Viernes, 26 de Abril de 2024
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Monitorización del paciente y tiempos de espera en Imed Valencia

Monitorización del paciente y tiempos de espera en Imed Valencia

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La calidad asistencial es una de las grandes obsesiones del modelo de gestión de Imed Valencia. En estos momentos, cuando no se ha llegado aún a los cuatro meses de funcionamiento, el volumen de pacientes crece pero todavía está lejos de llegar a las cifras que se esperan en la fase de máximo rendimiento. Este arranque les permite adecuar el avanzado sistema de seguimiento a los clientes que maneja el hospital. El doctor López indica que “estamos empezando, y es normal que ocurran algunas incidencias, pero gracias a nuestro sistema informatizado logramos detectar en cada momento dónde está la desviación para dar una solución rápida”.

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Tomás describe el sistema del siguiente modo: “Acudes a una consulta con el dermatólogo. Comprobamos en el sistema que tienes la cita y en ese momento informamos de que has llegado. Te damos una tarjeta magnética que tiene un código. El sistema sabe si has llegado puntual, antes de tiempo, etc. Le manda a la consulta la instrucción de la llegada y te pone en la lista de espera. En la puerta de la consulta está la pantalla en la que aparece el código que tiene tu tarjeta. Con el código evitamos dar información personal, cumpliendo con la Ley Orgánica de Protección de Datos. Sabemos cuándo ha llegado, cuándo ha entrado en la consulta, cuánto tiempo ha durado la misma, lo que nos ayuda a saber si ha estado debidamente atendido. Toda esta información nos sirve para trabajar en la reducción de los tiempos de espera”.

Vamos, metafóricamente hablando, a urgencias. El “punto caliente” de todo hospital. “En urgencias funcionamos exactamente igual. En el mostrador damos una tarjeta, monitorizamos cuándo se da acceso, con la obsesión que tenemos de lograr tiempos de espera mínimos y que el tiempo de atención sea el preciso según la patología o la gravedad de la urgencia. Esa información nos da mucho poder para identificar posibles cuellos de botella de actividad o la necesidad de nuevos recursos”. El director médico agrega que “en cualquier momento tenemos control inmediato sobre cómo están desarrollándose, el volumen de urgencias y los tiempos de demora. Desde que llegan hasta que salen. La reducción del tiempo de espera es un objetivo de diferenciación clave. Las intervenciones quirúrgicas vienen programadas una semana antes”.

Tecnología punta, factor humano de vanguardia

La presencia mediática de Imed Valencia es constante, con la tecnología como protagonista. La incorporación del robot quirúrgico Da Vinci XI ha sido ampliamente cubierta por los medios locales y además se le ha dedicado una campaña publicitaria. En cambio, Tomás recalca que “la tecnología nos permite coordinarnos muy bien; identificar dónde podemos tener incidencias, o carga de trabajo excesiva. Pero lo más importante es el factor humano.” Y el doctor López expresa el aspecto que le proporciona mayor orgullo: ”Estamos haciendo grandes grupos de personas en todos los servicios coordinados conmigo, con Pedro, con la subdirectora médica, una dirección adjunta que se encarga del material del que tiene que disponer un hospital… Si conseguimos una fusión total entre factor humano y tecnología, somos capaces de ofrecer una calidad integral al paciente que va a ser diferencial, en la Comunitat y en el ámbito nacional”.

2017-mayo-imed-Javier-López“Por eso -añade Tomásalgo que nos caracteriza es que tenemos internalizados todos los servicios: asistenciales, de gestión, cafetería, limpieza, mantenimiento… lo que nos permite ese enfoque global.”

Este conjunto de valores difícilmente pueden transmitirse íntegramente a través de la publicidad: “lo que de verdad funciona es que quien necesite llevar a su hijo al pediatra, cuando otros padres les digan que han traído al suyo y les hemos atendido fenomenal, vendrá y volverá cuando necesite un servicio sanitario. Está empezando a pasar”. El doctor López concluye que “hacía falta este modelo diferente al resto de hospitales privados. Ofrecemos compromiso e implicación con el paciente”. Y, en sus palabras, “todas las felicitaciones que hemos recibido son para el conjunto del hospital. No ha habido nombres y apellidos”.

Si sus expectativas se cumplen, quizás algún día se estudie Imed Valencia como algo más que un caso de éxito. Tal vez se utilice como una referencia que definió el tipo de asistencia sanitaria propia del siglo XXI; las bases apuntan a horizontes muy amplios.

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