe apelar al «componente cultural de las empresas, con técnicas para conseguir un mayor compromiso de los empleados mejorando los managements y favoreciendo un clima laboral positivo».

El director jurídico del Grupo Adecco, Francisco Javier Blasco de Luna, ha realizado un análisis del informe. Ha destacado la permanente bajada de la tasa de ausencias vinculadas a la siniestralidad laboral, lo que ha calificado como «caso de éxito». Sin embargo, en su opinión, el «sistema de cotización y coberturas sociales que tenemos en España es muy generoso», y ha identificado como una debilidad del sistema «la excesiva intervención pública en la gestión empresarial».

Al igual que Tatay, ha hecho hincapié en que «hay que reforzar el marketing y la comunicación interna de la empresa; de ese modo se puede aportar un valor añadido para que un trabajador que se sienta indispuesto, decida tomarse un Frenadol e ir a trabajar en lugar de quedarse en casa». En definitiva, si no se fomenta un clima laboral positivo, «hablamos de una organización ‘enferma’, con un entorno que dificulta el engagement de los empleados».

La desconfianza fomenta el presentismo

Blasco de Luna ha subrayado que el presentismo es un problema creciente. El perfil mayoritario del presentista es, al contrario de lo que se pudiera pensar inicialmente, de un insider, es decir, de alguien que cuenta con un contrato indefinido a tiempo completo y que puede ocupar un cargo directivo. En este punto entra el juego la figura del directivo que promociona el presentismo«por desconfianza hacia sus empleados».

Así, ha esbozado dos posibles vías para paliar los efectos de este fenómeno: «En la actualidad, no hay políticas adecuadas de control del uso de dispositivos electrónicos. Si alguien envía un mensaje de Whatsapp a un grupo durante el trabajo, en menos de una hora le han contestado todos o casi todos los miembros de ese grupo». Y, por otro lado, a partir del uso del big data, en su opinión se podría trazar el perfil del presentista «y tener herramientas para prevenir malos comportamientos», del mismo modo que se podría hacer con los acosadores en el trabajo.

Tras reivindicar la equiparación de las bajas por maternidad entre hombres y reinvindicar el fin de la brecha salarial entre géneros, dificultades añadidas a las que se tienen que enfrentar las mujeres en su trayectoria laboral y que también repercuten en su tasa de absentismo, Blasco de Luna ha analizado el conflicto existente entre «vigilancia o control de salud de los trabajadores frente a la protección de datos. Hay que distinguir entre privacidad e intimidad. Las empresas tienen derecho al control del absentismo y, para ello, es importante abrir una negociación colectiva».

 

 

 

 

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