Moliner defiende las diputaciones como administraciones de proximidad

El presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, abrió hoy un nuevo ciclo de conferencias en el Casino Antiguo de Castellón, organizadas con la colaboración de la asociación AdComunica. En su intervención defendió la vigencia de las diputaciones, pese a las peticiones de suprimirlas que hacen algunos grupos de la oposición, al tiempo que resaltó su gestión al frente de la institución que ha logrado el reconocimiento de casi el 70 por ciento de la población. Lo hizo ante 120 representantes de la sociedad provincial.

La campeona mundial de Trail de montaña, Laia Cañes, fue la encargada de presentar  a un Moliner que aprovechó para realizar un balance anticipado de sus dos mandatos en la diputación castellonense, habida cuenta que está en sus últimos meses de gestión, tras su decisión de no continuar. Lo que no quiso aclarar es cuál va a ser futuro tras las elecciones de mayo próximo.

Recordó que al llegar a la Diputación para relevar a Carlos Fabra, que le nombró su sucesor, se encontró con la necesidad de recuperar la imagen de la Administración que apenas contaba con un 35 por ciento de aceptación, algo que en ocho años ha duplicado hasta alcanzar el 68 por ciento. Fruto, avanzó, de la apuesta por «el diálogo, la transparencia en la gestión y la búsqueda del consenso con los grupos de la oposición».

Moliner considera que, además de la apertura de la corporación a la sociedad y a los grupos políticos, también ha contribuido a mejorar la imagen institucional la puesta en marcha de una política de contención del gasto y de utilización y puesta en valor de los recursos propios.

Una política, añadió, basada en la gestión económica «para conseguir mayor capacidad inversora hasta consolidar a la Diputación de Castellón como la institución que más invierte en la provincia siendo la Administración supramunicipal que menos presupuesto tiene, muy por debajo de la Generalitat y el Gobierno de España».

Repasó la situación que heredó, al afirmar que «llegamos con una Diputación que tenía 115 millones de presupuesto y 140 de deuda y llegaremos a 2019 con un presupuesto de 138 millones de euros y deuda cero. Hemos llegado ahí siendo la primera administración pública de nuestro país que consigue rebajar su capítulo de personal por debajo del 20%, siendo del 18%, con 150 trabajadores menos y gestionando un 35% más de expedientes, siendo mucho más eficaces, siendo más útiles a nuestra provincia”.

Abordó las iniciativas puestas en marcha para poner en valor la «marca Castellón». Acciones que pasaron por apoyar los festivales, la gastronomía con la Ruta del Sabor, que cada vez capta más productos y llega a más centros de restauración, y que este año tendrá como imagen al chef Martín Berasategui; de la Vuelta Ciclista a España, o del posicionamiento del territorio, de la Llum de la Memòria», entre otras.

Valoró también la proximidad de la institución que preside a los municipios y, en especial al mundo rural y al interior de la provincia, algo que les llevó a poner en marcha la iniciativa #Repoblem para implementar medidas que atajasen el fenómeno creciente de la despoblación, que afecta a los pequeños municipios.

Moliner afirmó que «desde la Diputación entendemos la dualidad costa-interior de nuestra provincia como imprescindible. Ya en 2013 entendimos, cuando nadie hablaba de despoblación, que mantener la población en el interior era vital para nuestra tierra, porque mantener la gente en los pueblos es mantener nuestro patrimonio, nuestra identidad. Ya ese año lanzamos Repoblem, porque nadie en aquel momento hablaba de ello, y mucho menos desde el ámbito ilusionante y de la acción”.

En el turno abierto de preguntas, Moliner no disipó las dudas sobre su futuro y se limitó a decir que de la política «hay que salir bien», para añadir que «yo aspiro a poder llevar la cabeza muy alta en mi provincia». En tanto que dejó la decisión sobre su sucesor a los órganos del PP provincial.

Sobre el aeropuerto de Castellón, recordó que aquellos que lo criticaron en la oposición ahora lo gestionan y, como antes, “me puse a su lado” en defensa de una infraestructura necesaria para la provincia.