Cartagena multiplica sus cruceros a costa de Alicante
Alicante recibirá este año, si las previsiones confirmadas se cumplen, poco más de 91.000 pasajeros en los 55 buques que harán escala en los muelles de su puerto, y siempre que las compañías navieras llenen los camarotes disponibles. La cifra es ligeramente superior a los 88.000 viajeros que la ciudad recibió en 2016, y aún está lejos del récord de 108.000 turistas que arribaron en 2011. Mientras tanto, el cercano puerto de Cartagena, a priori menos ligado a la industria turística, cerró 2016 con 121 barcos que transportaron 187.193 pasajeros, un 24% más que los recibidos en 2015, y tras haber ampliado sus muelles destinados a tal fin, prevé alcanzar en 2017 los 230.000 turistas gracias a los 148 navíos que ya han programados sus escalas. En apenas diez años, Cartagena ha pasado de recibir por vía marítima menos de la mitad de turistas que Alicante a recibir casi el triple.
¿Qué ha pasado? Según explican fuentes del sector, la normativa de Puertos del Estado, que impide ejecutar inversiones y bonificar o reducir tasas a las Autoridades Portuarias que se hallen en pérdidas, ha tenido el efecto paradójico de perjudicar las posibilidades turísticas de un puerto, como el de Alicante, al que distintas voces aconsejan especializarse en ese campo. El liderazgo de Valencia en el transporte de contenedores y la gran actividad industrial del Cartagena dejaron el tránsito de mercancías alicantino muy dependiente de los graneles y cementos. El estallido de la burbuja inmobiliaria golpeó duramente a ese sector y llevó a la dársena a entrar en números rojos. De modo que cuando la Región de Murcia decidió a comienzos de esta década apostar estratégicamente por captar turistas y su puerto redujo al mínimo las tasas de atraque de los cruceros, algo que se le permite precisamente por los beneficios derivados de su actividad comercial, Alicante no pudo sostener el envite y algunas navieras optaron por Cartagena porque, según las mismas fuentes, el amarre cuesta allí menos de la mitad.
La última ocasión en que Alicante superó a Cartagena, en 2011, gracias a los 108.435 pasajeros que desembarcaron en la ciudad, cifra récord que no ha vuelto a lograrse, se debió a una labor comercial de captación que aseguró la presencia de varios buques de la naviera MSC. Sin embargo, la compañía italiana apostó poco después por Valencia como puerto base -demasiado cerca de Alicante como para incluirlo entre sus escalas- y abandonó paulatinamente la capital de la Costa Blanca, que vio hundirse su mercado hasta los 34.000 viajeros de 2014.
Así las cosas, la Autoridad Portuaria de Alicante cedió la explotación de la Estación Marítima a una empresa privada que centró sus esfuerzos en la captación de una empresa –Pullmantur– que desde septiembre pasado opera desde Alicante como puerto base y gracias a la cual la terminal alicantina vuelve a acercarse a los 100.000 pasajeros.
La estrategia es clara: ya que resulta difícil en las actuales circunstancias aumentar el número de escalas, se pretende aumentar la rentabilidad mediante buques que permitan a los viajeros embarcar en la ciudad. Porque se antoja casi imposible acercarse a los más de 400.000 cruceristas que recibió Valencia el año pasado y, lo que resulta más extraño desde un punto de vista turístico, incluso a los 230.000 que desembarcarán en Cartagena este año.
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