Grespania invierte 25 millones para fabricar laminado porcelánico extrafino de gran formato

Grespania invierte 25 millones para fabricar laminado porcelánico extrafino de gran formato

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Luis Hernández, director general de Grespania

La empresa azulejera Grespania ha puesto en marcha recientemente una nueva planta dedicada a la producción de laminado porcelánico que comercializa bajo la marca Coverlam.

La nueva fábrica, situada en la localidad castellonense de Moncofa, incorpora la más moderna tecnología que permite la fabricación de piezas de laminado porcelánico de gran formato, de hasta 120×360 centímetros y de reducidos espesores, que pueden ser de 3,5 o 5,6 milímetros.

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Coverlam, producto que Grespania introdujo en su catálogo y en el mercado español en el año 2010, es un laminado porcelánico que, por su gran tamaño y sus especiales características, abre nuevos campos en el uso de la cerámica e introduce nuevos efectos estéticos que siguen las tendencias de la decoración más actual. En este sentido, el director general de Grespania, Luis Hernández, asegura que los diseños de las propuestas de Coverlam, y que ya se pudieron ver en la última edición de la feria Cersaie, “son muy actuales y sus características técnicamente inmejorables. Y hay que resaltar que las piezas de gran formato eliminan gran cantidad de juntas y ofrecen superficies continuas”.

El Coverlam puede utilizarse no solo como un revestimiento porcelánico en pavimentos y revestimientos murales, tanto interiores como exteriores, sino que además puede utilizarse en la fabricación de encimeras de cocina, mobiliarios, fachadas ventiladas… Por sus características, es un producto altamente resistente al desgaste, así como inalterable con el calor, el fuego o la helada.

La apuesta de Grespania por Coverlam es, en sí misma, un importante reto para la compañía. Se trata de un producto nuevo para el que el mercado “no está totalmente preparado, por lo que hay que hacer una labor muy fuerte de difusión, de conocimiento del producto,  de métodos de colocación y, por supuesto, de formación de técnicos y de colocadores”, indica Luis Hernández, quien subraya que es necesaria “una profunda labor de promoción y conocimiento del producto”.

Pero Grespania no es una empresa que le guste acomodarse en una zona de confort. Su estrategia por la diferenciación y la exclusividad es la que ha movido a la compañía a hacer esta apuesta. “Un producto que está concebido tanto para satisfacer al nivel más elevado del mercado, como a otros segmentos en los que, hasta ahora, no se había introducido la cerámica y que no tienen por qué ser obligatoriamente altos”, continúa Luis Hernández. En este caso, cita aplicaciones “en obras públicas” en las que se puede utilizar este producto por “la flexibilidad que tiene, por su gran tamaño o por otras características… Y también puede sustituir al mármol. Técnicamente es un producto muy adecuado para fachadas de edificios singulares tipo hospitales o sedes corporativas… O sea, que no necesariamente debemos pensar en Coverlam como un producto dirigido a la construcción o renovación de viviendas de lujo, ya que tiene otras aplicaciones interesantes sin que sean el segmento alto residencial”, matiza, para ahondar en la vertiente arquitectónica del material.

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Innovación y diseño

El director general de Grespania subraya que tanto la innovación como el diseño “han sido siempre algunos de nuestros valores diferenciales. Nuestra estrategia ha sido también poder ofrecer al técnico y al especialista en cerámica todo tipo de productos que se puedan precisar en este campo. La atención que hemos prestado a los principales mercados de exportación, diseñando propuestas cerámicas para cada uno de ellos, ha hecho que nuestra gama de productos sea amplia y atractiva para muy diversos mercados”.

Con respecto a la marcha de la empresa, Hernández explica que, tras un 2015 “positivo”, con un incremento de la facturación “del 5 %”, las previsiones para el balance del actual ejercicio son buenas: “El año 2015 fue, en general, un año favorable para la industria cerámica, tanto desde el punto de vista de reducción de costes por la bajada de los precios energéticos y la ausencia de inflación como por la ligera reactivación de los mercados exteriores y domésticos. Para Grespania fue un año positivo y esperamos que 2016 lo sea también, por los factores indicados anteriormente, y por el impacto que en nuestras ventas está teniendo la puesta en marcha de la planta de Coverlam. Esperamos cerrar el presente ejercicio con un incremento superior al 15 %”, indica Luis Hernández, quien subraya que “Grespania es una empresa que nunca ha tenido ejercicios negativos”.

Grespania, que este año celebra el 40 aniversario de su creación y produce al año diez millones de metros cuadrados de pavimentos y revestimientos cerámicos, a los que se suman ahora los de Coverlam, exporta en la actualidad más del 70% de sus ventas totales. “Siempre hemos dedicado una atención especial a los mercados exteriores, que absorben el exceso de producción del sector cerámico español y dan una cierta estabilidad frente a las fluctuaciones del mercado interior derivadas de la fuerte oscilación que el sector de la construcción tiene históricamente en nuestro país. Los mercados exteriores, especialmente si prestamos atención a los de economía más avanzada, aportan siempre ideas y exigencias que ayudan a mejorar la calidad y la actualidad de los productos. Por nuestra parte, hemos prestado siempre una atención muy especial a los mercados de la Unión Europea y Norteamérica, intentando, no obstante, estar presentes en el máximo número de mercados posibles en otras áreas geográficas”, subraya Hernández. En este sentido hay que destacar que Grespania cuenta con delegaciones comerciales en países como Reino Unido, Polonia, Holanda, Italia y Francia.

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Oficina de Turismo de Alcossebre realizada con Coverlam

Con respecto a la posibilidad de apostar por la multilocalización para seguir creciendo en el mercado internacional, Hernández asegura que la posibilidad de instalarse a nivel productivo en los principales mercados de exportación será una fórmula “necesaria para la industria cerámica española en un futuro próximo. Quizá no sea necesario en Europa, pero sí lo será en otros mercados deficitarios de cerámica. Estas instalaciones en el exterior no se realizarán exclusivamente por una cuestión de coste, sino por un criterio de proximidad a los mercados”.

En cualquier caso, Grespania, no se plantea de momento esa posibilidad, “pero pienso que, tanto nosotros como el resto del sector cerámico español, nos vamos a encontrar en la misma situación que hace pocos años forzó al sector italiano a establecer una parte importante de su producción más próxima a sus mercados consumidores. Esto en España todavía no se ha dado hasta ahora porque la dimensión de nuestras empresas no es la de las italianas y ese proceso conlleva un esfuerzo financiero importante y también humano al trasladar a equipos directivos a esos países, pero pienso que eso llegará en algún momento”, puntualiza Hernández.     

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