La 33ª Edición de la Mostra de València  celebrará hoy, a las 18h en los Cines Babel, se celebrará un encuentro con el director franco-tunecino Abdellatif Kechiche, Palma de Honor de la Mostra. Se proyectará La vida de Adele y a continuación habrá un coloquio con el público.

La obra del director franco-tunecino es corta en cifra de largometrajes, pero larga en reconocimientos internacionales. Con La faute à Voltaire (2000), su ópera prima, ya obtuvo dos premios en Venecia, y desde entonces no ha rodado una película que no haya participado en los festivales más prestigiosos del mundo. Para Eduardo Guillot, director de programación de la Mostra, declaró que “Abdellatif Kechiche representa a la perfección el espíritu del festival: Un cineasta nacido en el norte de África que no se olvida de sus raíces, pero al mismo tiempo ha sabido hacerse un hueco en el panorama internacional abordando temas universales”.

La vida de Adèle (2013), ganó la Palma de Oro en Cannes y logró que se otorgara, por primera vez en la historia, otras dos Palmas de Oro a sus dos protagonistas, Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos, recompensadas por escenificar su amor en carne viva a lo largo de los 180 minutos del film. Kechiche logró armar un drama amoroso apasionante.

El certamen presentó ayer, en su Sección Oficial, Paper flags,  película del joven director francés Nathan Ambrosioni. El cineasta tenía solo 18 años cuando la rodó (ahora tiene 19) y se preestrenó en Francia en el Festival Internacional de Cine de La Roche-sur-Yon.

El joven director ha demostrado un sólido dominio narrativo en este relato sobre el complicado encuentro entre un hermano y una hermana, marcado por la dificultad de la reinserción tras una larga estancia en prisión.«No estoy legitimado para hacer una película denuncia. Pero si quería mostrar que el problema existe» declaró Ambrosioni.

En el desarrollo de esta sencilla historia, para cuyo guión se inspiró en una noticia de sucesos, Ambrosioni logra abordar con mucha sensibilidad el tema de la reinserción de los expresidiarios en la vida civil y describe con cuidado detalle el malestar, el temor, incluso, que despiertan en los demás, pero también la profunda angustia a la que se enfrentan. Paper flags traza, además, un retrato de la apertura y de los límites del afecto y la solidaridad familiar, jugando hábilmente con el suspense de la violencia explosiva que presentimos en el protagonista. Ambrosioni firma un primer largo de una madurez sorprendente para un cineasta tan joven.