Ana Botín resumió la Declaración de Salamanca, compendio de lo tratado en el IV Encuentro Internacional de Rectores Universia, como un llamamiento al humanismo para atemperar el impacto de la tecnología. Potenciar el capital humano de las Universidades, para garantizar mayor equidad en el acceso a oportunidades y el desarrollo en competencias técnicas y transversales; promover el sentido crítico y ético, el emprendimiento y la movilidad intercultural y digital; fomentar las alianzas y el trabajo en red entre universidades y otros agentes y contribuir a la transformación digital y a la gestión de su impacto en la sociedad para garantizar un crecimiento inclusivo y sostenible son las grandes líneas de actuación que fija la Declaración de Salamanca para los próximos años, aprobada hoy en el

En su discurso de clausura, Ana Botín, presidenta de Universia, recordó que fue precisamente en la Universidad de Salamanca donde «Luisa de Medrano, que da nombre al salón de actos, se convirtió en la primera profesora de universidad en el mundo occidental, 400 años antes de que Marie Curie se convirtiera en la primera profesora en La Sorbona, de París».

Ante el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, Botín llamó la atención sobre la transformación digital global, liderada por jóvenes compañías que «crecen a ritmos vertiginosos» y dirigidas por jóvenes profesionales que no prestan atención «al marco general que sus innovaciones proyectan, sin contrapesos internos ni externos que permitan anticipar y gestionar el impacto que generan».

La presidenta del Banco Santander recordó el impacto que la tecnología tiene, afectando «a nuestras relaciones personales y colectivas como han puesto de manifiesto algunos conocimientos», por lo que recomendó una reflexión, «sobre todo a los que estamos comprometidos con que la educación superior llegue a todos los ámbitos de relevancia social».

Pensamiento crítico y apertura de mente

Ana Botín señaló que la mejor forma de conjurar los peligros de la tecnología es que los emprendedores y quienes los asesoran quienes les asesoran y les financian, «tengan interiorizada la necesidad de conocer el marco general y social en el que sus actividades se desarrollan así como su alcance e impacto potencial. Nada mejor para ello que cuenten con una sólida formación humanista y multidisciplinar, como la que nuestras universidades han venido ofreciendo desde hace 800 años».

La presidenta del Santander hizo un panegírico de la educación, como la mejor herramienta para enfrentar los grandes desafíos y combatir los problemas de hoy y mañana. «De ella -prosiguió- nacen la igualdad y la libertad, el pensamiento libre y crítico. La educación tumba prejuicios y abre mentes».

Tras recordar los grandes desafíos que nos esperan en un futuro próximo, como los extremismos y los populismos, el cambio climático o los retos de la inmigración, a los que hay que abordar «con más y mejor educación«, Botín tuvo palabras críticas contra la falta de recursos destinados a la enseñanza.

Ana Botín reclamó que «es necesario que la educación recupere el mayor alcance y protagonismo; y que cuente con mayores recursos públicos y privados, considerándola una inversión de futuro y no una “partida de gasto”.

Hizo un llamamiento para que la educación deje de ser objeto de confrontación política. «Los partidos –no importa el momento, no importa el país– deberían privilegiar la educación como un espacio de entendimiento, de búsqueda de acuerdos, en pro del interés común y del conjunto de la sociedad».

Y con una cita al que fuera por tres veces rector de Salamanca, Miguel de Unamuno, la presidenta del Santander concluyó su intervención: “Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado”.